La Habana/Washington/Los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe, aunque se ralentizaron el pasado año, subieron un 7,7 % respecto a 2022. Según los datos publicados por el Banco Mundial este miércoles, en la región se alcanzaron los 156.000 millones de dólares, gracias a «un mercado laboral estadounidense sólido». México recibió 66.200 millones de dólares, un aumento del 7,8 %, manteniendo su posición como el principal receptor de la zona.
La gran mayoría de remesas que llegan a México y Guatemala provienen de migrantes que tienen que pasar por estos países en su camino hacia Estados Unidos y que reciben dinero de parte de sus familiares, detalló también el Banco Mundial. Según el reporte, los principales lugares de origen de estas personas son Cuba, China, Ecuador, Haití, India, Nicaragua, Venezuela, y otras naciones, desde donde migran en busca de una vida mejor.
Para poder costear la aventura, algunos migrantes cubanos que están de paso en México o que residen temporalmente en el país –a la espera de una entrevista de asilo con las autoridades migratorias estadounidenses– reciben remesas de parte de sus familiares que ya radican en Estados Unidos. Para hacerlo, normalmente recurren a empresas como Western Union y aplicaciones de envío como Remitly, según ha documentado 14ymedio.
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El costo de enviar dinero desde Estados Unidos a Cuba se mantuvo alto
El Banco Mundial detalla que el costo de enviar dinero desde Estados Unidos a Cuba se mantuvo alto, pero disminuyó del 23,5% en el cuarto trimestre de 2022 al 19,3% en el trimestre 2023.
“Los migrantes permanecen más tiempo en México, lo que podría aumentar las remesas al país. Sin embargo, existen riesgos a la baja para las proyecciones”, explicó el organismo, debido a un debilitamiento del mercado laboral estadounidense y a los resultados electorales de las elecciones de noviembre, que podrían traer «regulaciones de inmigración más estrictas».
Mientras las remesas a América Latina y el Caribe siguieron subiendo, indica el Banco Mundial, no sucedió lo mismo hacia Oriente Medio y el norte de África, donde se desplomaron el 14,8%. Después de un período de fuerte crecimiento durante 2021 y 2022, los flujos de remesas registrados hacia los países de ingresos bajos y medianos se moderaron en 2023 y crecieron sólo el 0,7 %, alcanzando un aproximadamente 656.000 millones de dólares, según el organismo.
De cara al futuro, se espera que las remesas a los países de ingresos bajos y medianos crezcan a un ritmo más rápido en 2024, con una proyección de un aumento del 2,3%, aunque este crecimiento será desigual entre regiones.
Además, hay posibles riesgos a la baja para estas estimaciones que incluyen un crecimiento económico más débil de lo esperado en los países de altos ingresos que acogen a migrantes y la volatilidad de los precios del petróleo y los tipos de cambio. Las zonas que reciben mayor flujo de remesas, después de América Latina y el Caribe, son Asia Meridional (5,2%) y Asia Oriental y el Pacífico (4,8%, excluida China).
África subsahariana experimentó una ligera caída del 0,3%, mientras que Oriente Medio y África del Norte experimentaron una caída de casi el 15% y Europa y Asia central experimentaron una caída del 10,3%.
Para 2025, se espera que los flujos se desaceleren hasta el 2,7%
Para 2025, se espera que los flujos se desaceleren hasta el 2,7%, aunque los flujos seguirán «debido al considerable número de migrantes en tránsito varados en México y Guatemala y a las buenas perspectivas laborales en Estados Unidos y España». En cuanto a Oriente Medio y el Norte de África las remesas cayeron un 15%, hasta los 55.000 millones de dólares en 2023, debido principalmente a una fuerte disminución de los flujos hacia Egipto. Las perspectivas se verán afectadas por la difícil situación que enfrentan los países importadores de petróleo de la región, como Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez, explicó el organismo.
En cambio, los exportadores de petróleo de la región, como Irak y Argelia, se beneficiarán del aumento de los precios de los hidrocarburos. Se prevé que los flujos de remesas a la región registren un aumento moderado del 4,3% en 2024. El Banco Mundial señaló además que enviar remesas sigue siendo «demasiado costoso» y que en el cuarto trimestre de 2023 el costo promedio global de enviar 200 dólares fue del 6,4 % del monto enviado, ligeramente superior al 6,2% del año anterior y muy por encima de la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del 3%.
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