La terraplanista argentina nombrada secretaria de Ciencia

¿Qué pasaría si Iker Jiménez fuese ministro de ciencia en España? Resulta difícil de imaginar, pero hay países y partidos políticos con los que no sería tan descabellado. No hay más que ver el caso del Gobierno de Argentina, en el que se acaba de nombrar a una terraplanista como secretaria de su Comisión de Ciencia. Se trata de Lilia Lemoine, una política, cosplayer e influencer, muy conocida en el país sudamericano. Pero no solo es conocida por su trabajo en estas disciplinas. También se la conoce por muchas polémicas, buena parte de ellas relacionadas con la ciencia.

Por ejemplo, en 2022 ayudó a promocionar en redes sociales un tratamiento para aclarar el color de los ojos a través del láser. En su momento, el tratamiento fue muy criticado por los oftalmólogos, debido a los riesgos que entrañaba, pero la cosa fue aún peor cuando empezaron a salir los primeros damnificados. Algunas personas sufrieron glaucoma y perdieron parte de su visión. Con el tiempo se supo que el procedimiento no estaba aprobado, por lo que el oftalmólogo que lo realizaba había cometido un fraude en el que, consciente o inconscientemente, colaboró Lilia. 

También ha sido denunciada por asociaciones de familiares de personas con síndrome de Down, por utilizar el término “mongólico” para referirse a ellos. Y, por si todo eso fuese poco, durante la campaña electoral en la que se eligió a Milei como presidente del gobierno se hizo viral un vídeo en el que defiende la postura terraplanista. Esa es la ciencia que parecen querer promover desde el Gobierno de Argentina.

El vídeo terraplanista de Lilia Lemoine

En el vídeo, Lilia comienza manteniendo cierta distancia con las teorías terraplanistas. Las expone como una posibilidad e invita a los espectadores a reflexionar sobre ello. No obstante, a medida que avanza la grabación, va defendiendo más abiertamente el hecho de que la Tierra sea plana y esté delimitada por muros de hielo.

Según ella, los gobiernos de todos los países han podido engañarnos para que no intentemos ver qué hay al otro lado. “Los animales, si tienen agua y comida, no intentan saltar las vallas, pero los humanos sí lo hacen”.

Además, hace referencia a otras teorías de la conspiración que convergen con la terraplanista. Por un lado, la posibilidad de que la llegada de los humanos a la Luna fuese un montaje. Y, por otro, que también lo fuesen los viajes a la Antártida. 

De hecho, si los humanos no fueron a la Luna acabaríamos con una de los argumentos en contra del terraplanismo: las fotos tomadas por los astronautas. Aun así, ella tiene otros argumentos. Por ejemplo, recuerda que no hay aviones que vuelen a través del Pacífico. Para ella, eso significa posiblemente que hay un muro que les impide el paso. “Si el mapa fuese como nos dice la ONU, sería lo más fácil”, insiste. Sin embargo, la realidad es que es un océano inmenso, de manera que, a falta de aeropuertos, se dificultarían mucho las maniobras en caso de emergencia. Que la realidad nunca te arruine una buena historia.

La ciencia en el Gobierno de Argentina

“¿Qué pasaría si la ciencia tuviese que dar su brazo a torcer y reconocer que se ha equivocado?” Con esta frase, Lilia habla de la ciencia desde el oscurantismo, como si se tratase de una institución que intenta engañar a la población o, al menos, esconder sus errores.

Esto no parece muy apropiado en una persona que debe tomar decisiones sobre la ciencia de su país. Por eso hay tantos argentinos indignados con su nombramiento.

Y tienen razón. Si ya es un error dar voz en los medios de comunicación a personas que defienden teorías sin la más mínima evidencia científica, dársela dentro de un Gobierno puede ser realmente peligroso. Porque hay una cuestión que está muy clara y es que la ciencia no es una cuestión de opinión.