De la redacción
Periódico La Jornada
Viernes 6 de septiembre de 2024, p. 6
A 95 años de su incorporación a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) ha sido gran impulsor de la astrofísica en México.
Sin su existencia no se tendría el prestigio internacional que poseen los astrónomos mexicanos en la actualidad
, resaltó María Soledad Funes Argüello, coordinadora de la Investigación Científica de la máxima casa de estudios.
- CHECALO -
Destacó que el OAN es una prueba clara de que la investigación científica y la generación de conocimiento están relacionadas con la innovación tecnológica y la creación de recursos humanos.
La curiosidad humana de ver el cielo y preguntarse qué hay más allá, es una oportunidad para despertar vocaciones científicas a temprana edad, subrayó la coordinadora de la UNAM.
Las observaciones realizadas en el OAN, en sus diversas instalaciones, han permitido contribuir a desentrañar los secretos del universo, para entender los procesos energéticos que ocurren durante la formación y evolución de las estrellas, así como la interacción de éstas con la materia interestelar, agregó Funes Argüello.
Manifestó que luego de su fundación, en 1878, su custodia y administración fueron asignadas a la UNAM en 1929; a partir de entonces ha desempeñado un papel relevante en la formación de prestigiosos científicos mexicanos, como Paris Pişmiş, Luis Enrique Erro, Silvia Torres Peimbert, Guillermo Haro, Gloria Koenigsberger y Arcadio Poveda.
El OAN, indicó la investigadora, ha impulsado el desarrollo tecnológico en México. Es frecuente escuchar a profesionistas decir que su afición por la tecnología surgió tras su paso por el observatorio.
Dos ejemplos destacados son los del ingeniero civil y ex rector de la UNAM, Nabor Carrillo Flores, y el ingeniero José de la Herrán, que contribuyeron en la modernización y expansión de las instalaciones del OAN.
En la actualidad, existen dos sedes del OAN, una en Tonantzintla, Puebla, donde se llevan a cabo actividades de docencia y divulgación, y otra en la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California .