El tiempo es el que es. Las horas pasan igual para todos. Sin embargo, la percepción del tiempo depende mucho de lo que estemos haciendo. Si nos encontramos pasándolo genial en una fiesta, puede que pase muy deprisa. En cambio, viendo una película que no nos gusta o charlando con alguien que nos aburre, el tiempo pasará extremadamente despacio. Ahora, un equipo internacional de científicos ha descubierto otro curioso lugar en el que parece que el tiempo pasa más despacio: el gimnasio.
En realidad, no se trata del lugar, sino de la actividad. Parece ser que cuando practicamos ejercicio, incluso si es algo que nos gusta, el tiempo pasa aparentemente más despacio. Llegaron a esta conclusión tras hacer varias pruebas de percepción del tiempo a 33 ciclistas mientras realizaban ejercicios con la bicicleta.
Está claro que el estudio tiene varias limitaciones. En primer lugar, que 33 son pocas personas para tomar los resultados como concluyentes. Y, por otro lado, que también sería interesante comprobar la percepción del tiempo en personas que no están tan familiarizadas con el ejercicio. De cualquier modo, estos resultados preliminares son muy interesantes, pues podrían aportar otra razón para el abandono del ejercicio de muchas personas y arrojar pistas sobre el diseño de planes de ejercicio más fáciles de mantener.
La percepción del tiempo en el cerebro
Durante mucho tiempo se ha estudiado qué regiones del cerebro están relacionadas con la percepción del tiempo. Las más señaladas, cuando hay independencia de la tarea, son la circunvolución frontal inferior, la circunvolución supramarginal izquierda y el putamen izquierdo. También hay estructuras involucradas en la temporalidad que sí que están relacionadas con la demanda de la tarea que se está llevando a cabo. Son, principalmente, el lóbulo parietal inferior derecho, la AMS bilateral y algunas regiones del córtex prefrontal.
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Está claro, por lo tanto, que hay zonas de nuestro cerebro que alteran nuestra percepción del tiempo por un motivo u otro. ¿Pero cuáles son esos motivos? A grandes rasgos, son motivos muy subjetivos. Puede que una conferencia sobre un tema resulte muy interesante a alguien, a quien se le pasará el tiempo volando, mientras que otra persona que odie esa materia se aburrirá muchísimo y sentirá que las agujas del reloj no se mueven.
Ahora bien, ¿hay tareas que alteren la percepción del tiempo para todo el mundo? Según este estudio reciente sí que las hay y el ejercicio puede ser una de ellas.
Las horas pasan más lentas en el gimnasio
Para la realización de este estudio, sus autores contaron con la participación de 33 ciclistas que tuvieron que realizar varias pruebas en una bicicleta estática. En la primera, se les puso en una pantalla una carrera virtual de 4 kilómetros y se les pidió que la completaran lo más deprisa posible. A continuación, en la segunda prueba, hicieron el mismo recorrido, pero en tres condiciones distintas: o solos, o junto a un compañero virtual que no competía con ellos, o con un compañero virtual que sí corría contra ellos.
En todos los casos se les pidió que dijeran cuándo creían que habían pasado 30 segundos. Tuvieron que hacerlo antes, durante y después de la prueba.
Curiosamente, prácticamente todos tuvieron una percepción del tiempo más lenta mientras entrenaban, independientemente de si competían o no. Calculaban mucho mejor los 30 segundos antes y después del ejercicio. Podríamos pensar que estaban demasiado ocupados pedaleando para calcular el tiempo, pero siempre la equivocación hacía que pareciese que transcurría más despacio.
¿Para qué sirve saber todo esto?
Es bien sabido lo mucho que nos cuesta a veces seguir una rutina de ejercicio. Conocer que una de las causas puede ser la alteración de la percepción del tiempo es una buena noticia de cara a tomar medidas.
De hecho, en 2020, uno de los científicos que han estudiado este tema a nivel cerebral, el doctor Masamichi Hayashi, explicó a Hipertextual que conocer estos mecanismos puede ayudar a desarrollar en el futuro algunos métodos para controlar nuestra experiencia subjetiva del tiempo. Por ejemplo, viendo ahora los resultados de este estudio, algún truco para que el tiempo que pasamos en la bici estática o levantando pesas se nos pase más deprisa.
Puede que este día llegue, pero aún hace falta más investigación. Mientras tanto, no nos queda otra que resignarnos y pensar que no somos vagos y que no es cierto que el ejercicio no sea para nosotros. Es solo una cuestión de la relatividad del tiempo. Las culpas, si acaso, a Einstein.
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