A todos nos gusta disfrutar de días en familia o en compañía de los amigos, y los parques son una excelente opción para divertirse y pasar momentos agradables junto a los seres queridos. De acuerdo con urbanistas, una red de parques y espacios abiertos es fundamental para ofrecer hábitats saludables para los seres humanos, la vida silvestre y la flora en lugares densamente poblados.
Los parques son espacios recreativos en los que se puede aprovechar el tiempo de ocio de forma sana. En estos lugares los niños juegan, los deportistas se ejercitan, las mascotas pasean, la gente se reúne. En síntesis, los parques favorecen la socialización y facilitan los encuentros entre las personas.
De esta forma es vista la Alameda “Francisco Gabilondo Soler”, en Orizaba, Veracruz, un espacio ideal para descansar y disfrutar de horas plácidas. Se trata de un centro de recreación y esparcimiento ubicado en pleno centro histórico.
Entre las bellezas de la Alameda destacan los monumentos al General Ignacio de la Llave, así como el de Francisco Gabilondo Soler, el célebre cantautor orizabeño conocido como Cri-Cri y quien es recordado como uno de los más grandes compositores de México del siglo pasado. El sitio cuenta con espacios para numerosas actividades físicas, deportivas y culturales.
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La Alameda, lugar de historias y leyendas
Como muchos otros sitios emblemáticos, la Alameda “Francisco Gabilondo Soler” guarda historias que para los escépticos pasan desapercibidas, pero que también hay que reconocer que han puesto los pelos de punto a más de uno.
Cuenta la leyenda que cuando el reloj de la catedral marca la medianoche, el General Ignacio de la Llave baja de su pedestal y deambula por los pasillos de la Alameda.
Entre algunos de los relatos se encuentra el del maestro Jesús, quien en su momento aseguró haber visto un elegante carruaje al centro de la Alameda. Él iba en compañía de dos colegas, quienes también fueron testigos del extraño hecho. Cuenta que a la par observó a varias personas ataviadas con ropa que se utilizaba durante la época de los emperadores Maximiliano y Carlota; un episodio trágico de la historia de México.
Narra que la carroza era jalada por cuatro caballos blancos, los cuales nerviosos movían sus cabezas. Dice que debido a la distancia no les fue posible escuchar la conversación de estas fantasmagóricas personas mientras abordaban el vehículo. De lo demás ya no se sabe, el profesor nunca quiso o no pudo contar más detalles de aquel suceso, pues solo de recordarlo se quedaba paralizado y le temblaban las piernas.
Afirman que el maestro Jesús era una persona seria, no fumaba ni tomaba, como para asumir que fue una alucinación. ¿Fantasía o realidad? Saque usted conclusiones.
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