«Argentina será un faro de libertad», con esa frase, pronunciada en la Cumbre del Futuro, en el marco de la 79ª Asamblea General de Naciones Unidas, el gobierno de Javier Milei decidió desvincularse de la iniciativa global respaldada por 193 países. Otros de los países que se opusieron o se ausentaron de la votación del acuerdo fueron Rusia, El Salvador, Nicaragua, Irán, Venezuela y Corea del Norte.
Según la ONU, el ambicioso acuerdo busca implementar reformas en las instituciones internacionales y establecer compromisos destinados a garantizar el desarrollo económico, político y social de las generaciones futuras. Este acuerdo incluye 56 acciones concretas y más de 100 propuestas, especialmente en torno al Pacto Digital, que busca regular redes sociales e inteligencia artificial.
Sin embargo, para el gobierno de Argentina, ciertos aspectos del pacto no se alinean con sus principios y necesidades. Mientras muchos países siguen apoyando las medidas propuestas, la nación dirigida por Javier Milei, ha sido la única en desmarcarse de este consenso global.
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Eso fue precisamente lo que manifestó la canciller argentina Diana Mondino quien destacó la voluntad del país de «trabajar en un marco de libertad» y criticó el hecho de que varias propuestas del pacto no se ajustan a los intereses nacionales.
En su discurso, Mondino expresó que el país prioriza un marco de libertad económica, argumentando que «el hambre se acaba garantizando más comercio y no menos».
«Libertad para los individuos que puedan tomar sus decisiones y ser responsables de sus acciones bajo reglas de juegos, parejas para todos. Queremos enfrentar los retos del terrorismo, las amenazas a la integridad territorial, a la democracia, a la seguridad internacional y al desarrollo económico. Para ello, tomamos como guía los propósitos y los principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores de Argentina.
El argumento central del gobierno de Javier Milei se basa en que muchas de las propuestas del Pacto no están alineadas con las prioridades nacionales y podrían comprometer el desarrollo autónomo de Argentina. Según Mondino, las disposiciones vinculadas a la Agenda 2030 y las regulaciones sobre inteligencia artificial y redes sociales amenazan la libertad de los países, lo que, desde la perspectiva liberal del actual gobierno, es inaceptable.
El gobierno de Milei ha dejado claro en reiteradas ocasiones su mensaje de «desarrollar alas para crecer sin regulaciones externas». Así busca un camino que resalte su compromiso con la soberanía nacional, priorizando el crecimiento económico basado en la libertad de mercado por encima de los convenios internacionales.
Esta estrategia del gobierno argentino se enmarca dentro de un contexto global en el que muchos países enfrentan dilemas similares sobre cómo equilibrar las regulaciones internacionales con sus propias políticas internas.
Un pacto digital ¿para qué?
Uno de los componentes principales de los nuevos acuerdos de la ONU es el «Pacto Digital», el cual se enfoca en regular el uso de redes sociales, empresas tecnológicas y la inteligencia artificial (IA) para mitigar los riesgos asociados con estas tecnologías emergentes.
El Pacto Digital resalta la importancia de «promover un espacio digital inclusivo y seguro», así como la necesidad de gobernanza en torno a la inteligencia artificial para asegurar que sus aplicaciones beneficien a la humanidad, respetando la diversidad cultural y lingüística y ayudando a los países en desarrollo a construir capacidades en esta área.
Sin embargo, el gobierno de Javier Milei cuestiona varios elementos del Pacto relacionados con la intervención estatal y el enfoque progresista de la ONU, alineándose más con una filosofía de libertad económica.
En el punto 23 el acuerdo apunta: «Procuraremos lograr un futuro sin terrorismo», pero al gobierno de Milei le preocupa que no se especifique cómo se logrará ese acuerdo.
«Argentina está convencida que una agenda no debe quedar en meras declaraciones, debemos decir cómo lo lograremos. Y en ese sentido, creemos que el modelo que puede hacerlo es el de la libertad de economía. El hambre se acaba garantizando más comercio y no menos. El desarrollo se logra profundizando el respeto por las instituciones, fundamentalmente priorizando el respeto por la propiedad privada. Nuestros jóvenes tendrán un mejor futuro respetando la vida y la libertad».
Diana Mondino, ministra de Relaciones Exteriores de Argentina.
En el pasado, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, específicamente en el año 2022 pidió en la 77° Asamblea General de la ONU que los países y organizaciones respeten la libertad de su país, incluyendo su libertad financiera. Allí criticó a las potencias mundiales y los catalogó como «poderosos», que desconocen el derecho de su país a ser libres, independientes y soberanos, tal como fue informado por CriptoNoticias.
También Bukele ha criticado a las élites poderosas que están dispuestas «a luchar, a mentir, desprestigiar, destruir, confiscar, publicar y hacer lo que haga falta para mantener y afianzar su control sobre ‘la verdad‘, sobre todo y sobre todos», como lo escribió en un artículo de opinión publicado en Bitcoin Magazine.
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