La Habana/Un hombre se inclinaba la mañana de este sábado sobre una montaña de zanahorias colocada sobre la tierra en la calle Valle, cerca del parque Trillo de Centro Habana. A 140 pesos el mazo, el precio de la verdura era ligeramente menor que en las tarimas privadas de la capital cubana, pero queda muy lejos de los 70 que el producto exhibía en los últimos días de marzo de 2023 en ese mismo lugar u 80 en el mercado de la calle 19 y B en El Vedado, según el monitoreo que hace cada semana 14ymedio.
Llamado, en tono de broma, «La Boutique», el mercado de 19 y B provoca en los habaneros un verdadero conflicto de aproximación-evitación. Por un lado es sabido que en su perímetro se pueden encontrar los precios agropecuarios más elevados de toda la ciudad, pero también que la calidad y variedad de sus mercancías destacan entre tanta yuca raquítica y tomate apolismado de otros locales particulares y estatales.
Frutas que nunca se encuentran en otros comercios, como la guanábana o el caimito, son frecuentes en “La Boutique”, donde tampoco faltan las bolsas para colocar las compras, aunque por un precio extra. Uvas de producción nacional, mameyes que dan para varios batidos, pasta de tamarindo lista para preparar un refrescante jugo y unas cabezas de ajo importadas, con dientes que hacen cuatro veces el tamaño de los nacionales, forman parte de las ofertas del local.
En los alrededores, no faltan los vendedores de ilegales langosta, camarones y todo tipo de filetes de pescados. También abundan los boteros que llevan al cliente hasta la puerta de la casa y los cambistas de divisas que ofrecen una jaba llena de billetes cubanos por un centenar de dólares. En medio de ese vibrante y surtido mercado, las zanahorias sobresalen también por estar limpias, casi brillantes, y sin rastro de hojas. Eso sí, su precio puede duplicar al de los carretilleros de esquina y de las placitas de los barrios más pobres.
- CHECALO -
Esta semana, un mazo de esta hortaliza ascendía a 150 pesos en 19 y B, casi el doble que hace un año, pero lejos del pico alucinante que marcó en octubre de 2023, cuando alcanzó los 600. Alimento sano y versátil, la zanahoria, sin embargo, no es muy habitual en los platos cubanos, donde, por regla general, diariamente faltan los vegetales o apenas aparecen en pequeñas porciones. Aunque en los meses menos cálidos aumenta la demanda de tomates y en el verano el aguacate es el rey de las mesas, la raíz rica en betacaroteno, vitamina A y antioxidantes no goza de igual popularidad.
En los años más duros del Período Especial, los cubanos idearon varias recetas para sustituir con zanahoria otros alimentos que faltaban. Así nacieron los «coquitos acaramelados» de zanahoria, el pudín que en lugar de harina de trigo llevaba esta raíz rallada y las mermeladas en las que se cambiaba la guayaba o el mango por este resistente tubérculo Quizás por esa razón, muchos comensales asocian este alimento con las penurias de aquella crisis y las estrecheces de la actual.
Sin embargo, para otros que gustan de la verdura, su precio los persuade de comprarla con la misma frecuencia que antes. Cuatro mazos mensuales adquiridos en “La Boutique” ya serían casi la cuarta parte de un salario mínimo mensual y se acercaría a la mitad de una pensión de 1.400 pesos, una de las más bajas pero muy común entre los pensionados de la Isla.
De ahí que este sábado, a la feria cercana al Parque Trillo llegaron también los que prefieren ahorrar un poco aunque la mercancía que compran esté llena de tierra y tirada en el suelo como si de basura se tratara. Diez pesos menos por un mazo, si se compara con 19 y B, no es mucho, pero si no se sopesa peso a peso la compra de alimentos puede volverse un imposible. Para muchos cubanos, hay una línea roja que no deben pasar en cuanto a gastos aunque eso signifique alimentarse mucho peor. Esa marca, en ocasiones, es de un intenso color zanahoria.
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