▲ Bruno Aloi en la Plaza de Toros México.Foto tomada de Instagram del torero
C
omo el novillero más cuajado de los pasados años, poseedor de un valor sereno, dueño de una sólida técnica y una madurez notable, desplegando un estilo clásico y, sobre todo, expresando con elocuencia una notable dosis de interioridad al realizar las suertes, así se presentó el capitalino Bruno Aloi en la novillada del domingo pasado en la Plaza México, asombrando a una concurrencia habituada a carteles con muchachos con poco oficio y menos actitud ante novillos las más de las veces con condiciones para haberles hecho faenas de triunfo.
- CHECALO -
La maldición de la Malinche se vio renovada por la deplorable frase, hace años, del antiguo promotor: yo no hago toreros, yo contrato figuras
, pues no sólo la cumplió sino que las consecuencias no se hicieron esperar y lo que debía ser un semillero de toreros interesantes, figuras en cierne e ídolos generadores de entusiastas partidarismos se volvió decadente club de Tobi taurino al que sólo tienen acceso los amigos de la empresa y recomendados de importantones, tengan o no merecimientos para hacer el paseíllo en el otrora coso máximo. Tan suicida estructura no es privativa de México sino añejo cáncer de la fiesta de los toros, pero acentuado de manera alarmante fuera de España, principal beneficiaria de que los demás países taurinos dependan de ella por la absurda decisión de no tener figuras nacionales capaces de superar a las importadas.
Milagreros y mitoteros como somos, el triunfo incuestionable de Bruno Aloi en el coso de Insurgentes casi nos resuelve la grave crisis de las novilladas en el país, y digo casi porque una golondrina no hace verano y el círculo vicioso de las novilladas ya no son negocio porque no va la gente y no va porque no hay novilleros atractivos y competitivos y estos no los buscan ni forman las empresas. El sistema, a la postre, se quedó sin productos atractivos porque no hace toreros
y ya no le quedan figuras que contratar. Chulada de empresarios.
Una miniencuesta entre aficionados pensantes arrojó varias propuestas: 1) que Bruno siga haciendo carrera en España y regrese a tomar la alternativa el año entrante. 2) que Aloi sea un estímulo consistente para la fiesta y dé entrada a una docena de alternantes competitivos para un impulso verdadero en el sector novilleril. Y 3) que permanezca a las órdenes del monopolio apareciendo en carteles cómodos y con alternantes a modo, con lo que se convertiría en un Canelo Álvarez de luces. La situación no cambiaría, la fiesta no se beneficiaría y él tampoco crecería como torero, aunque sí como otro empleado bien remunerado. Bruno sabrá.
Los tenme acá que ofrece la empresa son: 16 de septiembre. Charro-taurina con Cuauhtémoc Ayala, Pepe Murillo, Juan Luis Silis, Angelino de Arriaga, Luis Ignacio Escobedo, Juan Pedro Llaguno y reses de San Marcos. 19 de octubre. Toros de Villacarmela, Santo Tomás, Fernando Lomelí, Santa Inés, Los Encinos y Santa María de Xalpa para Fernando Robleño, que confirma la alternativa, Arturo Saldívar y Diego Sánchez. 17 de noviembre. De rejones con ejemplares de Marrón para Jorge Hernández Gárate, Guillermo Hermoso de Mendoza y Javi Funtanet, los Forcados Amadores de Évora y los Forcados Amadores de México. 24 de noviembre. Sergio Flores, Borja Jiménez, que confirma, y Miguel Aguilar, con un encierro de San Constantino. Primero de diciembre. De Montecristo para Juan Pablo Sánchez, Diego Silveti y Juan Ortega, que confirma. Y el 12 de diciembre. Toros de Jaral de Peñas para Antonio Ferrera, Diego San Román y Héctor Gutiérrez. ¿Qué mano poderosa evitó traer al fino gaditano David Galván?
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