Hechos clave:
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No existe forma de que EE. UU. o cualquier gobierno acceda a BTC autocustodiados.
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Los usuarios no son el blanco de la presión estadounidense, las empresas de bitcoin sí.
Esta semana ha sido movida para la industria de bitcoin (BTC) en los Estados Unidos, país que dirigió esfuerzos contra wallets de autocustodia, advirtió a los usuarios de usar exchanges sin KYC y provocó la salida de monederos de su territorio.
En lo que aparenta ser una avanzada coordinada contra el ecosistema de BTC, el país norteamericano se ha enfocado en servicios que, entre otras cosas, preservan la privacidad de los usuarios. Para las autoridades de esa nación, estos servicios promueven el lavado de dinero.
- CHECALO -
Fue el caso de Samourai, una wallet de Bitcoin con múltiples herramientas avanzadas de privacidad, cuyos fundadores fueron arrestados. Esto sucedió el miércoles pasado cuando el gobierno estadounidense apresó a Keonne Rodríguez y William Lonergan, y los acusó de conspirar para permitir el blanqueo de capitales y para operar un negocio de transmisión de dinero sin licencia.
La detención vino acompañada de la incautación de los servidores de Samourai Wallet, lo que conllevó al bloqueo inmediato en EE. UU. de la página web del monedero, así como su retirada de la tienda de aplicaciones móviles Google Play Store.
Luego, el Buró Federal de Investigaciones (FBI), alertó a los usuarios estadounidenses de bitcoin y criptomonedas de usar servicios que no cuenten con el protocolo conoce-tu-cliente (KYC), empleado para identificar plenamente a las personas.
Advirtieron, en pocas palabras, que los usuarios pueden ser víctimas de “perturbaciones económicas” si el FBI o cualquier entidad va contra una de estas empresas e incauta fondos.
La advertencia del FBI provocó que monederos como Phoenix Wallet anunciaran su retirada del país norteamericano. La organización detrás de esa cartera, ACINQ, aseveró que lo dicho por la oficina estadounidense puso en duda cuáles entidades son servicios de transmisión de dinero.
Ante tales hechos, la comunidad de Bitcoin se ha unificado en una sola voz que clama por la autocustodia de BTC como una única alternativa para hacerle frente a lo que llaman “guerra a la privacidad”.
Es el caso de Jameson Lopp, desarrollador y referente de la industria bitcoiner en Estados Unidos. En X, el especialista afirmó que ese país, en voz del FBI, está promoviendo buenos argumentos a favor de la autocustodia de BTC.
En reacción directa a la advertencia del FBI, de evitar el uso de exchanges y plataformas sin KYC (los procedimientos de “Conoce a Tu Cliente” que realizan las entidades financieras), Lopp enfatizó que se trata de una alerta que “merece ser tomada en cuenta”. Esto es así ya que el FBI aclara que “ellos mismos van a robar el dinero cuando ataquen a los servicios de custodia que no cumplan las normas”.
Recordó así que, de acuerdo con el FBI, los usuarios se pueden quedar sin su dinero si los organismos de seguridad de EE. UU. allanan e incautan fondos a una empresa de BTC que no emplee el KYC.
Una voz consonante con la de Lopp es la del abogado y bitcoiner español Álvaro D. María. Para él, los usuarios deben hacer “sus deberes con bitcoin”. Es decir, aplicar la autocustodia. Ello, porque “no se sabe cuándo se irán cerrando puertas y cuándo se volverán a abrir”.
Otro bitcoiner que salió al paso al venerar la autocustodia ante la avanzada estadounidense es Dylan LeClair, analista del fondo de activos digitales UTXO Management. En X, aseveró que las autoridades estadounidenses perseguirán la custodia personal de BTC “porque necesitan controles de capital para ejecutar adecuadamente la represión financiera”.
“La autocustodia de bitcoin ampliamente adoptada y utilizada con herramientas de privacidad, presenta una amenaza existencial” para los reguladores del país, aseguró.
Ningún país puede acceder a los bitcoin autocustodiados
Ahora bien, ¿Por qué la autocustodia de bitcoin puede ser una vía de escape a la presión regulatoria, tal como lo dicen los bitcoiners antes mencionados?
La respuesta viene dada con el hecho de que, aunque quisiera, ni el gobierno de Estados Unidos ni de ningún país del mundo puede acceder a los bitcoin de una persona, a menos, claro, que tenga las llaves privadas de un monedero de autocustodia.
Recordando el funcionamiento de la custodia personal de BTC, es el usuario el que tiene la total soberanía de su dinero si cuenta con las llaves privadas criptográficas de la cartera en donde tiene almacenadas sus monedas. Por lo general, estas llaves son frases únicas, en un orden único, que deberían ser resguardadas con precisión.
Claramente, las wallets de autocustodia, bien en caliente (con conexión a internet) o en frío (sin conexión), son provistas por empresas u organizaciones. Existen ejemplos claros, como Trezor o Ledger, en el caso de las wallets frías; y AQUA o la recientemente prohibida Samourai Wallet, en el caso de los monederos calientes.
Las empresas, a diferencia de los usuarios de bitcoin (en este caso), sí pueden ser una clara diana de tiro para los Estados Unidos y cualquier país del mundo, pues las medidas estatales impactan directamente sobre sus operaciones, y, como daño colateral, sobre los usuarios.
Esto es así ya que, si las autoridades de un país deciden repetir el patrón de acción que siguieron contra Samourai Wallet esta semana, es posible que logren deshabilitar los servidores de otros monederos de autocustodia y, en consecuencia, se generen errores en las plataformas, como saldos y balances en cero. Un contexto que vendrá acompañado de su correspondiente temor y alerta en la comunidad.
Ahora bien, si las claves están debidamente resguardadas por los usuarios, el dinero todavía es recuperable. Incluso si los servidores de una wallet fueron desconectados por las autoridades de un país.
Para ello existen métodos, como la recuperación de archivos de llaves privadas u otras implementaciones técnicas que, vale decir, se han empleado recientemente tras la crisis con Samourai Wallet, cartera que fue eliminada de los Estados Unidos por orden del gobierno, dejando miles de usuarios en desconcierto e incertidumbre.
Las claves privadas son una pieza fundamental de la autocustodia de bitcoin. Fuente: Bitpay.
Para evitar el mal momento producto de una confiscación estadounidense, otra opción viable es la implementación de un nodo de Bitcoin, que permite a cualquier persona tener un auténtico control sobre sus BTC y de una manera sumamente privada.
A todo esto, se suma que, además de que los gobiernos no pueden acceder a los fondos de los usuarios que autocustodien sus BTC, tampoco pueden identificarlos tan fácilmente, ya que para eso requieren de la tecnología capaz de rastrear y marcar las transacciones o UTXOs de los usuarios.
Algo, vale decir, que ya había planeado Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin, hace más de 15 años, cuando señalaba que la privacidad de los usuarios se podía preservar “interrumpiendo el flujo de información y manteniendo las claves en el anonimato”. Esto, ya que, aunque se ve que alguien envía dinero a otra persona, no hay información que vincule efectivamente una transacción con un individuo.
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