Madrid/Cuba se ha ganado el «estatus de paria» en las calificaciones de los mercados financieros internacionales por el hecho insólito de no aparecer en el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre flujo de capitales hacia América Latina.
Con esas duras palabras, el economista cubano Pedro Monreal arremete contra las autoridades económicas de la Isla. “Ningún discurso oficial, cartera de oportunidades de inversión en Cuba, o verbosidad en ‘comisiones mixtas’ tiene –ni de lejos– el impacto negativo que causa en acreedores que un país endeudado hasta el tuétano se autoexcluya de las calificaciones internacionales de riesgo”.
La Isla es el único país, entre 26, sin calificación porque no proporciona información al organismo internacional. “Para un país como Cuba, con profunda crisis económica y social, sanciones externas, programa económico a la deriva y modelo inefectivo de inserción internacional, es clave el acceso al financiamiento internacional y por eso son importantes las calificaciones de ‘riesgo país’”, señala Monreal en un hilo de X.
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De igual manera destaca que de las tres agencias calificadoras más importantes, Moody’s, Standard and Poors (S&P) y Fitch, solamente la primera solía emitir un indicador sobre Cuba, y era pésimo: “Usualmente del tipo “Caa” correspondiente a un riesgo sustancial (una calificación muy mala)”. Tal y como se observa en el informe, Moody’s retiró su calificación en diciembre de 2023.
«Existe una diferencia importante entre una baja calificación tipo ‘Caa’, que en cada informe de calificación es explicado, y una ‘retirada’ de la calificación por no proporcionar información»
“Existe una diferencia importante entre una baja calificación tipo ‘Caa’, que en cada informe de calificación es explicado, y una ‘retirada’ de la calificación por no proporcionar información”, expone el economista, que sentencia: “Lo primero es un percance de mercado, lo segundo es una majadería política”.
El severo juicio a las autoridades por parte de Monreal continúa: “Hay que tener muy poco entrenamiento económico para asumir que no tendría efecto negativo en acreedores internacionales (actuales y potenciales) que Cuba sea el único país sin calificación de riesgo crediticio en la región porque parece considerar que es mejor el secretismo”.
Independientemente de cuál sea su calificación en informes internacionales, la mala fama de Cuba como pagador está ganada a pulso. La deuda externa declarada en 2020 –cuyo crecimiento desde entonces se desconoce– ascendía a casi 20.000 millones de dólares, con varios acreedores.
Solamente a Argentina le debe 2.816 millones de dólares, atribuidos a un préstamo que se originó en 1974 bajo la dirección del ministro peronista José Bel Gelbard (si bien Infobae, en 2023, la contabilizó hasta en 15.000 millones de dólares sumando el préstamo del 74 más los intereses y la penalización por impago).
La deuda con varios países del Club de París ascendía, el año pasado, a 4.827 millones de dólares. Un último acuerdo, en septiembre de 2023, estableció un nuevo calendario de pagos después de incumplir desde 2020 los plazos acordados en 2015, cuando se le concedió una quita de unos 8.500 millones de dólares.
En 2021, el régimen también pactó con Rusia el aplazamiento de una deuda relativa a créditos estatales para la exportación que Moscú concedió entre 2006 y 2019, con un importe total de 2.300 millones de dólares. En el momento de firmar el pacto, el déficit de impago era de 57 millones, además de otros 11 por intereses de demora, que se deben devolver entre 2022 y 2027.
La Habana tiene también entre sus mayores acreedores a México, Japón y el fondo CRF I Limited, como parte del Club de Londres. Un tribunal británico reconoció, en abril de 2023, los derechos de este fondo de inversión sobre una deuda de 72 millones de euros contratada por la Isla.
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