La Habana/Nada indica desde el exterior que haya problemas en el edificio del Instituto Superior de Diseño (ISDi) de La Habana, pero el derrumbe reportado este martes por una alumna a Cubanet está en el interior. Según pudo comprobar 14ymedio en una visita al lugar, la fachada permanece intacta, solo castigada, como cualquier otro edificio de la ciudad, por la falta de mantenimiento, pero un custodio confirma a un reportero que el edificio está vacío por lo ocurrido.
“Aquí no va a haber nadie porque hubo un problema de derrumbe adentro”, asegura a una reportera de este diario.
Las clases del ISDi finalizaban el viernes 19 de julio, pero a partir de ahora se darán a distancia, indicó la institución a sus alumnos. Una de las afectadas compartió los mensajes del centro con el medio independiente Cubanet bajo condición de anonimato. “Como muchos ya saben tuvimos un desprendimiento parcial de una parte de la fachada afectada del edificio”, señala el texto.
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“Como muchos ya saben tuvimos un desprendimiento parcial de una parte de la fachada afectada del edificio”
Desde mediados de 2022, un área de la sede del centro estaba apuntalada y clausurada, pero este martes no aguantó más. El acceso al edificio queda prohibido “hasta nuevo aviso” y las clases restantes se harán a distancia, añade el comunicado del ISDi, enviado a través de WhatsApp a los estudiantes.
La dirección añade, en un mensaje final, que necesita “mucha disciplina y cero amarillismo. Es un problema complejo, peligroso, pero le buscaremos solución. Estén al tanto de próximos mensajes. El ISDi seguirá vivo”.
En marzo de 2022, la institución explicó en un comunicado los problemas que existían con la sede. “El inmueble presenta un complicado fallo arquitectónico. Las actividades docentes se vienen desarrollando en otros espacios de la UH (Universidad de La Habana) momentáneamente. La formación de diseñadores cubanos no se ha detenido”, expresaba.
“La incertidumbre gana terreno a la confianza. La Revolución fundó las universidades y siempre las acompañó. La dirección del país mantiene el compromiso y el reconocimiento a nuestro ISDi, la escuela de diseño de Cuba que tanto entrega y aporta. Hay que luchar y confiar. La falta de un lugar físico no debe eclipsar nuestra voluntad creativa”, indicaba el comunicado emitido entonces, en el que se anunciaba que se reabrirían aulas en “espacios solidarios de diferentes facultades de la Universidad de La Habana”.
Entre los comentarios a aquel anuncio destacaba el extenso texto dejado por la arquitecta Lourdes Martí, que fue junto a Iván Espín, creadora del ISDi y su rectora hasta mediados de 1989. En él, contaba cómo se fundó el centro en una casa de Miramar y un año después, en 1985, se trasladó al edificio actual, en Belascoaín entre Estrella y Maloja. “Se comenzó una remodelación al área donde se ubicarían los talleres en la primera planta y una reparación general. Aunque realmente no estaba en tan malas condiciones, su terminación demoró bastante”, señala para lamentar la falta de interés de las autoridades, que indica más claramente a continuación.
“Tanto el arquitecto Iván Espín como yo fuimos sustituídos por un ingeniero hidráulico para dirigir ambas instituciones. No es motivo de este comentario explicar el por qué»
“Tanto el arquitecto Iván Espín como yo fuimos sustituídos por un ingeniero hidráulico para dirigir ambas instituciones. No es motivo de este comentario explicar el por qué. Pero los que sepan quién y cómo manejó este país, sin permitir ser contradecido, se lo podrá imaginar. En esa fecha, ambas instituciones [en referencia a la Oficina Nacional de Diseño] las pasaron a otras manos. ¿Qué pasó durante éstos últimos 33 años? ¿Nunca más se le dio mantenimiento? ¿Qué fallo arquitectónico es ese que no permita recuperar el edificio o parte del edificio? ¿Se quiere destruir el edificio o se quiere eliminar la formación de Diseñadores Industriales e Informacionales? ¿Estamos presenciando el fin del desarrollo industrial del país?”, lamenta.
Mucho más escueto y claro fue un usuario que agradeció la aclaración de la escuela con un simple: “Gracias, quizás termina en hotel”. El propio ISDi respondió al comentario exponiendo que se intentaba “recuperar ese magno edificio”, pero lo cierto es que, según los estudiantes, solo algunas áreas estaban abiertas y la gran mayoría permanecían con el prohibido pasar.
En 2006 se realizó la última reforma que se recuerda en el edificio, que un comentarista califica de “orgullo”. “Me sorprende leer esta noticia de graves fallos en la arquitectura. Sinceramente esto es una indolencia y una negligencia mayor, porque la obra había quedado muy bien y la calidad del edificio era muy buena. Aparentemente esto es dejación y un ejemplo más de cómo la desidia y la falta de mantenimiento es el peor cáncer y la metástasis fatal”.
“Es un edificio patrimonial ubicado en la avenida más concurrida de toda Cuba –lamenta otra usuaria–. Su desplome representaría y marcaría sin dudas el declive total de una política de Estado que se ha quedado totalmente vacía, sin traducción práctica y que sólo ha devenido en abandono y destrucción a la cultura y la historia de Cuba”.
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