Europa Press
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de agosto de 2024, p. 6
Madrid. Investigadores de la Universidad de Linköping han logrado crear nanocables de oro y desarrollar electrodos blandos que se pueden conectar al sistema nervioso.
Los electrodos son blandos como los nervios, estirables y conductores de electricidad, y se prevé que duren mucho tiempo en el cuerpo.
- CHECALO -
En el futuro, sería posible utilizar este metal precioso en interfaces blandas para conectar la electrónica al sistema nervioso con fines médicos. La esperanza es aliviar afecciones como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, la parálisis o el dolor crónico. Sin embargo, crear una interfaz donde la electrónica se encuentre con el cerebro u otras partes del sistema nervioso plantea desafíos especiales.
Los conductores usados en la electrónica son metales muy duros y rígidos. Las propiedades mecánicas del sistema nervioso recuerdan más a la gelatina blanda. Para conseguir una transmisión precisa de la señal, es necesario acercarse mucho a las fibras nerviosas en cuestión, pero como el cuerpo está en constante movimiento, conseguirun contacto cercano entre algo duro y algo blando y frágil se convierte en un problema
, afirma Klas Tybrandt, del Laboratorio de Electrónica Orgánica de la Universidad de Linköping, quien dirigió la investigación.
Los nanocables creados son mil veces más finos que un cabello gracias a una combinación de oro con una goma de silicona muy blanda.
Al lograr que estos elementos trabajen juntos, se ha obtenido un conductor con una alta conductividad eléctrica, muy suave y fabricado con materiales biocompatibles que funcionan con el cuerpo
, afirma Klas Tybrandt.
El caucho de silicona ya se utiliza en implantes, como los mamarios, y el oro y platino son metales comunes en dispositivos de uso clínico.
En colaboración con el profesor Simon Farnebo, del Departamento de Ciencias Biomédicas y Clínicas de la Universidad de Linköping, los responsables del estudio han demostrado que los microelectrodos blandos y elásticos pueden estimular un nervio de rata y captar señales del nervio.
En aplicaciones en las que la electrónica blanda se va a incrustar en el cuerpo, el material debe durar mucho tiempo. Al probar la estabilidad del nuevo nanocable han llegado a la conclusión de que resistirá tres años, lo que es mejor que los desarrollados hasta ahora.
Ahora se está trabajando en el perfeccionamiento del material y la creación de diferentes electrodos, aún más pequeños, que puedan entrar en contacto más cercano con las células nerviosas.