Rusia sigue adelante con la desdolarización y acelera el rublo digital

En el marco del proceso de desdolarización que adelanta el gobierno de Rusia, el país está dando prioridad al lanzamiento del rublo digital, la moneda digital de banco central (CBDC) que desarrollan desde 2021. 

El plan del país euroasiático, según explicó el legislador ruso Anatoly Aksakov, es incorporar la moneda digital al comercio internacional. La CBDC será parte del sistema de pagos que implementarán como vía para evadir el paquete de sanciones impuestos por Occidente desde 2022, a raíz de la guerra con Ucrania.  

Aksakov, que encabeza el Comité de Mercados Financieros de la Duma Estatal, agregó que los planes apuntan a que Rusia realice pagos internacionales en rublos digitales para la segunda mitad de 2025, acelerando con ello el lanzamiento de la moneda. 

Durante su participación en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo que se realizó hace unos días, el diputado relató los esfuerzos que hace el gobierno para que el rublo digital esté disponible lo más pronto posible.  

«Les cuento que el rublo digital probablemente se utilizará para pagos internacionales el próximo año y las primeras liquidaciones se realizarán en unos meses, aunque no en la primera mitad del año», dijo Aksakov a los asistentes. 

El diputado apuesta porque el rublo digital y el resto de las CBDC serán parte fundamental del comercio internacional en los próximos 5 años.  

Con este propósito Rusia ha estado intensificando las pruebas con la CBDC que arrancaron en agosto de 2023, cuando se puso en marcha la primera fase del piloto. Ese mismo año se aprobó una ley que no solo integra el rublo digital al sistema financiero, sino que otorga rango legal a las monedas digitales de todos los países. 

Hasta el momento, a través de las pruebas con el rublo digital se han logrado ejecutar unas 25.000 transacciones, que incluyen pagos P2P y en tiendas comerciales. El mayor logro ha sido incorporar la CBDC en el pago de gas en Lukoil, una de las tres mayores empresas de petróleo y gas de Rusia. 

Sin embargo, el foco principal del gobierno está puesto en los pagos internacionales, obstaculizados por las sanciones.  

El gobierno ruso ha optado por usar monedas locales para continuar con el comercio, pero su estrategia básica es tener alternativas de pago que ayuden a limitar la dependencia del dólar. Una meta que Rusia comparte con sus aliados en el bloque del BRICS. 

Las CBDC y la minería de bitcoin como parte de la desdolarización

Tal como ha informado CriptoNoticias, las 10 naciones que conforman el bloque internacional que se opone al G7, son las que impulsan de desdolarización global. Junto a China, Rusia se ha convertido en uno de los motores que pretende quitar fuerza al dominio mundial del dólar.  

Con esto en mente, los BRICS trabajan en la creación de su propio sistema de pagos, basado en las CBDC de los países miembros. De ahí el interés del gobierno ruso en acelerar el rublo digital, para seguir adelante en el camino a la desdolarización.  

Se trata de un proceso que viene tomando fuerza desde hace algunos meses, y que muestra señales de avance con la caída de petrodólar de Arabia Saudita, y el consecuente debilitamiento de la participación de la moneda estadounidense en las reservas internacionales.  

En esta nueva dinámica geopolítica, se espera que las CBDC jueguen un rol importante que ayude a Rusia a evadir el bloqueo y alejarse del dólar. Aunque el presidente Vladimir Putin tiene otra carta bajo la manga: la minería de bitcoin.  

Sobre este tema escribió hace poco Anton Gorelkin, vicepresidente del comité de política de la Duma Estatal, indicando que el gobierno tiene intenciones de apresurar la aprobación del proyecto de ley que regula la minería. Esto, con el fin de obtener más recursos que le ayuden a sostener su economía en medio de las sanciones.  

Para ello siguen de cerca la experiencia de Irán, que también está bajo sanciones de Estados Unidos y otros países occidentales. El país de Medio Oriente integró a los mineros de BTC a su sistema financiero, manteniendo un estricto control gubernamental sobre la infraestructura que utilizan y los recursos que generan.