Encuentran el cuerpo del niño ahogado por el oleaje en el Malecón de La Habana

La Habana/Las autoridades de Centro Habana informaron este viernes sobre el hallazgo del cuerpo de Carlos Javier Sánchez, el menor de 16 años arrastrado por el oleaje en las inmediaciones del Malecón. En una escueta nota, los equipos de rescate notificaron que “en horas de la tarde” dieron con el cadáver del adolescente, que se ahogó mientras “se bañaba en las cercanías de la Punta” el pasado jueves. 

Ese mismo día, las fuerzas de salvamento –entre ellas los bomberos, la Cruz Roja y el servicio de urgencias del Ministerio de Salud– habían redoblado sus esfuerzos de búsqueda. La Asamblea Municipal de Centro Habana dijo entonces que se estaba lanzando una “búsqueda amplia”, desde la superficie hacia el interior, sin ningún resultado. 

Tampoco hubo éxito cuando a la labor, que ya se realizaba de forma “subacuática”, se sumaron las tropas guardafronteras. La prensa oficial publicó este viernes fotografías del estado de la costa capitalina. El fuerte oleaje era evidente sobre todo en los choques del mar contra el Malecón, similares a los que enfrentó el menor. 

Esas mismas condiciones impidieron, según las autoridades, que la operación se realizara con más ahínco en altamar. Atribuían al niño cierto grado de responsabilidad, puesto que la zona del Malecón “es un lugar que tiene restricciones y no es un sitio apropiado para el baño, y las condiciones climáticas mantenían un violento oleaje que sobrepasaba el muro”. 

Este sábado, junto a las condolencias que los habaneros manifestaban en la página de Facebook de la Asamblea Popular de Centro Habana, Alain Hernández, un técnico informático de la universidad capitalina –de quien no consta ningún vínculo con el menor–, deslizaba una hipótesis que contradecía la versión oficial. 

“El niño no se estaba bañando en esas aguas turbulentas”, alegaba Hernández. “Estaba sentado en el muro y se le cayó una chancleta. Solo cometió el error de bajar a buscar su chancleta y el oleaje se lo llevó. Hagan mejor su trabajo periodístico investigando cómo sucedieron realmente las cosas y destierren el mal hábito de copiar y pegar. Eso es replicar desinformación y difamación”. 

Todavía está en la memoria de los habaneros el fallecimiento, el pasado 24 de febrero, de Jonathan Oliva, el niño de 12 años que fue succionado por una alcantarilla durante las lluvias de esa semana. El mal saneamiento de las calles de la capital hizo colapsar incontables alcantarillas que provocaron inundaciones de casi un metro en algunos puntos. 

También en aquella ocasión los buzos tuvieron que buscar al niño en la bahía de La Habana, hallando el cuerpo unas 24 horas después del trágico suceso.