La historieta, autoría de Alan Moore y Brian Bolland, es reconocida como el mejor origen de Joker: un hombre común y corriente que desesperado por estar sin dinero se involucra con una banda de gangsters para robar una planta química. El día del robo se entera que su esposa embarazada muere en un accidente y él cae en un contenedor de químicos, lo que lo marca no sólo físicamente, sino que desata su locura.
“Lo único que se necesita es un mal día para convertir al hombre más cuerdo de este mundo en un lunático… Tuviste un mal día y todo cambió. Si no ¿por qué otra razón vestirías como una rata voladora?”, le dice Joker a Batman en la persecución final del cómic The Killing Joke (la broma asesina o la broma que te mata de risa).
Así es como nace uno de los villanos más memorables de la ficción occidental, quien en sus mejores historias se esfuerza por demostrar que todo el mundo lo único que requiere es un empujón para caer en el abismo de la locura, contrario a Batman, quien inspira la cordura y moralidad.
Cualquier superhéroe de historietas tiene su galería de villanos, que por diversas circunstancias lo pone a prueba, a sus ideales y moralidad, y al lector , aunque sea de manera muy simple, le hace pensar lo que es bueno y lo que es malo.
- CHECALO -
Esta dualidad no es nueva, ni mucho menos la inventaron los cómics. La representación del bien y el mal con personajes icónicos es tan vieja como la civilización misma, y en occidente la vemos con Dios y el Diablo de la religión católica.
Tú necesitas un protagonista y un antagonista, sino no se puede llevar una historia. Tenemos la dualidad de Dios, quien es el que castiga, y el Diablo que es el que provoca y finalmente el Diablo en ese sentido es un personaje moral sumamente interesante, porque su maldad acaba moralizando a la sociedad, porque establecen pautas de lo que no debes hacer a partir de su encarnaciónexplicó Felipe Gaytán Alcala, académico de la Universidad La Salle.
En el caso Batman, no se puede pensar sin el Príncipe Payaso del Crimen, un personaje que apareció por primera vez en 1940, un año después del Hombre Murciélago. Al principio fue concebido como un villano tipo gangster y ladrón. Conforme pasaron los años, y entendiendo que a mediados del siglo pasado los cómics eran para niños, su personalidad se convierte más en un bromista que un loco.
Fue hasta la década de los 80 con historias como Death in the family, The Killing Joke o The Dark Knight Returns se establece la personalidad que hasta ahora conocemos: no sólo un criminal con ambiciones materiales, es un criminal que busca el caos, incluso más parecido a un terrorista que un gangster.
¿Qué fue primero, el héroe o el villano?
Una de las tramas tradicionales del Hombre Murciélago es aquella donde se cuestiona si es él, la respuesta a los villanos de Gotham, o por el contrario, es él origen de estos.
En el capítulo El juicio de Batman, de la serie animada de principios de los 90, el encapuchado es llevado al banquillo de los acusados por los villanos del Asilo de Arkham quienes lo culpan de ser el causante de su locura. Con argumentos a favor, los villanos terminan admitiendo que con o sin el héroe, ellos seguirán delinquiendo, por lo que la conclusión es que Batman es la medicina al cáncer de la delincuencia de Gotham.
A lo largo de sus más de ocho décadas de existencia, Batman ha reunido una de las galerías de villanos más interesantes del mundo de los cómics. Si bien Joker es el más famoso y coprotagonista de las historias emblemáticas del Hombre Murciélago, hay otros que no desentonan.
Tenemos a Catwoman, una ladrona de origen humilde que pone en aprietos no sólo a Batman, sino a la mafia de la ciudad.
O el Pingüino, un hombre que sufrió bullying por su apariencia física, pero conforme pasaron los años se convirtió en el jefe de la mafia en Gotham. El Acertijo, un excluido social por su inteligencia que en venganza se vuelve un villano.
Bane, un hombre que nació en una cárcel en el Caribe y que en cautiverio escuchó de Batman y se obsesionó tanto con él, que se convirtió en el motor de su vida.
Y todos tienen una característica: hacen lo que quieren sin importar las reglas morales o sociales.
Es lo que Freud decía sobre el ello, el yo y el súper yo. Los seres humanos somos seres de porciones, nos encanta sobre todo aquello que nos dé gratificación, satisfacción y deseo, pero nos frenamos por marcos morales, nada más sacamos un poco. Pero dale una oportunidad y cualquier persona se puede volver un personaje malvado en potencia o real entonces en ese sentido lo que hacen los cómics es precisamente proyectar esta imagen del humanodijo Gaytán.
