La Habana/La industria láctea de Sancti Spíritus recauda diariamente entre 5.000 y 6.000 litros de leche, cerca del 10% de los 50.000 que pronostica el plan oficial de la provincia. Las cifras son incluso peores los fines de semana cuando, según la prensa oficial, pues la cantidad de litros puede bajar a 1.000. A este paso, las autoridades ni siquiera se plantean cerrar airosos el año pero, a pesar de reconocer los problemas de la industria, siguen señalando a los productores que se dedican al «desvío y la compraventa ilegal» como los responsables de la debacle.
La “tendencia es sospechosa”, pues los derivados (queso, yogur, helado) “se expenden públicamente en cualquier parte” en esos días, “y hasta la propia leche”, explica Escambray.
Desde el pasado marzo, un acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros incrementó el precio del producto, que ahora es de 38 pesos por el litro contratado (antes era de 20) y hasta 70 pesos “en tiempos de seca, como este y que pone al Estado, en este caso a la industria, como único destino”. No obstante, la medida “se estrella” contra la realidad de la calle, donde ese mismo litro se cotiza entre 120 y 150 pesos.
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De los 7.000 productores comprometidos con el Estado a entregar la leche, “solo se contabilizan unos 1.500 incumplidores”, dijo el periódico
El problema, según el medio, “parte de un contrato o mal hecho o mal seguido por los actores involucrados desde que se concertó el pasado año un plan que la propia subdelegación ganadera opina que fue alto”. De los 7.000 productores comprometidos con el Estado a entregar la leche, “solo se contabilizan unos 1.500 incumplidores”, dijo el periódico, que cuestionó: “Si usted sabe de matemáticas, saque la cuenta de cuánta leche pudieran estar dando sus vacas”.
No obstante, hay muchos ganaderos de la provincia que se han negado a seguir vendiendo su producción al Estado por sus incumplimientos, entre ellos la falta de efectivo en los bancos, lo que les impide recibir el pago por el producto. Sin papel moneda, los campesinos se niegan a cumplir sus compromisos con las empresas oficiales.
14ymedio reportó en octubre pasado que hay productores que llevaban cuatro meses de retraso en los pagos por parte del Gobierno. “Estoy vendiendo la leche por mi cuenta desde hace un par de semanas, de todas formas tampoco me daba negocio vendérsela al Estado, porque el pago es malo. Ese mismo litro de leche que entrego después de cumplir mi compromiso, que solo me lo pagan a 38 pesos, yo lo vendo en la calle a 120”, afirmó en ese entonces un productor a este medio.
Sobre los impagos, Alberto Cañizares, director de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, minimizó la situación y dijo a Escambray que “es verdad que hay problemas con el efectivo por lo de la bancarización, pero eso no justifica la indisciplina de no entregar la leche, porque la distribución es diaria”.
“Las irregularidades en la distribución y la calidad del producto persisten en territorio espirituano, a pesar de las medidas puestas en práctica para revertir la situación”, remarcó el medio. Una de ellas fue el anuncio de la llegada del Stabilak –un conservante natural de producción nacional utilizado para mantener la calidad de la leche cruda de vacas, cabras y búfalas–. No obstante, no ha sido una solución, sobre todo para muchos habitantes de la provincia, que no ven el producto en sus mesas. “De 10.000 y 11.000 litros que se cortaban diariamente en noviembre, y dejaban sin tomar el producto a esa misma cantidad de consumidores, hoy se reportan cifras mínimas. Aun así, no todos los consumidores –cerca de 20.000 en las ciudades de Sancti Spíritus y Trinidad que reciben esa leche– tienen garantías de su desayuno”, señaló el texto.
El Stabilak, “bien aplicado, garantiza la calidad de la leche entre ocho y 24 horas”, aunque requiere de más condiciones para que ese efecto que no se cumplen
El Stabilak, “bien aplicado, garantiza la calidad de la leche entre ocho y 24 horas”, aunque requiere de más condiciones para que ese efecto que no se cumplen: “Sobran los ejemplos: desde carros de la industria que duermen sucios y se limpian a la hora de salir a acopiar –tal como ha constatado la subdirección comercial del municipio espirituano–, termos que no se friegan bien, mezclas del producto de diferentes calidades, leche que se ordeña temprano pero luego se batuquea kilómetros durante horas hasta llegar a las tiendas por la tarde, hasta las malas condiciones de los caminos que afectan el acarreo”.
La lista para el desastroso acopio de leche en la provincia es larga, pues, sumado a lo anterior, también hay “una controversia sin solución entre la agricultura y la industria sobre el mejor horario para recoger la leche”. De acuerdo con el artículo, “se ha quedado en las 9 de la mañana, en contra de la práctica tradicional, y en esto uno le echa la culpa al otro, sin árbitro gubernamental que dicte la sentencia más favorable”.
Ello evita que, en muchos casos, la leche se pasteurice y además afecta su llegada a las tiendas, pues “muchos clientes no se enteran”, pues lo hace, en todo caso, después del mediodía. Además, indicó Escambray, toda esa problemática “se ha enturbiado más con los prolongados apagones”.
No obstante los obstáculos logísticos, la industria se centra en evitar que la leche escape de las manos del Estado. Es el caso de Villa Clara, donde para evitar la fuga del producto, el Gobierno ha instalado, en el municipio de Camajuaní, cámaras de enfriamiento para la leche. Los termos, en principio beneficiosos para la producción y acopio, evitan que los ganaderos, que alegaban malas condiciones para el almacenamiento, sigan esquivando las entregas.
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