El ex diplomático estadounidense Manuel Rocha fue arrestado este viernes en Miami tras descubrirse que trabajaba como espía para el Gobierno cubano. La investigación, llevada a cabo por el FBI y ratificada por el Departamento de Justicia de EE UU, reveló que Rocha estuvo al servicio del régimen, aunque hasta ahora no se conoce por cuánto tiempo o qué clase de información entregó a La Habana, por lo cual deberá responder este lunes ante un tribunal federal.
La información brindada por la agencia AP, quien primero informó del caso, no indica si el también empresario de 73 años seguía trabajando para Cuba al momento de su captura o de qué actividades concretas se le acusa. Tanto el FBI como el Departamento de Justicia se han mantenido en silencio sobre el caso, ya que la investigación permanece activa, pero se espera que la comparecencia de Rocha este lunes revele más detalles sobre el presunto caso de espionaje.
Durante los 25 años que duró su carrera, Rocha fungió como representante y embajador de Estados Unidos en varios países de América
- CHECALO -
Durante los 25 años que duró su carrera, Rocha fungió como representante y embajador de Estados Unidos en varios países de América en el contexto de la Guerra Fría. En el caso de Cuba, se desempeñó como Oficial Principal Adjunto de la entonces Sección de Intereses de EE UU en La Habana. Asimismo, fue director de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional en Washington entre 1991 y 1994, los años más duros del Período Especial en la Isla.
Entre 1997 y 2000, fue embajador en Argentina, en un momento en el que ese país enfrentaba una compleja crisis económica y política que lo hizo entrar en un período de recesión.
Más tarde, en 2002, fue trasladado a Bolivia, donde fue señalado por intentar manipular la opinión pública durante las elecciones, cuando se pronunció en contra de la candidatura de Evo Morales. «Quiero recordar al electorado boliviano que si votan a quienes quieren que Bolivia vuelva a exportar cocaína, eso pondrá en serio peligro cualquier ayuda futura de Estados Unidos a Bolivia», dijo Rocha en un discurso semanas antes de las votaciones.
Su intervención fue interpretada como un intento de EE UU de mantener su dominio en la región y, aunque en esa ocasión Morales no resultó elegido, tres años después, cuando finalmente llegó al poder, expulsó al sucesor de Rocha de la Embajada por incitar a una «guerra civil».
Rocha también prestó servicios en Italia, Honduras, México y la República Dominicana donde, luego de jubilarse del Departamento de Estado, inició su carrera como empresario y presidente de una mina de oro, propiedad de la canadiense Barrick Gold.
Luego de jubilarse del Departamento de Estado, inició su carrera como empresario y presidente de una mina de oro
También se conocen sus vínculos con XCoal, una compañía estadounidense de exportación de carbón; Clover Leaf Capital, una empresa asociada al comercio de marihuana; así como al bufete de abogados Foley and Lardner y la española Llorente y Cuenca, encargada de relaciones públicas, que tras ser preguntada por AP sobre las acusaciones a Rocha por espionaje se limitó a decir que cooperará con las autoridades en todo lo que pueda y «seguirá de cerca la situación».
Graduado de Yale, Harvard y Georgetown, Rocha no es el primer funcionario de desempeño excepcional que es acusado de responder a las órdenes de La Habana. De hecho, su arresto en Miami coincidió con la presentación del libro Queen of Cuba, el pasado viernes en la librería Books and Books, de Miami, que narra la investigación y el posterior arresto de Ana Belén Montes, una espía del régimen que ocupaba altos cargos en el Gobierno de EE UU.
Peter Lapp, el autor del libro y ex agente del FBI que capturó a Montes, aseguró en una entrevista a 14ymedio que las personas que La Habana busca están bien formadas. Trabajan por su afinidad con el régimen, no por dinero. Nadie compite con Cuba a la hora de buscar simpatizantes, gente que, según espetó Montes a Lapp durante sus conversaciones, sienten una «empatía visceral» por lo que Cuba representa.
«Es cierto que también ‘compran’ espías o los chantajean, pero la mayoría de la gente que trabaja para Cuba es, digamos, idealista. Los reclutadores cubanos son especialistas en localizar a individuos como Montes, verdaderos creyentes en Castro», aseveró entonces Lapp.
Incluso durante los períodos de crisis, añadió, la Inteligencia cubana es de las más efectivas del mundo. «No hay que pensar en el número de agentes con los que cuenta Cuba, sino en el tipo de personas que reclutan. Los espías cubanos no son tantos como los que tenía la KGB rusa, son muchos menos que los de la Inteligencia china y no se comparan, claro, con la CIA, pero su calidad sigue siendo significativa», recalcó.
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