Todo parece indicar que habrá que desempolvar los titulares alertando de la peor zafra azucarera de la historia en Cuba. El diario Granma advirtió este domingo de que la campaña se desarrollará en un «escenario muy tenso» y cierra la puerta al optimismo, al lamentar que, pese a los más de 100 millones de pesos invertidos en su modernización, el central avileño de Ciro Redondo volverá a incumplir las previsiones.
El central y la bioeléctrica debían arrancar y sincronizarse el próximo 22 de diciembre, aunque estaba planificado empezar a moler el 10 de diciembre para ganar ventaja. Para ello, debían finalizar varias obras constructivas, entre ellas un muro de contención del patio de bagazo y el montaje de las chumaceras. Si esto no se termina en los pocos días que restan del mes –y todo parece indicar que así será–, la previsión se irá al traste, advirtió Vidal Martín Sarduy, administrador del ingenio.
Dos empresas nacionales son señaladas como responsables de este asunto, Cubana de Bronce, que no ha entregado dos piezas, y la Empresa de Servicios Técnicos Industriales Fábrica Comandante Manuel Fajardo Rivero
- CHECALO -
Dos empresas nacionales son señaladas como responsables de este asunto, Cubana de Bronce, que no ha entregado dos piezas, y la Empresa de Servicios Técnicos Industriales Fábrica Comandante Manuel Fajardo Rivero, en Manzanillo (Granma), desde donde debían llegar a tiempo varias bombas reparadas que no parecen ir en tiempo.
La zafra debería durar 86 días en las que el Ciro Redondo tiene la meta de producir unas 34.000 toneladas de azúcar «si no ocurren otros inconvenientes en el proceso», señala el órgano oficial del Partido Comunista, acostumbrado como está el país, a todo tipo de incidencias.
Granma lamenta que el central, el más moderno del país después de haber recibido una gran inversión, se ha convertido en «reiterado incumplidor». El ingenio llevaba ocho años alcanzando sus previsiones hasta que, los últimos cuatro, las cosas han cambiado por completo. En ello influye, señala el diario, que no acabe de «matrimoniarse» con la bioeléctrica, que a sus múltiples fallos suma uno reciente: vibraciones en el rotor del generador.
Como consecuencia, la pieza ha tenido que extraerse y ser llevaba a La Habana para que Biopower y la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas la reparen en un plazo que podría ser de 12 días, pero solo en el caso de que lleguen «en tiempo los recursos de la República Popular China» para arreglar las placas del conducto de ventilación, «que podría ser una de las causas del desbalance o vibración, sin descartar las que pudieran aparecer cuando se realicen las revisiones y diagnósticos más exactos», detalla el medio.
El fracaso de esta sinergia es un nuevo percance en la industria cubana, que no hace ni un año hablaba de la sincronización –un hecho que implicaba generar energía a partir de la biomasa cañera y de marabú– como «una experiencia energética sin precedentes».
El hermanamiento de las dos industrias comenzó el año anterior, también anunciado como un «hito nacional». Los expertos anunciaban que el binomio estaba «obligado a marchar cercano a la perfección» para evitar interrupciones en el sistema eléctrico, pero las averías han sido constantes, cumpliendo con los temores ya expresados desde el comienzo. «Si alguno de estos procesos falla, volverán los tropiezos», advertía Martín Sarduy.
Para colmo de males, el Ciro Redondo acumula una deuda que no deja de aumentar. La última vez que se actualizó el dato, a finales de 2021, la cifra superaba los 74 millones de pesos (más de tres millones de dólares al cambio oficial), pero desde entonces las cosas no han mejorado, lo que hace suponer que haya habido un aumento.
La última vez que se actualizó el dato, a finales de 2021, la cifra superaba los 74 millones de pesos (más de tres millones de dólares al cambio oficial), pero desde entonces las cosas no han mejorado
El ingenio formó parte de la lista de centrales que no cumplieron con las previsiones, que se cree tan extensa como el año anterior. En 2022, las autoridades revelaron que de los 35 que estuvieron activos, 32 fracasaron por una larga retahíla de inconvenientes que van desde sus averías hasta los atrasos en la molienda, las lluvias, la escasez de combustible, el inadecuado abastecimiento de agua o la falta de «disciplina laboral».
Se cerró la cosecha de 2021-2022 con 473.720 toneladas –en lugar de las 911.000 proyectadas–, que no bastaban ni siquiera para cubrir la demanda interna de medio millón y dejaban sin cubrir los compromisos de exportación, de 411.000 toneladas.
Como consecuencia inmediata, las autoridades planificaron que en 2022-2023 se haría una zafra más racional, empleando menos recursos pero con el objetivo de alcanzar los compromisos. Entre las medidas, se redujeron a 23 los centrales que debían producir.
No ha trascendido oficialmente la cifra de producción lograda en esa temporada, concluida en mayo de este año, Homero Acosta Álvarez, secretario de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado señaló en un informe oficial que apenas alcanzaría las 350.000 toneladas.
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