Aunque ya existían algunos instrumentos financieros sobre Bitcoin (como los fututos de CME), no ha sido hasta ayer cuando el regulador de valores de EE. UU., la SEC, autorizó los primeros fondos sobre el Bitcoin. Se trata de un hito importante que pone en dentro del mercado de valores a la criptomoneda más famosa del mundo. La autorización de los ETFs de Bitcoin abre el paraguas de la comisión de valores de los Estados Unidos sobre ciertas garantías jurídicas (y financieras) para aquellos que quieran exponerse a la criptomoneda sin invertir, directamente, en Bitcoin.
Y es que un ETF, o Fondo Cotizado (Exchange Traded Fund, por sus siglas en inglés), es un producto de inversión que funciona de manera similar a un fondo, pero se negocia como una acción. En pocas palabras, permite a los potenciales inversores exponerse al mercado del Bitcoin y negociar sobre su valor sin tener que comprar o vender directamente la criptomoneda.
No solo abre la puerta a entrar al mercado del Bitcoin sin necesidad de tener Bitcoin, también facilita a los inversores y al gran público la posibilidad de invertir de forma indirecta. Y sin necesidad de hacerlo a través de Exchanges de criptos, puesto que lo que se negocia es sobre el valor y no sobre la criptomoneda en sí. Y otra cuestión importante: al no ser poseedor de la cripto en sí, los inversores no tiene que preocuparte por salvaguardar el propio Bitcoin en carteras seguras, puesto que la gestión de los activos subyacentes (el propio Bitcoin) está a cargo del administrador del ETF.
Los grandes fondos se suben al carro del Bitcoin
En total, la SEC ha dado el visto bueno a un total 11 solicitudes de ETFs sobre el Bitcoin, incluyendo los de alguno de los fondos más importantes del mercado, como BlackRock, Ark Investments,Fidelity, Invesco o VanEck, entre otros. Todo teniendo en cuenta que sigue habiendo un gran número de voces autorizadas, incluso dentro de la SEC, que siguen considerando que estos productos suponen cierto riesgo para el mercado y los inversores.
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Pero, si es un instrumento de inversión más, ¿por qué es tan importante la autorización de la SEC?. Fácil, que el regulador haya dado el visto bueno a los ETFs sobre el Bitcoin es un punto de inflexión para la criptomoneda (y para el mercado de las criptos en general), en tanto a que la SEC pasa a considerarla, de forma tácita, como un activo financiero reconocido. Y además por la institución de valores más importante del mundo, aunque lo haga sin sin respaldarlo directamente. Nada más y nada menos que eso.
El primer reconocimiento a la criptomoneda como activo subyacente a un instrumento financiero. Indirectamente, supone, además, un soplo de aire para el mercado general de las criptomonedas y una mayor credibilidad a este tipo de intrumentos.
Más riesgos asociados que los ETFs tradicionales
Ahora bien, más allá de eso, poco cambia. Sigue siendo un activo tremendamente volátil cuyos riesgos también se trasladan a los propios fondos que operan con ellos. Y cuyas carteras ahora tendrán una exposición a dicha volatilidad. Y es que por mucho que ahora se puedan operar como un ETF, el Bitcoin seguirá siendo, pese a sus características intrínsecas, una commodity y no un valor, por lo que su recorrido respecto a otros instrumentos de inversión sigue siendo incierto, más allá de los ETFs.
Todavía queda por ver cómo puede afectar los posibles futuros escándalos de Bitcoin al valor de los fondos que van a operar sobre él. Sobre todo porque, si algo ha demostrado el pasado, las criptomonedas es que son instrumentos cuyo valor es fácilmente manipulable, y en general la reacción de sus mercados es más elástica que la de la mayoría de activos en cartera de los ETFs tradicional, considerados de «bajo riesgo», generalmente por estar altamente diversificados.
Además, para más inri, los ETFs de Bitcoin dependen de ciertos participantes autorizados para crear o canjear acciones en función de la demanda del mercado, que generalmente está controlada por Exchanges particulares y con una opacidad mucho mayor que la de otros activos. La mala praxis de alguno de ellos, como ha sucedido en el pasado (y con bastante frecuencia) también traslada ese riesgo al propio ETF, y por extensión a los propos fondos, a los inversores y al conjunto del mercado.
Pese a lo anterior, el visto bueno de la SEC a los ETFs de Bitcoin representa punto de inflexión para el Bitcoin, y simboliza su transición de un activo digital predominantemente participado inversores individuales a los mercados institucionales.
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