trucos para no pasar las vacaciones en el baño

Una de las condiciones de salud que debemos tener en cuenta durante nuestras vacaciones es la diarrea del viajero. Generalmente no es una afección grave, aunque sí puede llegar a serlo en niños o personas con patologías previas. Sea como sea, en el mejor de los casos resulta bastante desagradable, por lo que no está de más conocerla y saber cómo prevenirla.

Este término no hace referencia a una enfermedad causada por un solo patógeno. Se refiere a cualquier episodio diarreico que se produzca durante una viaje, normalmente a países con pocos recursos, donde la seguridad alimentaria es escasa. Ocurre sobre todo en algunas zonas de Latinoamérica, África, Oriente Medio y Asia.

En esos países, beber agua o ingerir alimentos contaminados puede provocar molestias estomacales y heces acuosas durante varias veces al día. Esa es la diarrea del viajero. Pueden causarla desde bacterias hasta virus, pasando un amplio abanico de parásitos. Normalmente remite en unos días, pero se calcula que en un 10% de los pacientes pueden darse complicaciones, como una diarrea mucho más persistente. Veamos entonces qué hay que hacer para prevenirla.

Las principales causas de la diarrea del viajero

Las dos principales causantes de la diarrea del viajero son las bacterias Escherichia coli y Campylobacter. También la pueden ocasionar virus y parásitos como algunos protozoos o unos gusanos llamados helmintos.

Generalmente estos patógenos se encuentran en el agua corriente, aunque también pueden pasar a los alimentos, sobre todo a vegetales que la adquieren a través del riego. Por eso, a la hora de buscar formas de prevenir la enfermedad, es importante saber cuáles son esos alimentos y bebidas de riesgo, para evitarlos en la medida de lo posible.

Por mucho que veamos que las personas que viven en estos países no enferman, no podemos pensar que nosotros estaremos totalmente seguros. Su sistema inmunitario está más que habituado a los patógenos de su agua, por lo que puede que ya no les hagan ningún daño. Pero a nosotros sí. 

Cuidado con lo que bebes…

Ante todo, se debe evitar consumir agua del grifo. Ni siquiera se debería utilizar para lavar los dientes, por razones obvias. En caso de que haya que preparar leche a los bebés y no haya otra fuente de agua, esta debería hervirse previamente.

Por otro lado, si se toman hielos, habría que comprobar que no se han preparado con agua del grifo. Las bebidas preparadas son seguras siempre que estén bien precintadas y la leche, como siempre, debe estar pasteurizada. Esto es aplicable a los viajes, pero también a nuestro día a día. No todo es la diarrea del viajero.

… y con lo que comes

Las frutas y verduras deberían tomarse siempre cocinadas o muy bien lavadas. Además, si se trata de frutas con piel, como las manzanas, es mejor quitársela. Las verduras de hoja verde, como la lechuga o las espinacas, son mucho más difíciles de lavar, por lo que es mejor evitarlas, incluso si se lavan.

No se debe tomar nada sin cocinar, especialmente pescado y marisco. Los mercados callejeros de comida son muy tradicionales en estos países, pero la seguridad alimentaria suele brillar por su ausencia. Por eso, es mejor eliminar ese factor de la experiencia.