▲ Investigadores utilizan sonoboyas
, cada una de las cuales tiene un hidrófono que transmite sonidos a un barco en tiempo real a través de un enlace de radio VHF. Una vez que se detectan las llamadas de las ballenas azules, el equipo de especialistas puede obtener una dirección hacia ellas y posteriormente desplegar más instrumentos para obtener una posición precisa.Foto Programa Antártico Australiano vía Europa Press
Europa Press
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de mayo de 2024, p. 6
- CHECALO -
Madrid. Un equipo internacional difundió una instantánea completa de las ballenas azules en la Antártida, basada en datos acústicos y publicada en Frontiers in Marine Science.
Los datos mostraron que se distribuyen alrededor de la Antártida y a través del subantártico en el verano.
Este análisis representa la información circumpolar más contemporánea sobre la distribución de estos animales esquivos y raramente avistados, que fueron atacados hasta el borde de la extinción durante la caza industrial de éstos
, explicó en un comunicado Brian Miller, experto en mamíferos marinos del Programa Antártico Australiano, que dirigió el estudio.
Son los animales más grandes de la Tierra, miden hasta 30 metros de largo y pesan hasta 200 toneladas, tanto como un Boeing 787. Sin embargo, es el sonido que emiten, no su tamaño, lo que revela su ubicación.
Durante casi dos décadas, el equipo ha utilizado sonoboyas
flotantes como estaciones de escucha
para detectar, rastrear y registrar a la ballena azul antártica y otros sonidos de cetáceos.
Luego de más de ocho meses en el mar, el equipo viajo más de 145 mil 510 kilómetros y monitoreó casi 3 mil 900 horas de sonido desde estaciones de escucha en la Antártida.
En combinación con otros métodos, incluido el seguimiento por satélite, por video, fotografía, muestreo de ADN, drones e inteligencia artificial, construyen una imagen de la distribución, abundancia y comportamiento de los animales.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://www.jornada.com.mx/2024/05/08/ciencias/a06n2cie?partner=rss