La nueva versión de Atlas, el robot humanoide de Boston Dynamics, estrena una de las mayores revoluciones de su catálogo. El cambio de diseño hacia una forma más humana no es casualidad: llega tras sustituir los sistemas hidráulicos por eléctricos. La compañía ha hecho un gran énfasis en este punto, pues supone un antes y un después en las posibilidades de sus máquinas.
Boston Dynamics ha entendido que un robot humanoide debe tener forma humana, pero no tiene por qué comportarse como un humano. La cabeza y las piernas del nuevo Atlas son similares a las de una persona, pero ahora pueden rotar 360 grados para permitirle un mayor número de posibilidades.
«Estamos equipando al robot para que se mueva de la manera más eficiente posible para completar una tarea, en lugar de estar limitado por un rango de movimiento humano», menciona la compañía en su blog.
Nuevo Atlas: robot hidráulico vs. eléctrico
La llegada del robot eléctrico es una gran noticia. Y no hablamos de baterías, sino de los sistemas que accionan las articulaciones de la máquina. El anterior Atlas se nutría de la ingeniería hidráulica para realizar cada uno de sus movimientos, desde girar el cuerpo hasta doblar una rodilla. Es el mismo sistema que utiliza el brazo de una grúa, por ejemplo.
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Ahora bien, este sistema, aunque bastante fiel a la dinámica humana, es ineficiente cuando pretendes dotar a la máquina de nuevos movimientos. Los manguitos y depósitos de aceite limitan que un brazo pueda girar 360 grados, como tus tendones impiden que tu rodilla no siga doblándose si tienes la pierna estirada.
Por ende, incluir un motor eléctrico en cada una de las articulaciones del robot, abre la puerta a una serie de movimientos imposibles para el ser humano, pero muy útiles para una máquina que cuantas más tareas haga, mejor. El siguiente vídeo muestra a la perfección las nuevas posibilidades del Atlas.
El simple hecho de levantarse ya es una tarea que puede realizar de forma más sencilla, rápida y eficaz que antes. No lo hace como lo haría un humano, pero tampoco es necesario. En unos pocos segundos es posible entender las ventajas de este sistema eléctrico, que pierde realismo en los movimientos, pero gana versatilidad y eficiencia.
Por ejemplo, para echar la mirada atrás, el anterior Atlas necesitaba girar todo el cuerpo. El nuevo, en tanto, solo tiene que accionar el motor de su cuello y rotarlo 180 grados. Al estar libre de líquidos, depósitos y tubos no hay nada que le impida realizar este movimiento. Pues bien, esto ahora se extrapola a cada una de las articulaciones.
Así es como Boston Dynamics ve el futuro de la robótica humanoide: máquinas parecidas a las personas que pueden moverse de forma mucho más eficiente si no siguen las limitaciones de los propios humanos.
Y bueno, de futuro nada, este Atlas ya es una realidad, y es cuestión de tiempo que la compañía nos deleite con vídeos realizando acciones humanas de una forma muy diferente a como las haría un humano.
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