El Cairo, 7 ene (EFE).- Al cumplirse tres meses de la guerra en la Franja de Gaza, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, abordó hoy con las autoridades de Jordania y Catar las formulas para evitar una expansión regional del conflicto y sus repercusiones, que consideró «una cuestión de preocupación mundial».
Esta es la cuarta gira de Blinken en Oriente Medio desde el inicio de las hostilidades y, si bien las primeras tres puso el foco en la defensa de la campaña militar de Israel y en la necesidad de aumentar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, en esta última el discurso se ha centrado en las posibles repercusiones de un conflicto que está lejos de llegar a su fin.
«Este es un conflicto que fácilmente podría metastatizarse, causando aún más inseguridad y sufrimiento. Desde el primer día, nos hemos concentrado intensamente en trabajar para evitar que el conflicto se propague», dijo Blinken en rueda de prensa desde Doha junto a su homólogo catarí, Mohamed bin Abderrahman.
El estadounidense aseveró que «este es un momento de profunda tensión en la región», e indicó que Catar y EE.UU. comparten el compromiso de utilizar su «influencia, relaciones y vínculos» con diferentes partes «para evitar una escalada y evitar nuevos frentes» de guerra.
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«No es solo una cuestión regional, sino una cuestión de preocupación mundial», dijo Blinken, que hizo referencia específicamente a los rebeldes hutíes del Yemen y sus ataques contra buques mercantes en el mar Rojo.
Alegó que estos ataques están «afectando directamente a los ciudadanos, a la carga y a los intereses comerciales de más de 40 países», mientras que aseguró que provocaron la interrupción o el desvío de casi el 20 % del transporte marítimo mundial.
«Estos ataques de los hutíes están perjudicando a personas de todo el mundo, sobre todo a los pobres y a las poblaciones vulnerables, incluido en el Yemen y Gaza», aseguró Blinken, que defendió así la alianza naval internacional liderada por Estados Unidos en el mar Rojo para hacer frente a estas acciones.
Y es que además de los ataques hutíes, la región es escenario de una intensificación del intercambio de fuego del grupo chií libanés Hizbulá e Israel, además de las acciones de milicias proiraníes iraquíes contra posiciones de Washington en Siria e Irak, algo que está haciendo saltar las alarmas en todo Oriente Medio.
Desde Doha, Blinken también abogó por el regreso de los palestinos a sus hogares «tan pronto como las condiciones lo permitan», ya que casi la totalidad de la población de Gaza ha sido desplazada y se concentra mayoritariamente en el sur del enclave, según la ONU.
«No se les debe, no se les puede presionar para que abandonen Gaza», aseveró Blinken, que añadió que condenó las recientes declaraciones de dos ministros israelíes sobre la reocupación de Gaza y del «reasentamiento» de los palestinos fuera del enclave, unas palabras que calificó de «irresponsables e incendiarias».
Asimismo, mantuvo su tono de condena ante la apabullante cifra de muertos -alrededor de 23.000 en tres meses- como consecuencia de las operaciones israelíes contra el enclave, la gran mayoría de las cuales son mujeres y niños.
«Seguimos planteando a Israel la necesidad de hacer todo lo posible para facilitar el suministro de ayuda humanitaria a Gaza, y lo haré nuevamente cuando esté allí a finales de esta semana. También plantearé el imperativo de hacer más para evitar víctimas civiles. Ya se ha matado a demasiados palestinos inocentes», aseveró.
En su empresa para convencer a sus contrapartes árabes de que ejerzan su influencia para lograr un alto el fuego y evitar la propagación del conflicto, tanto Catar con Jordania recordaron a Blinken que Washington tiene quizás más herramientas que ellos para presionar a Israel de que cese su ofensiva.
Esto se lo trasladó el rey de Jordania, Abdalá II, sin tapujos al recordarle la importancia del papel de Estados Unidos a la hora de presionar para lograr un alto el fuego inmediato en Gaza, proteger a los civiles y garantizar la entrega de ayuda humanitaria y médica».
En Amán, el monarca advirtió a Blinken de las «desastrosas repercusiones de la continua agresión» israelí contra la Franja y recordó que Oriente Medio «no disfrutará de estabilidad sin una solución justa a la cuestión palestina» basada en la solución de los dos Estados.
En este aspecto, Blinken sí concordó con el mandatario y subrayó el compromiso de su país de alcanzar una paz duradera mediante «el establecimiento de un Estado palestino independiente», la opción por la que está abogando la comunidad árabe y gran parte de la internacional para poner fin a la guerra.
Ante las críticas y condenas por la «doble moral» estadounidense, Blinken también realizó una visita a unas instalaciones en Jordania del Programa Mundial de Alimentos (PMA), desde donde dijo que es «imperativo» maximizar la asistencia a las personas necesitadas en Gaza y condenó la frágil situación de más de 2,2 millones de gazatíes.
Como parte de su gira regional, Blinken visitará en los próximos días Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Cisjordania, Israel y Egipto para tratar la desescalada del conflicto, el estado de las negociaciones para un alto el fuego, el aumento de la ayuda humanitaria y la liberación de rehenes cautivos en Gaza.
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