La imperfección da vida a los sonidos, según estudio que desafía una teoría de Pitágoras
▲ Bonang, instrumento de la orquesta tradicional de Indonesia.Foto Universidad de Cambridge
Europa Press
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Periódico La Jornada
Miércoles 28 de febrero de 2024, p. 6
Madrid. El tono y la afinación de los instrumentos musicales tienen el poder de manipular nuestra apreciación de la armonía, según muestra una nueva investigación que desafía siglos de teoría en la materia.
Según el antiguo filósofo griego Pitágoras, la consonancia
(una combinación de notas con un sonido agradable) se produce mediante relaciones especiales entre números simples como el 3 y el 4. Más recientemente, los estudiosos han tratado de encontrar explicaciones sicológicas, pero a estas proporciones enteras
todavía se les atribuye el mérito de hacer que un acorde suene hermoso y se cree que una desviación en las mismas hace que la música suene disonante
y desagradable.
Sin embargo, investigadores de las universidades de Cambridge y de Princeton y del Instituto Max Planck de Estética Empírica descubrieron dos formas claves en las que Pitágoras se equivocó.
Su estudio, publicado en Nature Communications, muestra que en contextos de escucha normales, en realidad no preferimos que los acordes estén perfectamente en estas proporciones matemáticas.
Preferimos ligeras desviaciones. Nos gusta un poco de imperfección porque da vida a los sonidos y eso nos resulta atractivo
, afirmó Peter Harrison, de la Facultad de Música de la Universidad de Cambridge, director de su Centro de Música y Ciencia y coautor del trabajo.
Los investigadores también descubrieron que el papel desempeñado por estas relaciones matemáticas desaparece cuando se consideran ciertos instrumentos que son menos familiares para los músicos, el público y los académicos occidentales. Estos atefactos suelen ser campanas, gongs, tipos de xilófonos y de percusión afinados. En particular, estudiaron el bonang, un instrumento de la orquesta tradicional indonesia construido a partir de una colección de pequeños gongs.
Cuando utilizamos instrumentos como el bonang, los números especiales de Pitágoras se pierden y encontramos pautas de consonancia y disonancia completamente nuevos
, agregó Harrison.
“La forma de algunos instrumentos de percusión significa que cuando los golpeas y resuenan, sus componentes de frecuencia no respetan esas relaciones matemáticas tradicionales. Ahí es cuando descubrimos que suceden cosas interesantes.
Inarmónicos
“La investigación occidental se ha centrado mucho en instrumentos orquestales familiares, pero otras culturas utilizan unos que, debido a su forma y física, son lo que llamaríamos ‘inarmónicos’.”
Los expertos crearon un laboratorio en línea en el que más de 4 mil personas de Estados Unidos y Corea del Sur participaron en 23 experimentos conductuales. A los participantes se les tocaron acordes y se les invitó a dar a cada uno una calificación numérica de agrado o a usar un control deslizante para ajustar notas particulares en un acorde para que sonara más agradable. Se produjeron más de 235 mil juicios humanos.
Los investigadores se sorprendieron al encontrar una preferencia significativa por una ligera imperfección o inarmonicidad
. Otros experimentos exploraron la percepción de la armonía con instrumentos musicales occidentales y no occidentales, incluido el bonang.
Los investigadores descubrieron que las consonancias del bonang se correspondían con la escala musical utilizada en la cultura indonesia. No pueden reproducirse en un piano occidental.
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