Leonardo Páez
Periódico La Jornada
Lunes 7 de octubre de 2024, p. a38
No recuerdo haber visto otra temporada novilleril en que más reses con bravura y nobleza hayan sido desperdiciadas, no por falta de ganas de los jóvenes, sino por su falta de rodaje, escasa experiencia y limitado oficio, lo que se tradujo en faenas fallidas, algunas malogradas con el estoque y las más dejando ir, enteros, despojos de reses que traían las orejas prendidas con alfileres. El problema es muy serio, pues el monopolio y empresas satélites por andar consintiendo figuras descuidaron el sector novilleril, cayendo en un círculo vicioso: no dan novilladas por incosteables, y la gente no asiste porque no hay toreros que interesen, y éstos no son buscados, encontrados y fogueados por las empresas.
- CHECALO -
En la undécima novillada de la temporada y segunda de triunfadores hicieron el paseíllo el capitalino José María Mendoza, ya con 25 años, el tlaxcalteca Jesús Sosa, con 19, y el tapatío Axel López, de la misma edad, para enfrentar una novillada en general bien presentada, sin exceso de kilos ni de cornamenta, aunque sí de encastada exigencia del hierro de San Martín, hoy propiedad de Juan Pablo Bailleres, empresario de la Plaza México.
Con el abreplaza Cómplices, agarrado al piso y que acabó desarrollando genio, José María Mendoza con la muleta anduvo empeñoso y decidido por ambos lados. Dejó una estocada entera algo trasera y fue llamado al tercio. Con su segundo, Resplandor, con más trapío, que recargó en un puyazo, Mendoza quitó por zapopinas bien intencionadas e insistió ante un novillo deslucido, de cara alta. Estuvo pesado con la espada y escuchó dos avisos.
Jesús Sosa, que tiene más de 30 novilladas en su haber, se vio decidido, pero sin lograr estructurar la faena ante la exigente embestida de Centello, al que hilvanó primero bellos y templados lances a pies juntos para, tras una vara, quitar por cordovinas y revolera. Al novillo le faltó castigo, por lo que en el segundo tercio conservó una fuerte embestida. El banderillero Gerardo Angelino dejó un emocionante cuarteo en todo lo alto que levantó al público de sus asientos. Al intentar repetir la suerte en el tercer par, Gerardo fue prendido en el embroque, sufriendo una fuerte paliza. En los medios, Sosa inició con tres estatuarios por alto, seguidos de elegantes y templados derechazos, pero como el novillo exigía mando, los siguientes resultaron apresurados. Intentó con la zurda sin resultados y cerró con bernadinas atropelladas. Dejó un estoconazo ligeramente contrario y recibió una oreja. Una cerrada ovación recibió el toro en el arrastre.
Con su segundo, Escudero, un precioso cárdeno que recibió una vara y dos piquetes, Sosa quitó por chicuelinas antiguas e inició la faena con dos cambiados, faena que tuviera estructura. También Sosa escuchó dos avisos.
El debutante Axel López conecta pronto con el tendido, pues sus carencias las exhibe con espontaneidad y desenfado. Cubrió los tres tercios ante Añorado, dejando en todo lo alto el segundo par. Con la muleta, ante un toro humillado y codicioso, no escuchó los olés largos de la gente y dejó tanditas de tres muletazos por ambos lados. Fue prendido sin consecuencias en dos ocasiones y remató su labor con cuatro vistosas luquesinas. Escuchó un aviso y al juez Braun se le olvidó ordenar arrastre lento a los despojos de tan magnífico ejemplar. Al cierraplaza lo recibió con dos faroles en los medios. Tan verde como su traje, Axel atesora sello y celo, características que no bastaron para aprovechar cabalmente la buena embestida del novillo. Magra cosecha de una temporada mal concebida.
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