Cuenca (Ecuador)/La XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, se cerró este viernes sin una declaración oficial debido a la falta de consenso entre los 19 países participantes, de los 22 que conforman el grupo de habla española y portuguesa, en la que además no ha habido representación de México, Venezuela y Nicaragua.
Todos los países, excepto Argentina, estaban de acuerdo en respaldar un documento que incluyera el apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y las políticas públicas en materia de equidad de género y lucha contra el cambio climático, entre otros asuntos, según señalaron a EFE fuentes de las negociaciones.
En tanto, la delegación cubana se opuso a aprobar una declaración que no contuviese una condena explícita al embargo de Estados Unidos a la isla, como pretendía la representación de Argentina.
- CHECALO -
El representante del presidente Javier Milei, el embajador Eduardo Acevedo, expresó la negativa del Gobierno argentino a suscribir esos artículos y, en contrapartida, propuso que los diecinueve firmaran un documento que recogiera sólo las materias de común acuerdo, algo a lo que se opuso Cuba y el resto de los países.
Según Acevedo, Argentina estaba dispuesta a aprobar 71 de los 72 párrafos de la (fallida) Declaración de Cuenca y 17 de los 24 comunicados especiales.
Las dificultades para suscribir un documento de consenso prolongaron las discusiones de la primera jornada de la cumbre, cuando los cancilleres se reunieron a puerta cerrada para preparar el documento que debían firmar los jefes de Estado y de Gobierno en la segunda y última jornada de la cumbre, reservada en principio sólo a los líderes de los países, pero que en esta ocasión hubo que abrir a representantes de menor rango, debido a la inasistencia de la práctica totalidad de los presidentes latinoamericanos, excepto el anfitrión.
Finalmente, las posiciones encontradas de Argentina y Cuba impidieron que hubiera una declaración oficial consensuada por los diecinueve países asistentes a la cumbre.
El cubano Rodolfo Benítez acusó a Argentina de «venir a reventar la cumbre» mientras que el argentino Eduardo Acevedo denunció que el régimen viola los derechos humanos
Ambas delegaciones protagonizaron este viernes un agrio intercambio de descalificaciones durante la sesión plenaria de la reunión.
El representante cubano Rodolfo Benítez acusó al Ejecutivo de Javier Milei de «venir a reventar la cumbre», mientras que el embajador argentino, Eduardo Acevedo, denunció que el Gobierno de Cuba viola los derechos humanos.
El representante cubano acusó a Argentina de pretender hacer fracasar la cumbre al negar el cambio climático y los derechos de las mujeres y pueblos indígenas, pero advirtió que fracasó en ese propósito al quedar aislada de una declaración que han firmado el resto de participantes menos el Gobierno del ultraliberal Milei.
Mientras, el delegado argentino aseguró que su país «no puede permanecer ni permanecerá indiferente ante las violaciones al Estado de Derecho y a los derechos humanos» y señaló que, «a consideración del Gobierno argentino, es Cuba quien tiene que recuperar la democracia y respetar los derechos humanos y libertades de sus habitantes».
Este duro intercambio de declaraciones se produjo después de que los dos países chocaran en la adopción de una declaración oficial para concluir esta Cumbre Iberoamericana, debido a que Argentina se opuso a hacer suyos consensos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en materia de equidad de género y lucha contra el cambio climático, entre otros asuntos, según señalaron a EFE fuentes de las negociaciones.
En tanto, la delegación cubana se opuso a aprobar una declaración que no contuviese una condena al embargo de Estados Unidos a la Isla, como pretendía la representación de Argentina.
«Hicieron todo lo posible por evitar que hubiese pronunciamientos» a favor de las mencionadas propuestas, denunció el representante cubano, quien atribuyó a la delegación argentina el empleo de «discursos de odio» y una «absoluta sumisión a Washington defendiendo el bloqueo contra Cuba».
Acevedo se preguntó cuáles son las acciones que la comunidad iberoamericana está tomando contra las graves violaciones a los derechos humanos en Cuba
Sin embargo, según Rodolfo Benítez, Argentina acabó fracasando, porque «no han recibido el apoyo de nadie», en referencia a que fue excluida del comunicado conjunto que sustituye a la declaración oficial y que «muestra las posiciones históricas de las naciones iberoamericanas».
«Ladran, Sancho, señal que cabalgamos», le espetó Acevedo a la delegación cubana en su réplica durante el rifirrafe en la sesión plenaria de la cumbre. El embajador repuso además que Argentina estaba dispuesta a aprobar 71 de los 72 párrafos de la (fallida) Declaración de Cuenca y 17 de los 24 comunicados especiales.
«El verdadero motivo por el que Cuba realiza este nuevo ataque tiene que ver con la situación de fondo que mi delegación mencionó», en alusión a la primera intervención del representante argentino ante el plenario, en la que se mostró muy crítico con los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En esa primera declaración, Acevedo se preguntó cuáles son las acciones que la comunidad iberoamericana, formada por 22 países, está tomando «contra las graves violaciones a los derechos humanos en Cuba, que continúan luego de más de medio siglo de gobiernos autoritarios y represivos».
«¿Cómo es posible que hagamos silencio ante esta grave situación? ¿Cómo es posible que nos sentemos en la misma mesa debatiendo calendarios y declaraciones sin hacer mención al cerco que se continúa cerrando en Nicaragua sobre la prensa independiente, a la privación de nacionalidad a opositores políticos y la persecución a organizaciones de la sociedad civil?», se cuestionó.
«Nuestra posición es muy clara: Cuba debe restablecer la democracia y respetar los derechos humanos y las libertades individuales»
«Nuestra posición es muy clara: Cuba debe restablecer la democracia y respetar los derechos humanos y las libertades individuales. Es fundamental que no impulse políticas totalitarias en la región y que se enfoque en mejorar la calidad de vida de su población a través del respeto a la libertad y en brindar bienestar a todos sus ciudadanos», enfatizó.
Para rebatir los argumentos del portavoz del Gobierno de Javier Milei, el representante cubano indicó: «Argentina puede dar por cumplida la orden de ataque contra Cuba que le dio Washington, pero se marcha sola».
El delegado del Gobierno de Miguel Díaz-Canel señaló que la cumbre iberoamericana «no puede convertirse en rehén de posturas aislacionistas que buscan hacer retroceder en la concertación de posiciones conseguidas durante más de tres décadas».
«Se pone en riesgo la relevancia futura y la existencia de este foro», sostuvo Benitez, quien demandó: «Que se respete el acervo histórico que hemos construido, superando siempre nuestras diferencias».
Y prosiguió diciendo que Argentina no le puede dar lecciones de democracia a Cuba cuando el Gobierno de Milei «maltrata a jubilados y se opone a derechos de los pueblos indígenas y las mujeres».
Benítez recordó que, durante su intervención en el plenario, defendió la reclamación histórica de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, porque «la amistad del pueblo argentino y cubano –recalcó– supera cualquier ideología política y los caprichos de cualquier gobierno de turno».
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