Si nos fijamos en los estantes de la frutería de los supermercados, veremos que muchas frutas y verduras vienen en bolsas de rejilla del mismo color que su piel. Es habitual sobre todo en las naranjas, cuyos envases son del color que les da el nombre. Pero también podemos verlo con los limones, las limas, los tomates o las cebollas, que suelen venderse en bolsas amarillas, verdes, rojas y marrones, respectivamente. Eso sí, si la cebolla es morada, cambia totalmente el color de la bolsa.
Podría parecernos que esto tiene solo fines decorativos, pero no hay nada más lejos de la realidad. Con esto, los vendedores aprovechan un efecto óptico para hacernos creer que el contenido de las bolsas de rejilla está en su punto perfecto de maduración.
Una naranja ligeramente verdosa se verá mucho más madura y brillante en una bolsa naranja, porque nuestro cerebro se basa en el contexto que rodea a los objetos para interpretar su color. Ocurre lo mismo con todo lo demás. Puede que ahora te sientas estafado, pero en realidad, el márketing está lleno de este tipo de juegos. He ahí la importancia de conocer cómo funciona nuestro cerebro.
Engañado por las bolsas de rejilla
El psicólogo Karl R. Gegenfurtner, de la Universidad de Giessen (Alemania), salió un día a comprar zumo de las naranjas de su frutera de confianza, como suele hacer habitualmente. Esta le dijo que por culpa de las temperaturas extremas de la última temporada no disponía de frutas suficientemente maduras. Karl le agradeció su sinceridad y partió a un supermercado cercano a hacer otras compras cuando, al pasar por la frutería, vio un montón de bolsas de rejilla con naranjas aparentemente maduras. ¿Acaso a estas no les había afectado el clima?
- CHECALO -

Fuese por lo que fuese, a él le venía bien. Si las compraba, podría disfrutar de unas naranjas en su punto. Pero la alegría le duró poco. Al llegar a casa y sacar los cítricos de su bolsa, comprobó que las naranjas estaban verdes. Como le había dicho su frutera, no habían alcanzado el punto óptimo de maduración. Sin embargo, cuando las vio en el supermercado, le pareció que tenían un color naranja brillante.
En ese momento fue consciente de que había sido engañado por la ilusión de confeti. Esta revelación le dejó sin fruta madura para el desayuno, pero le dio la base para realizar un estudio, publicado recientemente en la revista i-Perception.
DERECHOS DE AUTOR
Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://hipertextual.com/2024/08/motivo-naranjas-bolsas-de-rejilla