La Habana/Las Tunas reportó, solo en el primer cuatrimestre del año, 1.954 casos de hurto y sacrificio de ganado mayor, razón a la que las autoridades atribuyen el calamitoso decrecimiento de la masa vacuna en la provincia. No obstante, lejos de buscar las causas del incremento desproporcionado de los delitos, el gobierno local tachó a los ganaderos de irresponsables, por no mejorar la seguridad de las reses.
La cifra amenaza con sobrepasar los 5.305 casos de 2022 en el territorio –último dato disponible–, ya que en apenas cuatro meses se alcanzó el 36,8% de ese número.
Según publicó este martes el oficialista Periódico 26, la Policía informó de que los delitos ocurrieron en 341 unidades del sector agropecuario y afectaron a unos 3.480 animales, incluyendo vacas y caballos. Los municipios de mayor incidencia, declararon las autoridades, son Jobabo, Majibacoa y la ciudad cabecera.
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En la provincia se realizó recientemente una reunión para abordar el tema. “En los procesos investigativos –realizados por el Ministerio del Interior tras las denuncias– se detectaron negligencias de los propietarios de animales del sector privado y estatal; entre ellas, la falta de monteros en el horario diurno, las áreas llenas de malezas y los tenentes sin tierras”, fue la conclusión.
«Hay muchos cercados perimetrales en mal estado y, al no tener alimentos, las reses salen de sus espacios habituales»
En resumen, los guajiros fueron reprendidos por “la falta de seguridad y protección, tanto en las corraletas como en los potreros” que, según el diario, fue una de las circunstancias más frecuentes en los delitos. “Hay muchos cercados perimetrales en mal estado y, al no tener alimentos, las reses salen de sus espacios habituales”, aclaró el medio.
El gobernador de Las Tunas, Walter Simón Noris, instó a varios guajiros a “extremar la vigilancia campesina para frenar de una vez y por todas la ocurrencia de esos delitos, que ubican a Las Tunas como el territorio con mayor incidencia de ese fenómeno en Cuba”, añade Periódico 26.
Asimismo, llamó a los directivos del Ministerio de la Agricultura y a la Asociación Nacional de Agricultores pequeños a tomar cartas en el asunto, que lastra la entrega de leche y carne al Estado.
“Indicó que ya hay experiencias para disminuir el hurto y sacrificio de ganado mayor, pero que la principal responsabilidad es de los productores, encargados de garantizar el agua, la comida y la seguridad de los animales, así como de denunciar con rapidez cualquier suceso”, continúa el diario que, tanto como las autoridades, ignoró los constantes reclamos de los campesinos.
Numerosos artículos han sido publicados tanto en la prensa oficial como en la independiente de la escasez de recursos que sufren los ganaderos para mantener a sus animales. Desde la falta de agua hasta la imposibilidad de comprar alambre, abonos o suplementos alimenticios, la lista de necesidades crece y el Estado, por falta de fondos o de recursos, no abastece a los guajiros lo suficiente. Así lo han denunciado muchos de ellos, que aseguran que la ganadería se vuelve cada vez un negocio menos rentable.
El pasado febrero 72 campesinos tuneros de la ciudad cabecera se negaron a firmar contratos con el Estado para la entrega de leche. Las autoridades, que en ese momento se enfrentaban al fracaso del plan lechero en el municipio, no tuvieron más remedio que reconocer que los planes estaban “descarrilados” y propusieron visitar a los guajiros uno por uno para “convencerlos”.
Un mes más tarde, en marzo, inició el proceso nacional de control del ganado y tierras, con el que las autoridades han aprovechado para “entrar en caja” a los guajiros. La fiscalización se ha hecho a cuatro manos entre las autoridades y la prensa, que ha destapado en las últimas semanas varios casos viejos de juicios por robo y sacrificio de ganado para mantener las quejas a raya.
Con apenas una quinta parte de la faena de inspección concluida en abril –en la que se pretende «sondear» a 13.601 ganaderos y productores–, el Ministerio de la Agricultura había logrado sumar al inventario estatal 30.170 litros de leche, 27 toneladas de carne vacuna y 142 toneladas de productos agrícolas en la provincia.
A su vez, los delitos que implican al ganado mayor se han salido de control en los últimos años. La cifra de 2022 aumentó en 2.207 casos en comparación con los 3.098 reportados en 2021 y es dos veces más que en 2020, cuando fueron 2.394.
De los casos de hurto y sacrificio que se dieron en toda la Isla en 2022 (82.445), 45.315 correspondieron al ganado bovino y 37.130 al equino. El aumento es considerable si se observa la cantidad del año precedente, con la pérdida de 33.690 cabezas, 17.144 de bovino y 16.546 de equino.
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