Las noches inquietas no son nada nuevo, pero la búsqueda de un sueño mejor ha dado un curioso giro en las redes sociales. Una tendencia viral llamada sleepmaxxing está inundando los feeds con técnicas creativas (y a veces sorprendentes). Los usuarios comparten sus secretos para lograr un descanso más profundo y reparador, desde el taping bucal y los expansores de fosas nasales hasta los cócteles de magnesio y las estrategias para dormir a base de kiwi.
Pero, ¿funcionan realmente estos trucos? ¿Y son seguros? Expertos del sueño opinan sobre la ciencia que hay detrás del sleepmaxxing, los riesgos potenciales y por qué tantos recurren a las redes sociales para pedir consejo sobre un problema tan universal como el sueño.
En resumen, sleepmaxxing es un término que engloba cualquier consejo, truco, artilugio o truco que pueda ayudarte a dormir más rápido, más tiempo, más profundamente y mejor. El nombre en sí es un guiño al looksmaxxing, otra tendencia de TikTok centrada en optimizar la apariencia.
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“Sleepmaxxing es tan popular ahora porque la gente se está dando cuenta de la importancia del sueño en relación con su bienestar general”, dice Clete A. Kushida, neurólogo y experto en sueño de Stanford Health Care.
“Con más rastreadores de salud para el consumidor y dispositivos wearables (vestibles) que incluyen el seguimiento del sueño, pueden obtener información diaria sobre sus etapas de descanso. La gente hace sleepmaxxing porque quiere encontrar formas de maximizar su salud mental y física, o porque tiene dificultades para dormir y busca una solución fácil”, añade.
Entonces, ¿pueden estos trucos virales para conciliar el sueño mejorar realmente el descanso, o se trata más bien de un efecto placebo?
“Algunas intervenciones, como la melatonina, han demostrado su eficacia en varios ensayos aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo, mientras que otras, como taparse la boca con cinta adhesiva, no se han probado sistemáticamente en ensayos controlados”, subraya Kushida.
Pero algunos trucos tienen raíces científicas. Las gafas que bloquean la luz azul, por ejemplo, ayudan a regular los ritmos circadianos, mientras que comer kiwis antes de acostarse ha demostrado aumentar la serotonina y la melatonina y mejorar la calidad del sueño y la recuperación muscular en atletas, según un estudio publicado en 2023.
Otros métodos, sin embargo, siguen sin ser concluyentes. Las investigaciones sobre los suplementos de magnesio y su impacto en la calidad del sueño son limitadas, mientras que la eficacia de los dispositivos de ruido blanco arroja resultados dispares.
“Técnicas como la respiración profunda o la meditación consciente han demostrado reducir el estrés y favorecer la relajación, lo que ayuda a mejorar la calidad del sueño”, sostiene Anita Shelgikar, presidenta electa de la Academia Americana de Medicina del Sueño y profesora de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan. “Sin embargo, la meditación de la glándula pineal, que promete dormirte en menos de 10 minutos, carece de un respaldo científico sólido”.
Curiosamente, los métodos más eficaces para conciliar el sueño no son nuevos, sino que se ajustan a un concepto de eficacia probada conocido como higiene del sueño.
Según Neal Walia, internista y especialista en sueño de UCLA Health, la higiene del sueño engloba hábitos y condiciones para crear el mejor entorno para que el cuerpo logre un descanso reparador y minimice las posibles interrupciones.
Una buena higiene del sueño incluye dormir en un ambiente fresco de 15- 19 °C, disminuir la exposición a la luz antes de acostarse y mantener un horario constante para el descanso y la vigilia para promover el ritmo circadiano del cuerpo y la secreción de melatonina.
Aunque algunos trucos pueden tener mérito, los expertos recomiendan precaución antes de probar intervenciones más extremas como el taping bucal o los suplementos no regulados.
“La investigación limitada muestra que el taping bucal puede no ser eficaz para todos los que respiran por la boca mientras duermen, y en algunos casos empeora el flujo de aire durante el sueño”, advierte Kushida.
“También existe el riesgo de aspirar flemas y contenidos de reflujo a los pulmones si se tapa la boca; he oído hablar de pacientes que habían desarrollado neumonía por aspiración después de taparse la boca”, añade.
Los expertos insisten en que hay que ceñirse a métodos cuya seguridad y eficacia estén demostradas. Sin embargo, incluso con técnicas de eficacia probada, hay una advertencia: centrarse demasiado en optimizar el descanso (una obsesión conocida como ortosomnia) puede, irónicamente, dificultar la conciliación del sueño.
Por lo tanto, si tienes problemas para dormir, considera la posibilidad de consultar a un médico antes de derrochar en un rastreador de sueño portátil o una máscara costosa. “A menudo, los que mejor duermen son los que menos piensan en ello”, reconoce Walia.
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