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Prácticamente, todas las compañías que lanzan smartphones, tienen un reloj inteligente. Y Nothing no iba a ser diferente. La compañía fundada por Carl Pei, uno de los creadores de OnePlus, tiene un reducido catálogo de smartwatches bajo su marca de productos baratos CMF, y la última incorporación es el CMF Watch Pro 2. 

Este reloj es el complemento perfecto para el CMF Phone 1 que la compañía presentó hace unas semanas. Tiene, además, una línea de diseño similar, pues su diseño también es un tanto personalizadle. Por lo que destaca este Watch Pro 2, sin embargo, es por su precio. 

El nuevo reloj de CMF sale a la venta por 69 euros —un precio similar a los relojes de Amazfit o Xiaomi—. A cambio, incluye diferentes prestaciones para la salud y el deporte, así como funciones adicionales, como la posibilidad de recibir llamadas mediante Bluetooth o un control por gestos. Pero, ¿merece la pena?

Diseño y pantalla: la esencia de Nothing, en un reloj

Una de las claves de este CMF Watch Pro 2, es su diseño. No es el reloj con mejor construcción del mercado, y por ende, tampoco es el más premium, pero sí es muy bonito. La compañía ha apostado por una estética más tradicional, con una caja circular que destaca por sus marcos de aluminio y un bisel que, además, es intercambiable. Es decir, CMF vende diferentes acabados, por si el usuario prefiere un bisel circular o uno completamente plano, y así darle un toque distinto al dispositivo. 

El bisel intercambiable rodea una pantalla AMOLED de 1,32 pulgadas, que tiene una resolución de 466 x 466 píxeles y un brillo de 620 nits, así como una frecuencia de 60 Hz. Es un panel más que decente, y permite visualizar contenido sin ningún problema. Su brillo también es más que suficiente, y la respuesta táctil es muy buena. 

Además, podemos navegar por la interfaz sin prácticamente tocar la pantalla gracias a una corona digital ubicada en la esquina superior. Eso sí, con el bisel circular que incluye el CMF Watch Pro 2 por defecto, se hace un tanto incómodo, puesto a que la curva del mismo impide colocar correctamente el dedo sobre la corona.