abren nuevas tiendas en moneda libremente convertible

La Habana/La marquesina a la entrada sigue rota en un costado y los escalones frente a la puerta muestran aún sus rajaduras, pero el interior ha cambiado. La Tienda Panamericana Primera del Cerro en La Habana acaba de ser inaugurada bajo la modalidad de venta en moneda libremente convertible (MLC). Antes de abrir al comercio en divisas, el local, ubicado en la calle Santa Catalina esquina a Vento, pasó tiempo en desuso tras una larga etapa de deterioro con escasas ofertas en moneda nacional.

«Esto era una leonera todos los días», recuerda una mujer que se topó este lunes con una vecina justo antes de entrar al mercado. Desde el pasado jueves, los anaqueles ya no exhiben los pocos productos en pesos cubanos que se distribuían por el llamado «módulo» racionado. En lugar de los paquetes, semi descongelados, de cuartos traseros de pollo, del insípido picadillo El Cocinerito y de alguna que otra bolsa de detergente, ahora en los estantes se ven botellas de vino, diferentes salsas de tomate y sazones de la marca estadounidense Goya.

Cuando en Primera del Cerro se pagaba con pesos los alrededores de la tienda también se veían muy diferentes. «Siempre había cola y era raro el día en que no se formara una bronca», recuerda otra cliente que se enteró por una amiga de que en ese comercio ahora solo se puede comprar pagando con tarjetas extranjeras o con la Clásica y la de MLC que emiten los bancos cubanos. No se acepta ningún tipo de dinero en efectivo, le aclararon tajantemente las dependientas nada más indagó: ni billetes de dólar y, menos aún, el CUP.

A diferencia de otros mercados que recientemente han comenzado a operar en dólares constantes y sonantes, en la esquina de Santa Catalina solo se admite la divisa «en el plástico», recalca una trabajadora. Eso sí, cumplido este requerimiento los compradores pueden elegir entre varios tipos de sardinas o atún en conserva de la marca española HiperDino, que van desde 1,45 a 3,85 dólares la lata, pasando por la leche condensada Didi a 7,50 el kilogramo o una pequeña bolsa de mayonesa Hellmann por 2,85. Una gran cantidad de salsas de industrias nacionales llenan buena parte de las repisas.

Para los clientes con más recursos, hay ollas arroceras, lavadoras y hasta hornos eléctricos. «Será para usar cuando haya corriente», ironizaba un joven que entró a explorar la nueva imagen de lo que hasta hace poco era un lugar vacío y con empleados sin mucho que hacer. No obstante, de aquel pasado todavía queda mucho. El piso está roto en varios lugares, la pintura sigue descascarada en las paredes y en el techo algunas de las lámparas ni siquiera encienden. 

La línea divisoria entre un comercio en MLC y otro en dólares en efectivo se nota también en esos detalles. Si Lincoln y Franklin señorean en espacios recién estrenados o reparados cuidadosamente, la moneda convertible, que solo existe en plástico y se cotiza en 280 CUP en el mercado paralelo, se debe conformar con inmuebles de escaleras rotas y jardines arrasados.