Soldados israelíes dispararon el jueves contra una multitud de palestinos en espera de ayuda en Ciudad de Gaza, indicaron testigos. Más de 100 personas murieron, lo que eleva el número de fallecidos desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás a más de 30.000, según las autoridades de salud.
Funcionarios hospitalarios informaron inicialmente sobre un ataque israelí contra la multitud, pero testigos dijeron más tarde que las tropas israelíes abrieron fuego cuando la gente sacaba harina y productos enlatados de los camiones.
- CHECALO -
Funcionarios israelíes reconocieron que los soldados abrieron fuego y argumentaron que lo hicieron después que la multitud se acercó de manera amenazadora. Los funcionarios insistieron en el anonimato para ofrecer detalles sobre lo sucedido, luego que las fuerzas militares indicaran en un comunicado que “docenas de personas murieron y resultaron heridas por los empujones, pisoteos y atropellos de los camiones”.
Ciudad de Gaza y áreas circunvecinas en el norte de Gaza fueron los primeros blancos de la ofensiva israelí por aire, tierra y mar, lanzado en respuesta del ataque de Hamás del 7 de octubre. El área ha sufrido una destrucción generalizada y lleva meses prácticamente aislada del resto del territorio durante el conflicto, sin apenas entregas de ayuda. Camiones que transportaban alimentos llegaron al norte de Gaza esta semana, la primera entrega importante de ayuda a la zona en un mes, dijeron funcionarios el miércoles.
Grupos de ayuda señalan que se ha vuelto casi imposible brindar asistencia humanitaria a la mayor parte de la Franja de Gaza debido a las multitudes de personas desesperadas que rodean los convoyes de ayuda. Naciones Unidas indica que un cuarto de los 2,3 millones de palestinos que viven en Gaza están en riesgo de hambruna; alrededor del 80% de la población ha abandonado sus hogares.
Kamel Abu Nahel, que recibía atención médica en el Hospital Shifa por una herida de bala, explicó que él y otros acudieron al punto de distribución en medio de la noche porque escucharon que habría una entrega de alimentos.
“Llevamos dos meses comiendo pienso para animales”, declaró.
Agregó que las tropas israelíes abrieron fuego contra la multitud, provocando que se dispersara, y algunas personas se escondieron debajo de automóviles. Cuando cesaron los disparos, regresaron a los camiones y los soldados abrieron fuego nuevamente. Recibió un disparo en la pierna y cayó, y luego un camión le pasó por encima de la pierna cuando el vehículo huía del lugar, detalló.
Alaa Abu Daiya, otro testigo, dijo que las tropas israelíes abrieron fuego y también que un tanque de guerra disparó un proyectil.
Los médicos que llegaron al lugar el jueves encontraron “docenas o cientos” de personas tiradas en el suelo, según Fares Afana, jefe del servicio de ambulancias del hospital Kamal Adwan. Añadió que no había suficientes ambulancias para recoger a todos los muertos y heridos y que algunos estaban siendo trasladados a hospitales en carros tirados por burros.
Un hombre, que sólo dio su primer nombre, Ahmad, cuando estaba siendo atendido en un hospital por heridas de bala en el brazo y la pierna, dijo que permaneció en el suelo durante dos horas antes que alguien con un carro tirado por caballos tuviera espacio para trasladarlo al Hospital Shifa.
Además de al menos 104 personas muertas, alrededor de 760 resultaron heridas, dijo el portavoz del Ministerio de Salud, Ashraf al-Qidra, que calificó el ataque de “masacre”.
Por otra parte, el Ministerio de Salud informó que el número de palestinos que han muerto a causa de la guerra aumentó a 30.035, y se reportan 70.457 heridos. El Ministerio no diferencia entre civiles y combatientes en sus cifras, pero asevera que las mujeres y los niños representan alrededor de dos tercios de los muertos.
El Ministerio, que forma parte del gobierno dirigido por Hamás en Gaza, mantiene registros detallados de las víctimas. Sus recuentos de guerras anteriores han coincidido en gran medida con los de la ONU, los expertos independientes e incluso los propios conteos de Israel.
El ataque de Hamás en el sur de Israel que desató la guerra mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y los milicianos tomaron alrededor de 250 rehenes. Hamás y otros grupos aún mantienen alrededor de 100 rehenes y los restos de unos 30 más, después de liberar a la mayoría de los cautivos durante un alto el fuego en noviembre.
La creciente alarma por el hambre en Gaza ha generado los exhortos internacionales a otro alto el fuego, y Estados Unidos, Egipto y Qatar trabajan para asegurar un acuerdo entre Israel y Hamás para una pausa en los combates y la liberación de algunos de los rehenes.
Los mediadores esperan llegar a un acuerdo antes que comience el mes sagrado musulmán del Ramadán, alrededor del 10 de marzo. Pero hasta ahora, Israel y Hamás se han mantenido muy distanciados en público en cuanto a sus demandas.
Por su parte, funcionarios de Naciones Unidas han advertido sobre más víctimas de atentados masivos si Israel cumple sus promesas de atacar Rafah, la ciudad más meridional de Gaza y donde se ha refugiado más de la mitad de las 2,3 millones de personas que habitan en el enclave. También afirman que una ofensiva en Rafah podría diezmar lo que queda de las operaciones de ayuda.
Se cree que varios cientos de miles de palestinos permanecen en el norte de Gaza a pesar que en octubre las autoridades israelíes ordenaron evacuar la zona, y muchos se han visto obligados a comer forraje para animales para sobrevivir. Naciones Unidas señala que uno de cada seis niños menores de 2 años en el norte sufre desnutrición aguda y emaciación.
COGAT, el organismo militar israelí a cargo de los asuntos civiles palestinos, dijo que alrededor de 50 camiones de ayuda entraron al norte de Gaza esta semana. No estaba claro quién entregó la ayuda. Mientras tanto, algunos países han recurrido a lanzamientos aéreos en los últimos días.
El Programa Mundial de Alimentos anunció a principios de este mes que estaba deteniendo las entregas al norte debido al creciente caos, después que palestinos desesperados vaciaran un convoy que iban en camino.
Desde que lanzó su ataque contra Gaza tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, Israel ha prohibido la entrada de alimentos, agua, medicamento y otros suministros, excepto un poco de ayuda que ingresa al sur desde Egipto por el cruce de Rafah y el cruce israelí de Kerem Shalom. A pesar de los llamados internacionales para permitir la entrada de más ayuda, el número de camiones de suministros es mucho menor que los 500 que llegaban diariamente antes de la guerra.
COGAT indicó el miércoles que Israel no impone límites a la cantidad de ayuda que ingresa. Israel ha culpado a las agencias de Naciones Unidas por el cuello de botella, afirmando que cientos de camiones están esperando en el lado palestino de Kerem Shalom a que los trabajadores humanitarios los recojan.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, respondió el miércoles diciendo que los camiones grandes que ingresan a Gaza deben descargarse y recargarse en otros más pequeños, pero que no hay suficientes y falta seguridad para distribuir la ayuda en Gaza.
La policía dirigida por Hamás en Gaza dejó de proteger los convoyes tras ataques israelíes cerca del cruce fronterizo.
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