Una de las explicaciones que han trascendido sobre la salida Sam Altman, ahora de nuevo CEO de OpenAI, refiere a preocupaciones internas sobre el peligro de una nueva inteligencia artificial de la compañía. Hoy, el presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo que nada que ver. La seguridad de los desarrollos no fue el detonante de la crisis.
«No se debió principalmente a una preocupación de ese tipo», dijo Smith a la BBC. Antes de que se conociera el despido temporal de Altman, investigadores de la compañía habían entregado una carta a la junta directiva. En el reporte, manifestaban su preocupación sobre los peligros del desarrollo de una inteligencia artificial que «podría amenazar a la humanidad», según informó Reuters.
La carta habría sido un factor clave que impulso a la junta a despedir de Altman. Las fuentes de Reuters aseguraron que al CEO de OpenAI, la compañía creadora de ChatGPT, le cuestionaban la comercialización de productos sin considerar sus posibles consecuencias. Luego de la polémica, OpenAI reconoció en un mensaje interno a su personal que avanzaba en un proyecto llamado Q-Star. Y, según dijeron algunos empleados, tendría que ver con la búsqueda de una inteligencia artificial general.
Algunos definen este tipo de tecnología como una inteligencia equiparable a la humana. OpenAI, quien reconoció desde su fundación su intención de crear algo así, la ha definido como sistemas autónomos que superan a los humanos en la mayoría de las tareas económicamente valiosas.
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«No creo que ese sea el caso en absoluto», insistió Smith. «Creo que obviamente hubo una divergencia entre la junta y los demás». Microsoft es el principal inversor en OpenAI. Y, en medio de la crisis, la tecnológica ofreció contratar a Altman, luego de que la junta anunciara su intención de despedirlo.
Microsoft dice que la relación con OpenAI es estable
Smith, de hecho, desestimó que pronto viéramos la aparición de la famosa inteligencia artificial general. Por eso, dijo, los temores en este sentido son infundados. «No hay absolutamente ninguna probabilidad de que veamos esta llamada inteligencia artificial general, donde las computadoras son más poderosas que las personas, en los próximos 12 meses». Considera que algo así «tomará años, si no muchas décadas».
Smith estaba de visita en Londres para anunciar una nueva inversión en centros de datos en este país, dedicados a la inteligencia artificial. Aprovechó la oportunidad para remarcar que «la asociación entre OpenAI y Microsoft es más sólida que nunca».
Microsoft invirtió en 2019 unos 1.000 millones de dólares en OpenAI, un paso clave para desarrollar la tecnología detrás de ChatGPT. El famoso chatbot se convirtió en la aplicación que más rápido logró sus primeros 100 millones de usuarios, un récord que luego fue superado solo por Threads. A cambio, Microsoft ha tenido acceso privilegiado para usar su tecnología en herramientas como Bing.
Microsoft reforzó la alianza a principio de este año: se convirtió en el proveedor exclusivo de los servicios en nube de OpenAI, que permiten la ejecución de todos sus productos y servicios. Se estima que este nuevo acuerdo demandó nueva inversión por parte de Microsoft de 10 mil millones de dólares.
Microsoft ahora también formará parte de la junta directiva de OpenAI. Lo confirmó el propio Altman en un comunicado, ya formalmente de vuelta al frente de la startup, en el que aclaró que Microsoft estará en la junta como observador, sin derecho a voto. «Tomamos la decisión correcta al asociarnos con Microsoft y estoy entusiasmado de que nuestra nueva junta los incluya», dijo Altman.
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