Según evidencia científica, el sexo no es una categoría biológica fija: Lu Ciccia
▲ La académica argentina publicó su libro Contra el sexo como categoría biológica.Foto cortesía Siglo XXI Editores /Antonio Díaz
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Daniel López Aguilar
Periódico La Jornada
Viernes 24 de enero de 2025, p. 6
Mediante un análisis riguroso y con respaldo de la evidencia científica más actual, la académica argentina Lu Ciccia desmontó la idea de que el sexo constituye una categoría biológica fija. En su lugar, presenta una nueva perspectiva que integra la historia, la neurociencia y la biología molecular, y sugiere que las concepciones sobre el sexo son, en gran medida, construcciones sociales y culturales.
Ciccia, conocida por su enfoque crítico, en su libro más reciente, Contra el sexo como categoría biológica (Siglo XXI Editores), desafía las nociones predominantes sobre el sexo y la biología que prevalecen en la sociedad moderna.
La obra comienza con una reflexión: ¿y si el destino biológico de las personas no estuviera tan determinado como creemos? A partir de esta pregunta, Ciccia cuestiona la idea de que existen dos biologías fijas, basadas en las funciones reproductivas, y que nuestras habilidades, sicología y roles sociales dependen de la genitalidad con la que nacemos. Para la autora, esta creencia no es una verdad científica, sino una narrativa histórica profundamente sexista.
La noción de que el sexo dicta lo que somos no sólo es incorrecta, sino que está muy arraigada en una historia que, más que una verdad científica, es un prejuicio sexista
, afirmó Ciccia en entrevista con La Jornada. Su investigación analiza las bases científicas de la biología tradicional y cómo estas ideas han sido utilizadas para justificar estructuras de poder, especialmente en ámbitos como el deporte.
Con una formación académica que combina estudios en género, biotecnología y una experiencia personal en el ámbito deportivo, Ciccia aborda con profundidad las implicaciones del sexismo en la percepción de las capacidades físicas.
Jugadora de baloncesto desde los seis hasta los 18 años, recuerda cómo, a pesar de los esfuerzos por enseñar que el rendimiento atlético no estaba determinado por una genitalidad, persistía la creencia de que los hombres tenían una ventaja biológica natural.
“Era frustrante escuchar que las mujeres no podían lograr grandes éxitos en el deporte porque supuestamente no estaban ‘biológicamente diseñadas’ para eso”, puntualizó Ciccia (Avellaneda, 1987).
La autora se remonta al Paleolítico Superior para investigar cómo las narrativas coloniales y modernas han influido en la comprensión del sexo y en la creación de jerarquías de género. Afirma que, en lugar de ver el sexo como algo universal, es más útil entenderlo como una construcción histórica, fruto de procesos sociales y científicos.
No es cierto que la testosterona sea la causa de las diferencias en el ámbito deportivo. De hecho, estudios recientes muestran que los estrógenos desempeñan un papel importante en el rendimiento atlético, y que no existen diferencias significativas en sus niveles entre hombres y mujeres, salvo en las mujeres embarazadas
, añadió la escritora.
Para Ciccia, los avances científicos ofrecen nuevas formas de repensar las diferencias biológicas, lo que pone en duda las etiquetas y limitaciones impuestas por la visión tradicional del sexo como una categoría biológica. El reto consiste en liberarnos de las categorías biológicas predefinidas que nos encasillan y limitan
, indicó.
Uno de los puntos más provocadores de su investigación es la crítica a la idea de que el sexo determina nuestras capacidades cognitivas, conductuales y biológicas.
La idea de sexo como una categoría que explica nuestra realidad biológica y sicológica la tenemos tan incorporada para vivirnos en el mundo, que cuestionarla provoca incomodidad e incertidumbre. Sin embargo, es fundamental desafiar las creencias más profundas que hemos aceptado, las cuales nos han ayudado a entender quiénes somos en relación con el sexo y las posibilidades reproductivas con las que nacemos
, concluyó.