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todos nos tomó por sorpresa (bueno, a la gran mayoría). João Henrique nunca quiso que se hiciera pública su lucha contra la metástasis, hasta que finalmente el maestro falleciera el pasado 30 de marzo, dejando una profundísima huella en la música mexicana en general y en el jazz y la bossa nova en particular. Nadie como él y sus pinceladas en el piano para mostrarnos la grandeza de la música brasileña y, no en pocas ocasiones, sus enlaces con la popular mexicana.
João Henrique de Almeida nació en Sao Paulo, Brasil, el 4 de agosto de 1951. Allá inició su carrera musical, estudiando en el Consevatorio Proarte. En 1980 llegó a la Ciudad de México para visitar a su hermana; tenía la intención de permanecer tres meses entre nosotros. Finalmente fueron 44 años.
“Yo jamás había pensado quedarme 40 años en México –me comentaba el maestro en 2020–. Ya soy más mexicano que brasileño; ahora digo que soy mexileiro.”
- CHECALO -
Siempre que nos vimos andaba de buen humor, siempre con la mirada apacible. João invariablemente te contagiaba de su enorme intensidad de vida, aun en el reposo de una taza de café, y tú escuchándolo con una copa de té en la mano; tan sorprendida la copa como tú y tu grabadora ante la fuerza y la naturalidad de su ser, de su decir; intensidad que se iba a la enésima potencia cuando subía a los escenarios.
El pasado 18 de abril, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), a través de Horizonte Jazz, le rindió un muy emotivo homenaje en el estudio a de sus instalaciones. La dirección de Mariana Pérez Viveros, la producción de Roberto López y la conducción de Gaby Domínguez y Luis Gerardo Zavala eran ya una garantía; pero la presencia ahí de Aleida Calleja (directora general del IMER), Juan Carlos Reyes (director de Radiodifusoras del instituto), y de varias autoridades de Canal Once y de la Embajada de Brasil, resultaron una enorme y agradable sorpresa.
Hubo primero una semblanza donde se afirmó que João fue uno de los principales exponentes de la música brasileña en México. Su trabajo abarcó la interpretación, la composición, la dirección musical, la docencia, la conducción y la locución.
Se mencionó también que que su música “lo llevó a los más importantes escenarios de México, como la Sala Ollin Yoliztli, el Auditorio Nacional, la Sala Nezahualcóyotl y el Palacio de Bellas Artes, hasta íntimos clubes, como el New Orleans. Además, participó en diversas ocasiones en el Festival Cervantino.
“Fue un intérprete por excelencia de Antonio Carlos Jobim, a quien le dedicó dos álbumes: João Plays Jobim vols. 1 y 2. También grabó los materiales discográficos Jazz Latino, Brasiliando, Mercado de las Flores, Saudade y Trío de Janeiro.
“Impartió clases en la escuela de música Fermatta, en la Sala Chopin y en el Sindicato Único de Trabajadores de la Música en México; así como en el Centro Artístico y Cultural de Sao Paulo.
“En Su labor como difusor del género estuvo al frente del carnaval organizado por la embajada de Brasil en México más de 10 años. Su aporte se extendió a los medios de comunicación. Por más de siete años condujo el programa de radio Canta Brasil, en Horizonte 107.9 de FM, e hizo lo propio en la televisión como anfitrión de Contigo, en el Canal Once.”
Ésta es una síntesis de algunos testimonios que surgieron en el homenaje:
Dorio Ferreira: “Me acuerdo de las noches bellas que tocábamos en el St. Regis, casi 10 años; nos contagiabas con tu alegría y el swing que tocabas. Eras único para tocar la música brasileña, la música de nuestro país; tenías una forma de expresar, y eso hacía que contagiáramos al público que nos estaba escuchando.
“También quiero agradecerte la difusión, por tantos años, de la música de nuestro país. Todos los discos que hemos grabado juntos para mí son muy importantes; y el último que hicimos, que se llamó Tres Amigos, donde está Mario García. Fue hecho de una sola toma cada canción, y es un recuerdo imborrable.”
Patricia Carrión: “Es muy emotivo estar aquí, llegar a este punto de la vida en que los compañeros comienzan a adelantarse; nos esperan allá para el palomazo eterno. Vamos a cantarles una canción brasileña de Rosa Passos, Dunas.”
A João lo recuerdo de los tiempos del Arcano. Lo que siempre tengo que recordar de João es que siempre tenía una sonrisa, siempre estaba haciendo algo, ayudando a alguien, acompañando a alguien; siempre estaba contento. Era solidario, era compañero, era una persona con el corazón en el lugar correcto, y si lo necesitabas, pues ahí está.
(continuará)
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