Apenas llevamos un par de semanas de verano en el hemisferio norte y ya nos está tocando lidiar con olas de calor. Actualmente en España hay 9 comunidades autónomas en alerta por altas temperaturas, por lo que se advierte a los ciudadanos que tomen las precauciones necesarias. Si nos paramos a pensarlo, hoy en día lo tenemos relativamente fácil: disponemos de aire acondicionado, frigoríficos, tejidos ligeros diseñados para transpirar lo máximo posible… Podríamos creer que en el pasado una ola de calor como la que sufrimos ahora acabaría con la población, pero lo cierto es que ciertas sociedades antiguas, como los romanos o los egipcios, sabían muy bien cómo lidiar con las altas temperaturas.
Los egipcios, por ejemplo, eran verdaderos profesionales en este aspecto. Sus habilidades arquitectónicas son más que conocidas. No solo por las pirámides, los templos o los obeliscos. Las propias residencias, aun sin ser muy fastuosas, disponían de todo lo necesario para que sus habitantes viviesen con comodidad. Esto, lógicamente, era más habitual entre las personas de alta clase social, pero los pobres también tenían sus trucos.
Por otro lado, sabían cómo vestirse, peinarse y alimentarse para resistir mejor el calor. No olvidemos que vivían en pleno desierto. Puede que no tuviesen olas de calor tan recurrentes como las que nos está trayendo el cambio climático, pero conocían muy bien los perjuicios de las temperaturas elevadas. Veamos entonces qué hacían para resistirlas.
Casas a prueba de olas de calor
A pesar de encontrarse en una zona muy árida, se calcula que las casas en el Antiguo Egipto mantenían temperaturas que rara vez subían de los 22 ºC. Esto era posible gracias a un gran número de técnicas que permitían refrigerar las estancias. Algunas eran tan simples como elegir las zonas de las construcciones, que solían estar cerca del río. Pero esto no siempre era posible. Por eso, había otros muchos trucos, que les vendrían bien incluso si tenían que lidiar con olas de calor.
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Para empezar, la mayoría de construcciones se hacían con ladrillos de barro, que ayudaban a mantener una temperatura más fresca. También disponían de estructuras diseñadas para introducir aire fresco en el interior, siendo las más habituales las aperturas de viento, los receptores de viento y los malqaf.
Lo primero eran simplemente orificios realizados en zonas estratégicas para que se creasen corrientes de aire frío dentro de las casas. Por otro lado, los receptores de viento eran tuberías que se alzaban hacia la parte superior del edificio, captaban el viento y luego lo conducían al interior. Finalmente, los malqaf eran unas alfombras que se colocaban en marcos de madera sobre los techos de las casas, enfrentados al viento, para que con su movimiento pasasen aire frío hacia el interior.
Además, siguiendo con las alfombras, a menudo se usaban esterillas de caña húmedas, que se colocaban sobre los marcos de puertas y ventanas para que esa humedad refrescase el ambiente. Finalmente, algunas personas colocaban ollas de barro llenas de agua fría que refrescaban igualmente los alrededores de las estancias, amortiguando los efectos del viento cálido.
Vestimentas y peinados para la ocasión
Los esclavos y las personas más pobres en el antiguo Egipto solían trabajar completamente desnudos. Es cierto que eso no es algo que podamos hacer nosotros durante las olas de calor, pero en esa época la visión sobre la desnudez era distinta.
De cualquier modo, las personas de un estatus social más elevado sí llevaban ropas ligeras, a menudo con el pecho descubierto en el caso de los hombres. Las mujeres llevaban túnicas de tubo con correas que cubrían ligeramente los pechos, para mantenerse igualmente frescas.
En cuanto al pelo, tanto ricos como pobres solían rapárselo para tener menos calor cuando se encontraban en casa. A la hora de salir usaban pelucas bonitas y enjoyadas en el caso de las personas más ricas y confeccionadas con lana para los más pobres. Las pelucas eran diferentes, pero todos optaban por raparse.
Centros comerciales con aire acondicionado
¿Quién no se ha puesto a pasear por un centro comercial en época de olas de calor simplemente para disfrutar gratis del aire acondicionado? Esto puede parecer una triquiñuela de los últimos tiempos, pero es bastante antiguo.
Los mercaderes egipcios construían bazares bajo grandes lonas que mantenían los puestos de compra en sombra, de manera que a los vecinos les apeteciese pasear por ahí y, de paso, comprar algo que les entrase por los ojos.
En las olas de calor hay que mantener la comida fría
Hoy en día disponemos de congeladores y frigoríficos que nos ayudan a evitar que la comida se eche a perder rápidamente. Estos inventos no existían en el pasado. No obstante, los antiguos egipcios tenían sus propios trucos para enfriar lo que se iban a comer.
Por ejemplo, un truco que compartían también con los romanos era la colocación de dos maceteros de terracota, uno sobre otro. En el espacio entre ambos se colocaba una mezcla de arena y agua y en la parte superior los alimentos que se querían conservar. Para que el agua pudiese evaporarse, necesitaba calor, que se absorbía de su alrededor, manteniendo el macetero superior mucho más frío.
Vacaciones en el mar
Hoy en día, quienes se lo pueden permitir tienen segundas residencias en la playa, que les vienen muy bien durante las olas de calor. Cabo de Gata, Benidorm, la Costa del Sol… Hay muchísimos lugares en España plagados de este tipo de viviendas.
En el antiguo Egipto la situación no era tan diferente. Las personas de una alta posición tenían segunda o incluso tercera residencia en lugares como el Mar Rojo o el Mar Mediterráneo. Allí, se mantenían mucho más frescos durante las épocas de altas temperaturas. Los más pobres no tenían esa opción, pero siempre les quedarían las esterillas húmedas y el pelo rapado. Cada cual hacía lo que podía. Más o menos como nosotros ahora.
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