▲ El prestigioso músico estadunidense festeja su cumpleaños 70.Foto Sistema de Teatros de la Ciudad de México
Ana Mónica Rodríguez.
- CHECALO -
Periódico La Jornada
Lunes 4 de diciembre de 2023, p. 7
En el concierto Zorn 70, el tiempo se detuvo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde infinidad de sonidos se propagaron y las almas confluyeron en vivir sólo la música.
El saxofonista John Zorn, precursor del jazz posmoderno y sus músicos invitados, además de hacer vibrar el recinto del Centro Histórico, mantuvieron cautiva la atención con la potencia, armonía y virtuosismo en la ejecución de los instrumentos y de las piezas que saturaron de emociones al público, la noche del sábado, el primero de dos conciertos del prestigioso compositor estadunidense que celebra siete décadas.
Las estrellas que fulguraron y se llevaron ovaciones de pie fueron, por supuesto, el artífice y festejado John Zorn, así como John Medeski, Brian Marsella, Matt Hollenberg, Kenny Grohowski, Julian Lage, Jorge Roeder, Ches Smith y Kenny Wollesen, intérpretes del programa Zorn 70 con New Masada Quartet, Suite for Piano y Simulacrum.
Fue un cúmulo de emociones desde que pisaron el escenario: Zorn con su saxofón, Julian Lage en la guitarra, Jorge Roeder en el bajo y Kenny Wollesen en la batería. El histórico inmueble se cimbró y los teléfonos celulares desaparecieron del mundo alterno que recrearon con esa multitud de ráfagas musicales en New Masada Quartet, que aún terminado el concierto no acababan de asimilarse.
La noche del sábado, fue tal como el crítico Joachim Berendt había definido el trabajo del compositor y saxofonista: Zorn descompone la música en átomos. La tritura en dispares bloques de sonido que cambian a velocidad de locura, que disparan al oyente en fracciones de segundo desde un mundo musical hacia el siguiente y que, sin embargo, están maravillosamente combinados entre sí en un plano superior
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Se podrían decir infinidad de palabras, pero escuchar la música que surgió de los instrumentos y las mágicas manos de Brian Marsella, Jorge Roeder, en el bajo y Ches Smith en la batería pusieron en otra sintonía a los presentes, luego de que Zorn los dejó solos sobre el escenario.
Suite for piano
Los músicos continuaron con Suite for Piano y el éxtasis casi generalizado permaneció intacto; de vez en cuando alguno de los espectadores lanzaba un grito o aplaudía sin que hubiera terminado la pieza.
Con Simulacrum, sucedió una potencia musical surrealista, pues el órgano de John Medeski, la guitarra de Matt Hollenberg y Kenny Grohowski en la batería hicieron vibrar no sólo a la audiencia, sino hasta los cimientos del Esperanza Iris.
Tal conjunción, armonía y sintonía entre cada ejecución no dejaron ni que la imaginación volara. Los asistentes seguían cautivos, embelesados. Aún terminado el concierto y con los músicos agradeciendo los aplausos, la gente seguía admirando una escenografía en la que cada instrumento fue parte de ella. No hizo falta nada más. Sólo los músicos con sus instrumentos y sonidos inimaginables hicieron vivir otra experiencia a quienes conocían o no el trabajo de Zorn.
Con una carrera que abarca más de cien discos a su nombre, y otra cantidad similar en la que se ha visto involucrado, el considerado más grande compositor y saxofonista de vanguardia en la actualidad también es reconocido por que en su obra amplía el jazz de vanguardia y transita por el noise, la música para cine, el klezmer, el punk y la improvisación, entre otros estilos.
El trabajo del compositor alcanza también la difusión y documentación de la música experimental a través de su propio e importante sello discográfico, Tzadik. En él, no sólo ha editado todos sus proyectos, sino también los de una infinidad de músicos propositivos. En el sello pueden encontrarse los intereses de Zorn en diferentes secciones dedicadas, por ejemplo, a la cultura judía radical, música de compositoras, los nuevos sonidos nueva música de Japón, la de concierto contemporánea y compositores claves de vanguardia.
Se recuerda la presencia de Zorn en la Ciudad de México con distintos proyectos como Cobra y Painkiller; Moonchild en su aniversario 60; Simulacrum, Bladerunner, y el ciclo John Zorn, en el que además de presentarse para musicalizar El gabinete del doctor Caligari con el órgano monumental del Auditorio Nacional, fungió como curador.
Zorn, ganador de la McArthur Foundations Genius Grant, en 2006, presentó el domingo en el mismo recinto de Donceles un programa distinto al del día anterior: Chaos Magick, con John Medeski (órgano), Brian Marsella (piano eléctrico), Matt Hollenberg (guitarra) y Kenny Grohowski (batería); además de Incerto, con Marsella, Roeder y Ches Smith, así como New Electric Masada, en la que el saxofonista y todos sus invitados llevaron a los asistentes a nueva aventura por otros territorios musicales.
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