Juan José Olivares
Periódico La Jornada
Domingo 23 de marzo de 2025, p. 6
La pista de baile más grande de este país es el Zócalo capitalino, así lo demostraron una vez más miles de amantes de mover el cuerpo con géneros de la sabrosa sabrosura como la salsa, cumbia, guaracha y demás, que se reunieron la tarde y noche de ayer en ese epicentro del ágape capitalino, en el Tercer Gran Baile de Sonideras y Sonideros, en el contexto del Festival Noche de Primavera, amenizado por más de 20 sound systems de ese tipo que armaron el tíbiri-tábara.
- CHECALO -
Desde el mediodía y hasta la medianoche, huestes de la familia sonidera llegaron de Tepito, del Peñón de los Baños y de San Juan de Aragón: santísima trinidad del baile sonidero.
Pero también de valle de Chalco, Ixtapaluca, San Felipe de Jesús, San Lorenzo Tezonco, con el único fin de pasarla bien un rato con ese movimiento que a decir de La Dama Antillana, una de las diyéis, ya no es Patrimonio Intangible de la CDMX, sino matrimonio
, con referencia a que ahora es tiempo de mujeres
.
Riqueza cultural
El ágape rico, iniciado en los años setenta en los barrios populares, fue declarado riqueza cultural por el gobierno, pero antes, mucho antes, es considerado parte inherente de los chilangos.
El dance volvió a su espacio ya natural para romperla: la plancha del Zócalo, donde otra vez se celebró lo que pertenece por antonomasia a todo el mundo.
Ahora, el pretexto fue celebrar la llegada de la primavera en el Tercer Gran Baile de Sonideras y Sonideros, que en este sitio permitió escuchar lo mejor de los géneros antillanos y de Latinoamérica, ya que cada sonidera y sonidero, como siempre, estuvo dispuesto a mejorar para quedar bien con su público y atraer cada vez a más bailadores y escuchas porque son sabedores de que hay una audiencia para cada género y gusto.
Y el esmero se sintió para los bailarines, los cuales también se prepararon para dar lo mejor de sí en la pista de baile, que ya se está volviendo tradicional para ese tipo de encuentros.
El público variopinto, vino en pareja de toda edad, de sexo indistinto. Recordemos que las del mismo sexo bailan tan bien, que son detonadores de ruedas hechas por sus seguidores.
También se formaron grupos que crearon coreografías originales, mostrando un estilo propio, como se apreció en el primer cuadro de la ciudad.
Ayer, ellas y ellos, es decir, las sonideras y los sonideros, hicieron vibrar transmitiendo su pasión y sentimientos por medio de su voz (enviando un sinfín de saludos en el micrófono) y creando una selección de temas para cada momento. Porque aquí se trata de la expresión con el cuerpo, bailando al mejor ritmo, sin prejuicios ni preocupaciones, entrando en armonía con el universo musical y sintiendo cómo se sacude una chispa de energía. El cuerpo se excita por naturaleza convirtiendo el acto masivo en un ritual.
En el tercer baile, como se dijo, no hay prejuicios de nada. La gente viste con lo más cómodo y versátil y también estuvieron los sibaritas con ropa brillante. Es decir, ataviados con el vestido de la felicidad y libertad.
▲ Ni el sol ni la lluvia fueron impedimentos para que la gente sacara sus mejores pasos y sonrisas.Foto Jair Cabrera Torres
Se vio a familias enteras, a jóvenes de todo origen y hasta uno que otro lomito, perritos callejeros, paseando entre la gente sin cesar.
Todo comenzó en el barrio
Hay que recordar que todo comenzó por la propagación de la tecnología y el acceso que tienen a ésta los melómanos y coleccionistas, porque desde que se instaló el primer fonógrafo hace décadas para una fiesta, como hizo el Sonido Rolas (del pueblo de San Juan de Aragón en los años setenta), devinieron acontecimientos masivos a los que llegaron los vecinos que volverían todas las veces que ese aparato saliera al patio de la vecindad o a la calle para celebrar cualquier cosa: bautizos, XV años, bodas o festejo a un santito patrono.
Todo ello basado en la música sabrosa; es decir: son, salsa, cumbia, guaracha y demás en un ambiente más que sano, porque sólo se vio a uno que otro pedote o chemo. Todos vinieron a vibrar con los temas musicales.
“Y tenemos este bonito tema para el Sopas o la Lulú”, como dijo en el micrófono Disco Móvil Maribel. O Cómo diceeeee. Bienvenidos a la fantasía y diceee… La rumba mayor
, argumentó en su momento Sonido Antillanos, que soltó temas de la Sonora Ponceña y Celia Cruz.
Las y los sensei del ruido, ahora ya con gran tecnología de bafles, twitters, tornamesas, micrófonos, mixers, y torres para montar más y más bocinas con luces, se mutaron en jefes de la fiesta que dictan qué rolas deben ser tocadas para beneplácito de la muchedumbre que, por lo regular, llega por la gratuidad del acto.
El sonidero es aquel que ha decidido vivir de la música grabada y emitida al aire dentro y fuera de los confines del baile.
El movimiento sonidero es, además de una cultura propia, una industria que se mueve sola. Cada acto es un movimiento de engranaje en el que se venden discos del acto, aun antes de que éste finalice, con un estilo, digamos de piratería fina, con el que mantiene un acuerdo con los seguidores que garantiza la circulación del material de mezclas.
Esos registros serán vehículos de comunicación y promoción, y tendrán a su disposición múltiples vías de distribución. Se encontrarán en los cedés y devedés a la venta en tocadas como esta y en mercados, pero también en Internet.
En el fiestón de ayer, ni el sol o la lluvia fueron impedimentos para que el crisol de gente se soltara el cabello y sacara sus mejores pasos, su mejor sonrisa, porque acá nadie ve mal a nadie, no se juzga, nadie es más que el otro porque el ritmo y la diversión se vuelven democráticos.
Y así fue hasta la noche, que el viento sopló llevando el sonido de las trompetas, trombones, timbales, congas, bongoes y güiros, en una ceremonia celestial en la que los guías fueron: Sonido Pequeño Puerto Rico, La Coqueta del Rock, Sonido System Sound, Sonido Silvia Ruiz, Discomóvil Maribel, La Dama Antillana (Sonido Antillanos), Sueño Latino, La Dama de la Salsa, Sonido Alien, Sonido Ely Fania, Sonido Yambaó y Sonido Blackcherry, que cerró la movida rica.
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