La moda de las memecoins (criptomonedas basadas en memes) llegó a tierras rioplatenses con MAGAIBA, un token de la red Solana que empezó como una broma, pero en pocos días alcanzó marcas inesperadas.
Los creadores de MAGAIBA son Juan Ruocco y Pablo Wasserman, conductores del videopodcast «Círculo Vicioso». En la edición número 171 del programa, emitido el 7 de marzo, anunciaron que crearían una criptomoneda (más precisamente, un token), que se llamaría MAGAIBA.
¿Y por qué Magaiba? El nombre surge de un video que se hizo viral en Internet, de una mujer china que presenta a su mascota: un lagarto overo argentino de nombre MacGyver (que, en español, según la pronunciación de esta mujer, suena como «Magaiba»).
Ruoco y Wasserman anunciaron en su programa: «Para explicarlo fácilmente, vamos a hacer una ‘cripto’, una monedita, va a estar sobre la blcockchain de Solana porque sí, porque funciona y es barata. Y la manera en la que se empieza esto es creando liquidez. Para que alguien pueda adquirir MAGAIBA, del otro lado tiene que haber plata que le permita operar. Vamos a generar un mercado para MAGAIBA».
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Los conductores de Círculo Vicioso, entonces, compartieron con su audiencia una dirección de la red Solana para que quienes quisieran pudieran hacer envíos de SOL (criptomoneda nativa de esa red) con el fin de crear el pool de liquidez. El objetivo era llegar a aproximadamente 1.200 dólares en SOL.
Finalmente, se alcanzó la liquidez esperada. El 7 de marzo, Wasserman publicó en su cuenta de X:
«Comenzó la era MAGAIBA. Juntamos en menos de 12 horas mas de 1.400 dólares para crear la criptomoneda de $MAGAIBA (so gentle), sin ninguna expectativa de retorno, pero sí de gloria».
Pablo Wasserman, cocreador de Magaiba.
Luego, se emitió el token que desde el día 8 de marzo, se puede comerciar en Jupiter, un exchange descentralizado (DEX) de Solana.
MAGAIBA empezó a tradearse por alrededor de 0,00006 dólares. Aunque se estableció un «pacto de caballeros» de no vender MAGAIBA, evidentemente, había quienes efectuaban operaciones de venta pues su precio subía y bajaba, por simple ley de oferta y demanda, como ocurre con todas las criptomonedas. El precio oscilaba bastante debido a la baja liquidez del token. Nada llamativo, hasta ese momento.
Muchos seguidores de Círculo Vicioso comenzaban a adquirir el token para divertirse o, quizás, en señal de apoyo al canal de YouTube. Además, tal como suelen hacer los poseedores de criptomonedas, luego de adquirir el token, empezaban a difundir a MAGAIBA en redes sociales, principalmente en X. Lo hacían, sobre todo, siguiendo la práctica habitual con las memecoins, que es promocionarlas mediante memes.
Pero, el 10 de marzo, luego del mediodía (hora UTC), todo empezó a cambiar. Los memes ya se estaban haciendo virales y lo que comenzó como un divertimento comunitario de un videpodcast en castellano empezó a cruzar fronteras. Y así, capital mucho mayor fue entrando a MAGAIBA.
El siguiente gráfico, tomado de la plataforma DexScreener, permite ver cómo ha sido el comportamiento del precio de este token desde el momento de su lanzamiento hasta el momento de esta publicación. Cada vela (barra vertical roja o verde) representa una hora.
El precio máximo lo alcanzó el día 13 de marzo, y fue de 0,02179 dólares. Considerando que empezó a comerciarse por 0,00006 dólares, esto representa una subida de más de 363X en tan solo 5 días.
La capitalización de mercado de MAGAIBA sigue siendo relativamente pequeña (cerca de 20 millones de dólares en su máximo histórico) y la liquidez, relativamente baja, por lo que su precio todavía tiene elevada volatilidad.
Se dispara el precio y también el debate sobre MAGAIBA
MAGAIBA salió de las fronteras de los seguidores de Círculo Vicioso. Actualmente, puede decirse que ya hay una comunidad de «magaibers». Estos son quienes han adquirido unidades de este token y se sienten parte del colectivo que gira en torno a este activo financiero.
En redes sociales abundan los memes que tienen a MAGAIBA como protagonista:
En este contexto, cabe preguntarse: ¿es éticamente correcto divulgar una memecoin, que no tiene ningún caso de uso, ni resuelve ningún problema, sino que fue creada simplemente —según las palabras de Wasserman y Ruocco— para divertirse?
Muchos creen que no hay ningún inconveniente con hacer esto. Mariano Di Pietrantonio, cofundador de Num Finance y Maker Growth, escribió:
«Antes que arranquen a ser faros morales de luz, verdad y amor, las memecoins son eso: memes. No quieran ponerle una carga cognitiva inexistente. Es algo más parecido a un juego que a otra cosa, como comprar un skin del CSGO. No te mandes como cabeza a termo a poner cualquier guita, no te vas a salvar, no vas a ser millonario. No seas pelotud@».
