Arqueólogos encontraron restos de una estatua del dios Apolo de hace 1,800 años en la antigua ciudad griega de Filipos. Esta habría adornado una hermosa fuente en las calles de este lugar.
Investigadores han encontrado la cabeza de un dios en la antigua ciudad griega de Filipos. Aunque le falta la nariz, así como el cuerpo y los atributos característicos del arco y la lira, han identificado en los restos de la estatua el rostro de Apolo, dios griego asociado con el arco, la música, la danza y la adivinación.
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Una hermosa fuente en la ciudad de Filipos
La cabeza de lo que alguna vez fue la estatua del mitológico Apolo, hijo de Zeus y Leto, está rodeada de una corona de laureles y, según revelaron los arqueólogos, pudo ser parte de una hermosa fuente que adornó una intersección de calles en Filipos. Este hallazgo data de hace 1,800 años, entre el siglo II o principios del III d.C.
“Los datos de la excavación del año pasado nos llevaron a plantear la hipótesis de que se trataba de una fuente. Los hallazgos de la investigación de este año confirman esta opinión y nos ayudan a comprender mejor su forma y función”, informó en un comunicado el Ministerio de Cultura de Grecia. “Esta preciosa cabeza parece pertenecer a una estatua del dios Apolo. Al igual que la estatua de Heracles, data del siglo II o principios del III. y probablemente adornó la fuente, que tomó su forma definitiva entre los siglos VIII y IX”.
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Un grupo de estudiantes de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, dirigidos por la profesora Natalia Poulos, encontraron la cabeza de mármol de Apolo en 2023 durante un proyecto de excavación que ha estado activo desde la década de 1960. Los restos del dios de la música es solo uno de los grandes descubrimientos que han revelado la rica decoración de la fuente, una de las más impresionantes hasta ahora es la estatua de Hércules con un león colgando de su mano.
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La antigua ciudad de Filipos
Las fuentes históricas y arqueológicas confirman que en Constantinopla, estatuas de la época clásica y romana decoraron edificios y espacios públicos hasta el final del período bizantino. Se percibieron mayormente como impresionantes obras de arte antiguo que testimoniaban la continuidad histórica y cultural de la ciudad, reflejando su grandeza pasada y conectando a los habitantes con su legado.
Filipos fue fundada en el 356 a.C. por Felipe II de Macedonia. La ciudad fortificada floreció como centro religioso y cultural, con construcciones importantes hasta convertirse en una “pequeña Roma”. Basílicas del siglo I, construidas para honrar la visita de Pablo, atestiguan el arraigo temprano del cristianismo. Un terremoto y las conquistas otomanas en el siglo XIV la afectaron. Sin embargo, excavaciones posteriores revelaron su esplendor perdido: baños, murallas, foro y teatro griego. El sitio arqueológico, al noreste de Grecia, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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