Seguro has escuchado que jugar sudoku ayuda a mejorar la memoria o a prevenir el deterioro mental en las personas de edad avanzada. O que algunos videojuegos –sobre todo los que entran en la categoría de puzzle– incrementan las competencias de las personas que los usan al ser una forma de entretenimiento y un entrenamiento mental, todo al mismo tiempo.
Pues bien, ¿sabías que jugar póker también puede acondicionar tu cerebro positivamente? Como ya ha dicho más de uno, esta disciplina es más que un simple juego de cartas: es un deporte mental que requiere de estrategia y análisis, además de lectura psicológica de los contrincantes. Y lo que es mejor, con la proliferación de opciones de poker online, ni siquiera tienes que salir de tu casa o buscar a otros jugadores para poder practicar regularmente.
Jugando póker… ¿y entrenando al cerebro?
- CHECALO -
Un estudio de la Universidad de Duke supervisó las reacciones y actividad cerebral de 20 personas mientras jugaban póker contra una persona o una computadora. El autor de dicha pesquisa, el Dr. Scott Huettel, investigó 55 regiones cerebrales de estos jugadores y descubrió que una pequeña región cerebral, la unión temporal-parietal se activa a la hora de intentar predecir cómo actuará el contrincante.
En términos más simples y resumidos, el estudio encontró que cuando los jugadores de póker bluffean contra otros jugadores humanos (estos hallazgos no ocurrieron cuando la muestra se enfrentó a una computadora), entrenan esa parte del cerebro que tiene un papel importante en la toma de decisiones en entornos sociales.
Qué beneficios trae el póker a tus habilidades cognitivas
Además de lo revelado por la investigación del Dr. Huettel de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, jugar al póker trae otros beneficios cognitivos al cerebro. Aquí te enumeramos algunos de los más importantes y que quizás no conocías.
Reactiva el cerebro
Muchas personas utilizan sus ratos libres para “desconectar” el cerebro y practicar juegos de ocio que no requieren de ninguna habilidad mental. Por lo general, son actividades cuyo principal mérito es dominar la repetición o cierta destreza manual (abundan este tipo de videojuegos para teléfono celular). Pues bien, en el póker, específicamente en variantes como el Texas Hold’em o el Omaha, esto no sucede. Alguien que juega por gusto o por ocio al póker, hará todo lo contrario a “apagar” su cerebro: necesitará pensar con agilidad y analizar lo que está sucediendo para tomar una buena decisión. Y si hay algo de dinero de por medio –como muchos sitios de póker online lo permiten–, tomará decisiones mejor pensadas y menos precipitadas.
Entrena tu memoria
Así como el sudoku es un muy buen juego para entrenar a la memoria, el póker también lo es. Piensa en la siguiente situación: estás en una partida de póker en línea, hay una mesa con varios jugadores y las cosas comienzan bien; ves que algunos jugadores juegan agresivo, otros son más mesurados, y tú sigues a tu ritmo; llega el momento en el que tienes una muy buena mano, pero no sabes si subir mucho la apuesta; notas que el único jugador que sigue en la partida es ese que estaba jugando agresivo todo el tiempo. ¿Cuáles eran las manos anteriores de ese jugador? ¿Qué combinaciones utilizó? ¿Usó mucho el bluff? ¿Se notaba un jugador novato o uno experimentado, según las jugadas que usó? Todo lo anterior es un constante entrenamiento a tu memoria, a guardar datos que serán valiosos en el futuro y a retenerlos para así obtener beneficios.
Mejora la toma de decisiones
Ya dijimos que está demostrado que bluffear activa una zona en el cerebro que se utiliza para la toma de decisiones en un entorno social –o sea, decisiones que tomarás cuando estás frente a una o varias personas. Sin embargo, hay otra manera en la que el póker nos entrena para tomar mejores decisiones. Como es bien sabido, la dopamina tiene un papel recurrente en las partidas de póker. Esta sustancia química llamada neurotransmisor transporta señales entre las células nerviosas para que, en resumen, te haga sentir bien. Liberas dopamina cuando ganas una partida de póker porque nuestro cerebro está programado para disfrutar de las emociones o de las situaciones beneficiosas.
Sin embargo, todo jugador habitual de póker sabe que no puede ser seducido tan fácil por este “subidón” de emociones. Cualquier jugador novato se dejará llevar de forma desbocada por esta recompensa potencial: buscará a toda costa volver a sentirse bien, aunque las posibilidades sean bajas. Y lo que es peor: un usuario principiante caerá fácilmente en la falacia cognitiva llamada “error del jugador”, que es la creencia de que una serie de resultados del mismo tipo incrementarán la probabilidad de que el próximo resultado sea diferente. O lo que es lo mismo: una racha de partidas perdidas vendrá acompañada, inevitablemente, de una victoria. Un jugador que esté habituado al póker sabe que este es un gran error y entrenará a su cerebro a tomar decisiones mucho más racionales y menos ilógicas.
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