▲ Temas clásicos como Amor y control y otros nuevos, fueron bailados por personas llegadas de toda la ciudad.Foto Pablo Ramos
▲ Temas clásicos como Amor y control y otros nuevos, fueron bailados por personas llegadas de toda la ciudad.Foto Pablo Ramos
- CHECALO -
Israel Campos Mondragón
Periódico La Jornada
Martes 2 de enero de 2024, p. 7
En la fiesta de Año Nuevo 2024 en Paseo de la Reforma se dieron cita más de 120 mil personas, según datos de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Fue el último reventón
del año, encabezado por el músico, compositor, cantante, actor y político panameño Rubén Blades.
El concierto comenzó en punto de las 22:30 horas con el tema Mambo Gil. Enseguida, el poeta de la salsa
, con su clásico sombrero negro y saco azul, interpretó Plástico y La Palomilla.
Buenas noches. Primero, muchas gracias por tenernos aquí. México tiene una extraordinaria calidad artística y el hecho de que nos hayan considerado para estar aquí lo agradecemos profundamente
, afirmó Blades, quien estuvo acompañado por la orquesta de Roberto Delgado y su big band, integrada por 20 músicos de talla internacional.
Entre el público se encontraban la pareja de Rolando y Lina, vecinos sexagenarios de Coyoacán. Esa noche fue la primera vez que asistieron a la celebración del Año Nuevo en las calles de esta metrópoli. Sólo quiero desear que el próximo año haya buena vibra para todos
, destacó Rolando.
Carlos, jefe de familia y padre de tres hijos, lleva ocho años asistiendo a la celebración en Paseo de la Reforma. Él y sus acompañantes llegaron desde Tizayuca en transporte público. La ciudad estaba medio vacía; regularmente traigo mi carro, pero ahora venimos en camión. Nunca faltamos a los conciertos de fin de año
, dijo.
Maia, Linda y Phillip, migrantes haitianos, expresaron: está chingón todo: la música y comida, es nuestra primera vez acá
.
La única queja que varias personas compartieron fue la falta de baños públicos.
Un par de horas antes del concierto, en un ambiente amigable, se observó a familias, parejas y grupos de amigos caminando por los alrededores de la Glorieta del Ahuehuete, donde se desarrolló el concierto. Todos bien abrigados y con parafernalia relativa al gran festejo, como sombreros, diademas o lentes con el número 2024.
Bares abarrotados
Los bares de la Zona Rosa se veían abarrotados de juerguistas, que al ritmo de las canciones levantaban bien arriba sus tarros de cerveza. También hubo quienes aprovecharon la algarabía y comieron unas tlayudas o elotes que se ofrecían a las orillas de la avenida.
Comerciantes ambulantes vendieron los clásicos sombreros con el número 2024 impreso o unas diademas con luces a 140 y 70 pesos, respectivamente; y si alguien quería seguir la tradición de comer uvas, ahí mismo se vendieron a un precio de 80 pesos por kilo.
Con Blades, los asistentes bailaron al ritmo de melodías como Decisiones, Arayué, Buscando guayaba, Paula C. y Ojos de perro azul (compuesta por Rubén a partir de un cuento de su gran amigo Gabriel García Márquez), con pasos elegantes
y vueltas frenéticas. Los improvisados bailarines formaron varios círculos entre la multitud que los fotografiaba y animaba.
Blades mantuvo continua comunicación con sus fieles seguidores, quienes llevaban fotografías y playeras con su rostro, además de que se adueñaron de los lugares más cercanos al escenario y celebraron cada canción que el panameño tocó, acompañado por sus maracas pintadas con los colores de la bandera de su país, al tiempo que saludaba a un dron que sobrevolaba el sitio.
Siguieron los temas Las Calles, País portátil, Tambor, Juan Pachanga y El padre Antonio, momento en que el cantante dedicó el tema Amor y control al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Queremos agradecer al Gobierno de la Ciudad de México, a la Secretaría de Cultura, a toda la producción y a todos los trabajadores que han estado envueltos en este espectáculo. Este concierto se está viendo masivamente en México y en Internet. Es un regalo que hace México al mundo
, explicó.
Recomendó a los jóvenes participar en la administración pública y argumentó: “Mucha gente me dice ‘Rubén, yo no quiero entrar en eso porque es muy sucio’, pero se tiene que entrar y sacar al corrupto; alguien tiene que manejar el bus. Trabajé cinco años en el gobierno de mi país, no por un partido, por mi país”.
Minutos antes de la media noche la música se detuvo por un momento con la cuenta regresiva realizada por el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, quien anunció la llegada del Año Nuevo.
Bajo los fuegos artificiales, los asistentes se dieron abrazos, para que después continuara el recital. En el tumulto, niños en los hombros de sus padres o una que otra seguidora arriba de un banco plegable no dejaban ver a quienes se encontraban más atrás.
El cantante cautivó al público con los clásicos El cantante y Pedro Navaja, este último considerado un himno de la música latinoamericana que ha trascendido fronteras y generaciones. Cerró la pachanga con Buscando América y miles salseando y entonando a todo pulmón: Te estoy buscando América, y temo no encontrarte; tus huellas se han perdido. Entre la oscuridad, te estoy llamando, América, pero no me respondes, te han desaparecido, los que temen la verdad
.
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