Mariano Di Pietrantonio, cofundador de Num Finance.
Algo parecido piensa Ariel Sbdar, CEO del bróker de bolsa Cocos Capital. Él dice que lo que ocurrió con MAGAIBA es «una locura para un activo sin fundamentos». Añade que, en su opinión, «está buenísimo divertirse con estos tokens» pero es necesario saber que «el valor de estas cosas en el mediano plazo tiende a cero». Por lo tanto, recuerda que si alguien quiere meter dinero en MAGAIBA, debe hacerlo «siempre con mucho cuidado y sabiendo que puede perderlo todo».
Sebastián Serrano, director del exchange Ripio adhirió a las palabras de Sbdar y brindó algunos consejos: «No le metan plata que no pueden perder; si hiciste plata que te puede cambiar la vida, toma ganancias al menos parcialmente; es un meme y su valor es cultural; algunos memes duran mas y otros menos; también en este caso funciona como un token de comunidad». Añade Serrano que «estos dos últimos puntos son las claves para evaluar su valor. A los muy financieros que buscan descontar flujos de caja estas cosas les hacen cortocircuito». Como recomendación final, hace un recordatorio de que el objetivo con el que se lanzó MAGAIBA fue divertirse, por lo que recomienda: «Y no menos importante, cáguense de risa».
El fundador de Democracy Earth, Santiago Siri, dice valorar el hecho cultural detrás de MAGAIBA: «la contribución a nuestra cultura tecno pop de Pablo Wasserman y Juan Ruocco y toda su comunidad no debe ser subestimada. Mi aplauso de pie de parte de un simple seguidor desde cemento».
Pero no todos están tan contentos con la popularidad que este token basado en un lagarto overo argentino ha alcanzado. Es que hay dinero de por medio y, por muchas advertencias que se lancen, es inevitable que algunas personas compren MAGAIBA como si de una inversión seria se tratara, para tratar de obtener un rédito económico.
El desarrollador informático Gabriel Benmergui considera que esto es una estafa y la compara con ZoeCash, la criptomoneda lanzada por Leonardo Cositorto, que engañaba a inversionistas diciendo que estaba respaldada por lingotes de oro. Dice Benmergui:
«El espacio crypto argentino esta viviendo su ZoeCash. Las estafas financieras son inevitables, el publico se renueva nomás. Los que participan se convencen de que no están haciendo nada malo, que es una jodita para Videomatch, y le dicen a los otros que si pierden plata no se enojen. Ya pasaron el umbral de la locura y dan ilusiones de ganancias, una línea que no querían cruzar hacer tan solo 48 horas».
Gabriel Benmergui, desarrollador informático.
La usuaria de X que se identifica como iamnicki.eth opina que le parece perfecto que cada uno haga lo que quiera con su dinero. Pero no está de acuerdo con que referentes del ecosistema divulguen criptomonedas altamente riesgosas. «Si sos referente cripto, sabiendo que te leen newbies, por lo menos podés aclarar que tengan cuidado y que están comprando algo sin valor más allá del FOMO de un par… Al menos que obvio, estés atrayendo a tu exit liquidity», dice. Esta exit liquidity (o liquidez de salida) refiere al hecho de que los primeros inversionistas le venden sus tokens a los más nuevos para tomar ganancias. Y los más nuevos, generalmente, ven cómo cae el precio del token antes de que logren deshacerse de él.
Por su parte, los creadores de esta broma que creció más allá de lo esperado, aseguran que no tienen la pretensión de ganar dinero con esto. «La pretensión era ver hasta dónde seguía el chiste. Y el chiste está creciendo mucho», dice Ruocco. «Veremos cuánto dura la joda, pero no hay una pretensión de nada. Solo participar del meme y ver eso: hasta dónde llega», añade.
También Wasserman hace un llamado a la prudencia: «Vamos a ser clarísimos: la idea de esto no es hacer plata. Buscamos que quienes la pongan hagan de cuenta que la pierden. Somos híper transparentes con eso porque en el mundo de las shitcoins se inflan proyectos, después se van y dejan a la gente en banda. Esto es 100% for the LOL”.
Mientras tanto, la moneda con la imagen del lagarto overo argentino sigue avanzando. Algunos exchanges han dado indicios de que ya han puestos sus ojos en MAGAIBA. Por ejemplo, desde la cuenta de X de Binance Argentina se realizaron publicaciones sobre el token (que fueron posteriormente eliminadas sin explicación):
Y también hay quienes —un poco en broma, un poco en serio— avizoran un futuro en el que este token le de pelea a gigantes de la industria como lo es PEPE.
En todo esto, el llamado a la prudencia de los creadores de MAGAIBA debe estar siempre presente. Tal como CriptoNoticias ha explicado en numerosas ocasiones, las memecoins no tienen ningún valor fundamental y no deberían ser consideradas una inversión financiera seria. Así como algunos han ganado dinero con ellas, son muchos más los que han perdido, en ocasiones, dinero que no podían permitirse perder.
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