La Habana/La Empresa pesquera de Las Tunas, Pescatun, vuelve a ser noticia este jueves por su desastrosa producción. A la deficiente captura, con una deuda de apenas 501 toneladas de pescado en lo que va de 2024, se suman sus problemas con el combustible y los constantes apagones, que han obligado a sus sucursales municipales a salar el pescado para poder conservarla o cocinarla con leña.
El año va apenas por la mitad, pero ya los directivos de la estatal estiman que la producción bajará a niveles críticos en comparación con otros períodos. El plan para 2024 era de 2.025 toneladas, más o menos lo que necesitan las pescaderías para tener oferta todo el año, pero de las alrededor de 1.000 que debían tener para este semestre, solo se ha logrado la mitad. De esta cantidad, apenas 50 toneladas han llegado a los comercios como productos terminados (como croquetas, picadillo o hamburquesas).
La empresa no cree que pueda lograr la cifra correspondiente al segundo semestre, y mucho menos remontar para equilibrar los números. La causa: “el deterioro de las 22 embarcaciones dedicadas a la pesca de plataforma, de las cuales solo trabajan 11; la falta de combustible, los cortes de energía eléctrica y la ausencia de una correcta estrategia en el proceso productivo”, declaró a Periódico 26 la propia directiva de la entidad, Denia Castillo.
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La empresa no cree que pueda lograr la cifra correspondiente al segundo semestre, y mucho menos remontar para equilibrar los números
La dirigente ahondó en los problemas que más golpean a Pescatun, que actualmente solo recibe el 50% del combustible que necesita para las embarcaciones. Este se entrega en la segunda quincena del mes, por lo que los pescadores muchas veces pierden los mejores ciclos de captura –corridas de peces–, durante la luna llena, nueva, cuarto creciente y cuarto menguante.
“Aun cuando las capturas se incumplen, las industrias no se detienen y elaboran líneas alternativas, como croquetas, hamburguesas, picadillos y embutidos, confeccionadas con vegetales, MDM [carne deshuesada] y harina que importan y compran a las formas de gestión no estatal”, asegura Periódico 26.
Por su parte, los apagones causan pérdidas a las 13 tiendas de la empresa y mantienen apagados los frigoríficos. Para el almacén climatizado de la cabecera municipal, Pescatun adquirió una planta eléctrica, pero el resto de los municipios, que no han corrido con la misma suerte, salan el pescado, cocinan con leña y elaboran los productos de forma manual.
La acuicultura, la pesca que se realiza en presas, también sufre los embates de la crisis. “Escasean muchas artes de pesca en sentido general y en lo particular aquellas que se precisan para la captura en los embalses llenos”, resumió el medio.
No es la primera vez que Pescatun aparece este año en la prensa oficial con malas noticias
No es la primera vez que Pescatun aparece este año en la prensa oficial con malas noticias. A inicios de mayo, un reporte de Periódico 26 explicaba que de los 23 barcos que componían entonces la flota de pesca solo funcionaban ocho –lograron reparar tres y perdieron uno definitivamente– por no contar con las suficientes piezas de repuesto para echar a andar motores y baterías. El medio aclaró entonces que por los períodos difíciles que sufría la provincia habían acudido a otros territorios para adquirir productos del mar y de agua dulce.
La pesca ha estado experimentando malas rachas en todo el país, lo que obligó el pasado marzo al Estado a permitir que los pescadores particulares vendan libremente su captura, excepto la langosta. La medida ya había sido aprobada de forma provisional un año antes, pero en ese período no se experimentó ninguna mejoría en la producción. De hecho, según los datos del ministerio de Alimentación, el consumo de pescado cayó en Cuba de un promedio anual de 18 kilogramos hace tres décadas a menos de 3,8 kilogramos en 2022.
Otro ejemplo de desastre pesquero fue lo que ocurrió este año en la presa Zaza, en Sancti Spíritus, que ha bajado el volumen de agua a niveles críticos por la sequía, lo que ha obligado a los pescadores a realizar una captura frenética, que repercutirá a largo plazo en las cantidades de pescado que puede ofrecer el embalse.
En un intento por rescatar el sector, las autoridades estatales programaron para esta semana, en todo el país, un seminario sobre alimentación y fertilización de acuatorios (zonas de cría) como parte de su política de soberanía alimentaria. Sin embargo, la técnica servirá de poco si los pescadores no tienen ni siquiera redes para la captura.
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