▲Foto Afp
Periódico La Jornada
Martes 19 de marzo de 2024, p. 6
- CHECALO -
En el helado mar Antártico, dos ballenas jorobadas forman una espiral. Cuando sus colas asoman, la colombiana Andrea Bonilla apunta su cámara y retrata esta huella digital
que servirá para consolidar su inventario de una década con miras a preservar la especie. Señala que fotografiar las colas permite analizar las poblaciones, sus pautas migratorias, la reproducción, el crecimiento y, cuando llevan crías, es posible determinar su sexo sin la necesidad de tomar una muestra genética. Y su estudio es clave para la conservación de la especie. La investigadora de la Universidad Cornell, en Estados Unidos, y un equipo trabajan desde 2014 en un catálogo a partir del análisis visual de esa parte del cuerpo de los cetáceos. Seguimos la historia natural de cada individuo
, agrega la experta, a bordo del buque ARC Simón Bolívar en la décima Expedición Antártica de la Armada de Colombia. Las imágenes fueron captadas en el estrecho de Gerlache, que separa el archipiélago Palmer de la Península Antártica.