Madrid/La actividad en redes de Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transportes, es frenética. Postea en Facebook varias veces al día, ya sea sobre nuevos trayectos en trenes, venturas y desventuras de la lanchita de Regla o arreglos de baches en las carreteras, un estilo comunicativo que contrasta con la opacidad habitual del Gobierno cubano. En esos predios ha hablado, largo y tendido, en el último mes de las nuevas normas para la importación de vehículos, pero este martes regresó a la televisión convencional, por si quedara algo que decir al respecto.
Pocas novedades, aunque alguna nota de color, dejó su intervención en la que destacó el ahorro que supondrá la nueva normativa para los particulares que quieran comprar un vehículo en el exterior. Según el ministro, los cubanos pagarán hasta unos 30.000 dólares menos gracias a la reforma. “Si tomamos uno que tenga un valor proveedor de 10.000 dólares, el precio de venta al comprador será unos 15.900. Sin embargo, ese mismo vehículo con las reglas actuales de formación de precio costaría más de 50.000 dólares”, ejemplificó.
Rodríguez Dávila recordó que los particulares ya pueden importar vehículos al mismo precio que las empresas, eso sí, a cambio de que los pagos de aranceles sean en dólares.
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«Ese mismo vehículo con las reglas actuales de formación de precio costaría más de 50.000 dólares»
El ministro repasó el mecanismo de “formación de precios” actual, con un margen que “ronda los 350%-500%, del cual 30% es margen comercial de la comercializadora y el resto forma un impuesto especial”. Para las empresas, sin embargo, el precio es el costo de adquisición o importación, más un margen comercial de hasta el 30%.
Con las nuevas normas, el precio será el costo de importación, los aranceles, el margen comercial (que baja al 20%) y un impuesto especial que varía en función del vehículo. Los más privilegiados, en virtud de promover el cambio de matriz energético, serán los eléctricos, que están exentos –”para acercarnos a la forma en que funciona el mundo en este tema”, aunque no hay infraestructura en Cuba–, mientras los de alta gama alcanzarán el 35%.
La recaudación, como ya se había destacado a finales de julio en el anuncio de las novedades, servirá para crear “la infraestructura necesaria en el país para atender el crecimiento del parque automotor”, subrayó el ministro, así como a la actualización del transporte público, “que está muy deteriorado”. Hasta ahora, recordó Rodríguez Dávila, el fondo ha existido, pero en moneda nacional.
“Las decisiones que esta política incluye permitirán nutrir un nuevo fondo que será en divisas convertibles y que permitirá emprender proyectos concretos de recuperación de la infraestructura de nuestro país, aunque las necesidades son multimillonarias”, afirmó.
«El Ministerio emitirá recomendaciones a los proveedores para que conozcan qué marcas pueden importar»
Los particulares que desean importar un auto pueden recurrir a las comercializadoras Imperexport y Cimex, pero también se incorpora una nueva, la empresa mixta MCV Comercial, que trabaja en la Isla desde 1995 como distribuidora autorizada de Mercedes Benz, principalmente. En este sentido, cabe la duda de qué marcas recomendarán importar las autoridades, ya que Rodríguez Dávila afirmó ayer que existiría una directriz. “El Ministerio emitirá recomendaciones a los proveedores para que conozcan qué marcas pueden importar”, dejó caer, y dependerá de las “condiciones óptimas de funcionamiento en cuanto al combustible que necesitan o a los parámetros de las vías”.
El pasado julio, el primer ministro, Manuel Marrero, afirmó que el penoso estado de las infraestructuras viales en Cuba y el combustible de baja calidad son capaces de “fundir” algunos de los mejores autos y adelantó, también, que se controlaría la entrada de vehículos de lujo. “Hay unos carros que están entrando que realmente no son compatibles con la sociedad nuestra, no son necesarios”, sostuvo.
Rodríguez Dávila también mencionó la posibilidad de “recibir a fabricantes internacionales para que se asocien y establezcan su red de servicios en el país”, aunque, en una alusión al embargo de EE UU, “no todos los proveedores se arriesgan a comprometer un mercado grande por uno pequeño en Cuba”.
En cuanto a la cantidad de vehículos permitidos, el ministro recordó que una misma persona o empresa tiene como límite seis, aumentando con la carga impositiva. Para el segundo auto será del 25%, para el tercero el 50%, para el cuarto el 75% y para el quinto y sexto un 100%.
Rodríguez Dávila tuvo tiempo para otras precisiones, como las que afectan a las motocicletas, las nuevas fórmulas de importación para quienes cumplen misión en el exterior o la transmisión de la propiedad. Además, recordó que los vehículos del sector turístico que concluían su explotación y pasaban, en prioridad, a las ventas en divisas, pero ahora quedan excluidos de esa red y pasarán, directamente, a la reposición de los taxis, del seguro, de entidades estatales y “estímulo a médicos y deportistas”.
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