La Habana/Durante el paso del huracán Rafael por Artemisa, el Hospital Provincial Ciro Redondo García debió trasladar a tres personas ventiladas, embarazadas y otros pacientes hacia salones más seguros, pues las lluvias y los vientos causaron daños en el techo y roturas de cristales, especialmente en el cuarto piso. El centro también tiene serios problemas de filtraciones y abasto de agua, pero estos, reconoce la propia prensa oficial, son de “larga data”.
Un reportaje publicado este martes en el medio local El Artemiseño da cuenta de los daños: el ciclón “desprendió cristales e inutilizó un cubículo” de la sala de Terapia, “se detectaron afectaciones significativas en falsos techos” y hubo “colapso de otros lugares en los Servicios de Medicina y en el espacio destinado a la materna febril”, relata al diario la doctora Guianeya Encinosa Moreno, vicedirectora de Asistencia Médica.
El Artemiseño define como “desolador” el panorama que, asegura, poco tiempo después del desastre algunos usuarios ya compartían en redes sociales. No obstante, advierte de que “hubo quien especuló sobre la vida de los pacientes ingresados” y aclara que nadie corrió peligro.
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En efecto, las imágenes de ventanales rotos, puertas arrancadas de los marcos, camas mojadas y suelos inundados en el Ciro Redondo fueron de las primeras en conocerse y recorrer las redes. De hecho, según datos oficiales, en la provincia hay 119 unidades de Salud Pública afectadas en 11 municipios. La mayoría presenta daños en las cubiertas y la carpintería, aunque se perdieron «tanques elevados de agua en 14 centros» y hay «averías en dos generadores y dos ambulancias, además de daños en sistemas eléctricos y de climatización».
El medio aplaude que, a pocos días de que Rafael dañara el hospital, las autoridades ya planean “revitalizar” las salas
Pero el medio aplaude que, a pocos días de que Rafael dañara el hospital, las autoridades ya planean “revitalizar” las salas de Hemodiálisis, Imagenología y Cuerpo de Guardia, además de reponer la manta impermeabilizadora al techo y reparar los cristales y carpintería de aluminio (materiales bastante endebles frente a los ciclones).
Sin embargo, la esperanza de que también quedaran solucionados los problemas de acceso al agua corriente fueron echados por tierra por Yanelis Amador Borrego, directora de Salud Pública en la provincia, que explicó que hay “una dificultad de mayor envergadura”. “Se encuentran obstruidas las redes hidráulicas por una capa de magnesia gruesa. Este asunto precisa el análisis de la fuente de abasto y una inversión” de importancia, zanjó.
Ni siquiera El Artemiseño comprende cómo puede mantenerse en funciones un hospital en el que no llega el agua a salones que tanto la requieren como la Unidad Quirúrgica, el salón de parto, Esterilización, Neonatología, Cuidados Perinatales y Hemodiálisis.
La escasez de agua incluso pone en peligro a los pacientes. “Uno de los cubículos permanece cerrado hace meses, a causa del mal estado de las redes hidrosanitarias, además de que se clausuró hace años el cuarto de atención a la materna crítica. Si hoy nos llega una situación así, tenemos que ponerla en una de las cuatro camas que nos quedaron, lo cual representa un altísimo riesgo de infecciones cruzadas”, confiesa la enfermera Rayma Reinoso Cruz.
Tampoco los baños, señala el medio, “tienen una gota de agua corriente para la limpieza”, lo que “deja mucho que desear”
Tampoco los baños, señala el medio, “tienen una gota de agua corriente para la limpieza”, lo que “deja mucho que desear”. Lo mismo ocurre con la higiene de utensilios y de los propios pacientes “para lo cual utilizan el agua almacenada en ¡un contenedor!”, señala el periódico entre signos de exclamación como si el problema de la higiene en los hospitales cubanos fuera exclusivo del Ciro Redondo.
Los trabajos de reparación, que iniciarán por la sala de Terapia –que filtra agua a Hemodiálisis–, requerirán que el centro de salud reorganice algunas de sus instalaciones para dar paso a los trabajadores de la brigada 53 de la Empresa de Construcción Integral de La Habana “y otra de Pinar del Río. Intervendrán también fuerzas especializadas en la reparación de ventanas y cristales, y la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería de Mariel”.
“Tenemos previsto colocar la Terapia donde hoy está la Unidad de Cuidados Intensivos. A su vez, esta irá hacia la sala de observación de Cirugía. De momento no hemos pensado en enviar pacientes hacia otros hospitales, más allá de un caso específico, debido a los daños que sufrieron en sus propias viviendas varios trabajadores”, añade la vicedirectora de Asistencia Médica.
También se harán trabajos de reparación en otros centros, como en la sala de Terapia Intensiva del Hospital Pediátrico José Ramón Martínez Álvarez, en Guanajay. “Aquí también se requiere impermeabilizar la cubierta, recuperar los gases medicinales, las conexiones hidráulicas, la carpintería de una sala de hospitalización y su baño, en peligro de derrumbe”, enumeró Yanelis Amador Borrego, directora de Salud Pública.
“Todo lo que se haga en el Ciro Redondo García ha de ser duradero”, demanda El Artemiseño que, en caso de que algún lector confunda la expresión con una promesa, hace una salvedad: “No se tratará de una inversión capital, que bien necesita el hospital”.
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