Por: Ariadna Molina Olivares
Hoy, 18 de febrero, recordamos el natalicio de Manuel Mier y Terán, nacido en 1789 en Tepeji del Río, Puebla. Fue un destacado militar, político y científico que jugó un papel crucial en la historia de México, especialmente durante la lucha por la independencia y en los primeros años de la República.
Se unió al movimiento insurgente en 1814 como teniente coronel y fue ascendido a coronel por el Congreso de Chilpancingo. Intentó asumir el mando de las fuerzas insurgentes, pero su propuesta fue rechazada por otros caudillos, no obstante, continuó luchando con determinación. Más tarde, al proclamarse el Plan de Iguala, se unió al general Nicolás Bravo y prosiguió su lucha en Veracruz y Puebla.
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La triste historia de Manuel Mier y Terán, el héroe olvidado de la Independencia
- CHECALO -
Uno de los episodios más importantes de su carrera militar fue la defensa de Tehuacán en enero de 1817, aunque esta batalla terminó en derrota y fue obligado a rendirse, logró negociar condiciones favorables para sus compañeros, demostrando su habilidad estratégica y compromiso con la causa insurgente. Más adelante, cuando el Plan de Iguala tomó fuerza, volvió a unirse a las fuerzas del general Bravo.
Pese a su valentía y contribuciones, la historia ha sido injusta con Mier y Terán. Su papel en la victoria de Tampico fue minimizado por la propaganda de José María Tornel, que atribuyó todo el mérito a Santa Anna. Fue entonces que continuó sirviendo en el ejército y fue enviado a realizar misiones en Texas, desempeñando un papel clave en la región.
Para 1832, se perfilaba como uno de los principales candidatos de la facción federalista en las elecciones presidenciales, sin embargo, el pronunciamiento de Santa Anna en Veracruz frustró sus aspiraciones políticas.
Desilusionado por el rumbo del gobierno y las constantes revueltas, cayó en una profunda depresión. El 2 de julio de 1832, sin esperanza y cansado de las adversidades, decidió quitarse la vida en Padilla, Tamaulipas (el mismo lugar donde en 1824 había sido fusilado Agustín de Iturbide) junto al templo de San Antonio, colocó la empuñadura de su espada en el suelo y, presionando la punta contra su corazón, puso fin a su sufrimiento.
El legado de Manuel Mier y Terán es fundamental para entender los primeros años de la independencia de México. Su valentía, visión y compromiso con el país lo convierten en un símbolo de los ideales que ayudaron a formar nuestra nación.
Aunque la historia le ha negado el reconocimiento que merece, su nombre sigue siendo parte de la memoria de aquellos que lucharon por la libertad. Por ello, hoy recordamos y reconocemos a Manuel Mier y Terán como un héroe olvidado de la independencia de México, cuya valentía y entrega merecen un lugar destacado en nuestra historia.
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