Es ese aspecto es lo que a los fanáticos de comics les atrae de los villanos, su libertad para hacer cosas malas, que la gran mayoría del mundo tal vez ni siquiera se imagina, pero al verlo en una historieta puede sacar esa parte malvada sin consecuencias o daños.
“La idea de que los villanos son humanos no son superhéroes, o sea tienen muestra su dimensión humana”, añadió el académico.
También lo vemos con personas de la vida real como los narcotraficantes Pablo Escobar y Joaquín El Chapo Guzmán, admirados por un sector de la población pese a las atrocidades que cometieron, dijo Gaytán.
Eso también explica porque Joker es uno de los personajes más populares de los cómics, por encima incluso de varios héroes.
Un caso especial dentro de los villanos es el de Harley Quinn. Creada por Paul Dani y Bruce Timm para ser un personaje de relleno en Batman La Serie Animada, la mujer vestida de arlequín se ganó el gusto del público a tal grado que tuvieron que escribirle un origen años más tarde.
Harleen Frances Quinze (su nombre real) era una psiquiatra que trabajaba en el Asilo de Arkham, donde conoció a Joker y se enamoró de él. Esa es la razón por la que se convirtió en villana, es decir, su crimen fue enamorarse del tipo equivocado.
Gaytán comentó que este origen replica ciertos estereotipos de la mujer, que comete crímenes más de manera pasional que por pura maldad.
Batman, el más loco de todos
The Killing Joke es considerada una de las mejores historias del Hombre Murciélago, no sólo por traernos un origen profundo de Joker (que deja más dudas que respuestas ya que él mismo dice casi al final que recuerda su pasado de una forma y a veces de otra manera), sino que plantea esta dualidad enferma entre el encapuchado y el Príncipe Payaso del Crimen.
En las primeras viñetas vemos cómo Batman visita Arkham para hablar con Joker para tratar de convencerlo de terminar su lucha ya que tarde o temprano uno de los dos morirá. Como se mencionó al principio, Batman tuvo un mal día, cuando mataron a sus padres, y por eso se viste como murciélago, para transmitir a los criminales el miedo que él en el fondo siente.
No sólo eso, Batman es un criminal, con severos enfrentamientos con las instituciones de justicia de Gotham City. “Somos unos criminales Alfred”, le dice Bruce Wayne a su mayordomo en la película Batman vs Superman, tras explicarle que torturó a unos ladrones para obtener información.
“Si un día Batman se viera en un espejo como ve a los criminales, de inmediato se detendría”, dijo el académico de La Salle.
La razón por la cual viola la ley para hacerla valer, paradoja del personaje, es porque según él nadie más lo hace: los policías no lo hacen por corruptos, los polìticos políticos porque no les interesa proteger a la gente y la persona de a pie porque carece de los recursos para combatir a la delincuencia.
Si los villanos señalan a Batman como el motivo de su locura, el héroe podría decir lo mismo: los lunáticos son la razón de mi existencia.
Una escena explícita de este argumento ocurre en la película Joker. Cuando Gotham se encuentra al borde del desastre por la revuelta causada por el personaje interpretado por Joaquin Phoenix, un hombre con máscara de payaso asesina a los padres de Bruce Wayne, provocando el evento canónico que dará vida a Batman años más tarde.
Aquí se cierra el círculo de la mitología de Batman: su existencia siempre estará ligada al villano Joker, o cualquier otro que lo sustituya en determinada historia.
El final en The killing joke es tan raro como la misma relación entre los protagonistas. Joker le cuenta un chiste a Batman sobre dos tipos internados en un manicomio que quieren escapar, y mientras uno lo logra y ofrece su ayuda al otro, éste la rechaza porque piensa que al final no recibirá la ayuda. Las últimas viñetas son de ambos personajes riéndose del chiste en medio de la lluvia.
Quienes lo consideran una de las mejores obras no sólo de Batman, sino de las historietas estadounidenses incluso se preguntan qué quiso decir Moore con ese final, lanzando la hipótesis de que el hombre que sí escapó es Batman y quien pide ayuda es Joker, pero desconfía de recibirla.
Alan Moore, el autor de la historia mientras que Bolland fue el dibujante, ha dicho que no le parece una gran historieta, por lo que tampoco le presta mucha atención a ese detalle, uno que tal vez represente cómo un mal día desató la locura.
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