Cazafantasmas: Imperio helado ya ha llegado a los cines. La nueva entrega de la legendaria saga ochentera continúa con el reboot de hace unos años. En él se presentaron varios personajes nuevos que tomaron el testigo de esos cazafantasmas de toda la vida a los que interpretaron Bill Murray, Harold Ramis, Dan Aykroyd y Ernie Hudson. Un cambio generacional que ha venido en dos mitades. Por un lado, los actores ya veteranos Paul Rudd y Carrie Coon. Por otro, los más jóvenes Mckenna Grace y Finn Wolfhard.
En Hipertextual hemos tenido la oportunidad de hablar tanto con estos dos últimos como con el propio Paul Rudd, así como con el director de Cazafantasmas: Imperio helado, Gil Kenan. Y con ellos hemos desentrañado las claves de esa herencia que reciben y que deben transmitir a las nuevas audiencias. «Intento no pensar mucho en esa parte porque si lo hiciera me daría algo, estaría demasiado tenso. Además, creo que el legado de esta franquicia es para los niños. Está en Mckenna, Finn, Logan [Kim] y demás», confiesa Rudd.
Una línea de pensamiento que los dos jóvenes protagonistas, de 17 y 21 años, comparten. «Perdería demasiado sueño si pensara mucho en ello. Llega un punto en el que tenemos que llegar al set, ponernos en nuestra marca y no pensar en eso porque me estresaría más de lo que ya estoy», reconoce Wolfhard. «Pero sí que sientes ese peso. Y, definitivamente, ponerme el traje, tener ese chisme en la espalda, disparar… Y hacerlo frente a los Cazafantasmas originales… Sientes ese peso. Ahí es donde está la mayor parte de la presión. No es tanto el pensar a gran escala sobre mantener vivo el legado, sino algo más en el momento», añade de nuevo Rudd, «es algo tipo: ‘No sé si quiero disparar a un fantasma y hacer como que sé lo que estoy haciendo al lado de los de verdad’».
La presión del director
Kenan no solo no se libra de ese peso del que hablan sus intérpretes, sino que debe asumirlo más que nadie. El cineasta fue el encargado de escribir el reboot de Cazafantasmas: Más allá y ahora coescribe y también dirige Cazafantasmas: Imperio helado. Por tanto, la resurrección de la saga recae sobre sus hombros. «Soy alguien que creció amando Cazafantasmas y también alguien que entiende que estas películas significan algo para los fanáticos de todo el mundo», comenta.
«Existe la responsabilidad de hacer que el público se sienta visto y comprometido, que haya una experiencia para ellos con la que puedan conectar. Y también [hay una responsabilidad] con el gran legado de Ivan Reitman y de Jason Reitman, quien es mi socio creativo y con quien he hecho esta última película. Pero todos estos son artistas que me importan profundamente y quiero hacerlo bien», asevera el cineasta de Cazafantasmas: Imperio helado.
Al asumir también el cargo de director y no solo el de guionista, Kenan ha visto cómo su forma de trabajar ha cambiado con respecto a una saga tan mítica. Algo que se manifestó, sobre todo, en las criaturas hectoplásmicas. «Definitivamente, pensé en eso específicamente cuando se trataba del lado sobrenatural de esta historia y sus elementos. Soy un escritor muy visual y no puedo evitar hacer dibujos mientras escribimos. Por ejemplo, Garraka, su forma, su silueta, es algo que surgió durante nuestras sesiones de escritura en las que yo simplemente lo dibujaba», ejemplifica, «porque me ayudan a empezar a sentir quién es el personaje. Lo mismo con Melody, la fantasma. La forma en que aparece en la película se parece mucho a un dibujo que hice mientras escribíamos.
Los cazafantasmas del futuro
A pesar de su corta edad, Mckenna Grace tiene perfectamente claro cuál es la base sobre la que están construyendo una franquicia en la que cada vez toma más las riendas ella sola. La intérprete no se deja amedrentar por el pasado, pero sí gusta de analizarlo para expandirlo con Cazafantasmas: Imperio helado. «En el momento en que salió la original, realmente fue la primera de su especie. Ha sido una película muy especial, una parte de la historia del cine», alaba.
«Así que siento que es una parte muy importante de la cultura pop, una parte muy conocida. Es emocionante poder traerla de vuelta a una generación más joven y reintroducirla en esta época», indica Grace. La actriz, además, considera que se trata de una de esas sagas que pueden unir a niños y mayores. «Creo que gran parte del atractivo también puede ser, para una generación mayor, poder acercar a sus hijos y presentárselo. Porque hay tantas personas que son muy fans desde hace muchos años. Es increíble. Es algo realmente especial para la gente», plantea.
Convertirse en cazafantasma
En Cazafantasmas: Imperio helado, Paul Rudd al fin ha podido convertirse en un cazafantasma de pleno derecho. Y lo hace, además, trabajando con los originales. Una oportunidad por la que se muestra agradecido. «Nos dieron algún que otro consejo, pero realmente no íbamos pidiéndoselos. Son geniales. Aunque hubo un momento en el que Carrie estaba disparando y preguntó: ‘¿Cómo se hace esto?’ Le preguntó a Bill y él le dijo: ‘Tienes que hacerlo así’. Fue un momento genial. ‘Mirad, Bill Murray le está dando una lección sobre cómo cazar fantasmas a Carrie Coon. Esto mola'», rememora entre risas.
«Pero lo interesante era más bien pasar tiempo con ellos. Preguntarles sobre sus vidas y sus carreras. No solo Cazafantasmas sino de otras cosas. Y nos llevó un tiempo echarle valor pero, eventualmente, lo hicimos. Y son adorables, simpáticos, muy abiertos y contarnos historias», confirma el actor. Así, Rudd pone la importancia de su trabajo mucho más allá de lo que puede verse en pantalla en Cazafantasmas: Imperio helado.
«Mira, cuando trabajas en una película, todo el mundo se preocupa mucho por ofrecer el mejor resultado que sea posible, queremos que la experiencia sea buena. Pero si vas a ver una película, son dos horas. Y si no te gusta, te puedes ir. Trabajar en una película son meses. Y aunque te sea duro, te quedas. Lo que realmente me llevo es la experiencia de pasar tiempo con los cazafantasmas originales, conocerlos y escuchar sus historias. Y luego empezar el día como… Todavía no puedo creer que realmente haya sucedido», cuenta encantado.
Eso sí, aunque en su mayor parte, Rudd prefiera quedarse con la parte que no se ve del rodaje, hay algo que no se quita de la cabeza: el traje de cazafantasma. «Fue muy emocionante ponerme ese traje por primera vez. Y no puedo superarlo. Me hice una foto, se la mandé a mi mujer y le dije: ‘¡Mira esto!’ Normalmente, tener que vestirte para las escenas, ponerte esos trajes, es un dolor. Es como: ‘Otra vez tengo que ponerme esta cosa’. Pero cada vez que me ponía ese traje era emocionante. Además, es muy cómodo… No como el traje de Ant-Man«, desvela, comparándolo con el de su inconfundible superhéroe del Universo Cinematográfico de Marvel.
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