El zoológico de Moctezuma en la antigua Tenochtitlan fue uno de los lugares más impresionantes de su tiempo. Ubicado en el corazón de la capital mexica, albergó fieras y aves.
Muy cerca del palacio del emperador Moctezuma II, en el corazón de la ciudad de Tenochtitlan, aves de todo tipo, mamíferos y reptiles habitaron un lugar privilegiado entre plantas, estanques y jaulas de madera. El vivario de la antigua capital mexica, ahora conocido como zoológico de Moctezuma, fue uno de los lugares más impresionantes y avanzados de su tiempo.
El lugar estaba al oeste de la Alameda Central, a unos pasos del Palacio de Bellas Artes, en el espacio que ahora ocupa el templo de San Francisco en la Ciudad de México.
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Un complejo de estanques y jaulas
El zoológico de Moctezuma era un complejo que incluía amplias jaulas, estanques y un Totocalli o “casa de las aves”. Las fuentes históricas mencionan que en este lugar habitaban mamíferos (zorros, jaguares, pumas y lobos), reptiles, aves y anfibios. Además, había un área especial para animales acuáticos con estanques llenos de peces y tortugas. Todos eran cuidados con esmero por un gran número de empleados, quienes se encargaban de su alimentación y bienestar.
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Las aves de diversos colores podían aletear entre pajareras provistas de protección para la lluvia, mientras que las fieras descansaban en jaulas robustas de madera. “Los reptiles, especialmente las serpientes, eran guardadas en un local con cántaros en los que se guarecían”, destaca en un artículo el herpetólogo y ornitólogo mexicano, Rafael Martín del Campo. Él mismo afirma que hubo unas 600 personas al cuidado y curación de estas especies.
“Tenía una casa donde tenía un muy hermoso jardín con ciertos miradores que salían sobre él, tenía diez estanques de agua, donde tenía todos los linajes de aves de agua que en estas partes se hallan, domésticas”, así describió el aviario Hernán Cortés en una de sus cartas al rey Carlos I de España.
Los animales llegaban a Tenochtitlán a través de diversas fuentes. Muchos eran tributo de otros gobernantes y líderes como muestra de respeto y alianza. Otros eran ofrecidos a manera de regalo o como parte del comercio que llegaba a la ciudad desde diferentes regiones.
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El verdadero uso del zoológico de Moctezuma
En el mapa de la gran Tenochtitlan publicado en Nuremberg en 1524 y atribuido al Cortés, el zoológico de Moctezuma aparece indicado en un recuadro dividido en ocho secciones con la ilustración del mismo número de animales. Además, las especies allí representadas coinciden en número y forma con la representación del Códice Florentino.
El vivario no solo deleitaba al soberano y su corte, menciona el arqueólogo Israel Elizalde Mendez, sino que también abastecía a los sacerdotes de especies para rituales. Los animales completos se ofrendaban en los depósitos del Templo Mayor, como han evidenciado las excavaciones arqueológicas. Los maestros artesanos también obtenían plumas, pieles y huesos para elaborar bienes para la ciudad.
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