Alta gastronomía para turistas y crisis alimentaria para los cubanos

El Ministerio de Turismo ha emprendido una campaña desesperada para atraer visitantes internacionales a Cuba durante la temporada alta. El sector, que vive uno de sus peores momentos y que no logra dar con la fórmula del éxito, ha puesto sus esperanzas en el Primer Festival Gastronómico de Jardines del Rey, un despliegue de platos y estilos culinarios clausurado este lunes, cuando el país atraviesa una grave crisis alimentaria.

Según el diario oficialista Invasor, la competición estuvo patrocinada por «los principales proveedores del sector turístico»: Havana Club, Bucanero, Tecnoazúcar, Habanos, Cuba Ron, Ciego Montero, la empresa Cítrico Caribe y la comercializadora ITH. Además de varios negocios privados cuyos nombres no se revelaron.

La final fue acogida por el hotel Pullman Cayo Coco, de cinco estrellas, y se compitió en las categorías de cocina, salón sommelier y cantina. Se otorgaron ocho premios individuales y la cadena ganadora fue Gran Caribe. Sobre todo, aseguraron los jueces, se premió «la creatividad de los profesionales que intervinieron en la competencia, quienes superpusieron la ingeniosidad a la escasez de recursos».

Las autoridades, para quienes el festival ha tenido un éxito rotundo, se jactaron además de contar con los mejores profesionales del sector gastronómico –todos trabajadores de los grupos Islazul, Gran Caribe, Palmares y Cubanacán– que representarán durante el próximo año a Jardines del Rey en certámenes internacionales y en la XLII Feria Internacional del Turismo FitCuba 2024, prevista para celebrarse el próximo mayo en la Cayería Norte.

Frente a la revista británica, otro medio digital sobre viajes, ‘Preferente’, publicó hace dos días un artículo que recogía la debacle del turismo en la Isla: ‘Cuba se hunde’

Para algarabía de las autoridades, además, la revista de viajes de Reino Unido Wanderlust ha nombrado en sus premios anuales a Cuba como la «isla más deseada del mundo» (fuera de Europa), por delante de Taiwán y de Barbados.

Aunque las listas de la publicación especializada tienen nada menos que 14 categorías, cada una de ellas con 10 menciones –con lo cual abarcan gran parte del globo terráqueo–, la prensa oficial se ha hecho eco de la noticia con la habitual pompa. En su reporte, incluyen las cifras del informe WTM Global Travel Report, publicado este martes, que asegura que el turismo en la Isla crecerá durante la próxima década un 103%.

Frente a la revista británica, otro medio digital sobre viajes, Preferente, publicó hace dos días un artículo que recogía la debacle del turismo en la Isla desde su título: Cuba se hunde. En el texto, el autor –que firma como El Sobrecargo– opina que el país le parece «absolutamente fascinante» y dice que «nunca le hubiera pronosticado los números que está registrando ahora mismo», un entusiasmo que, admite, «no es compartido por el mercado».

«Yo tengo interés en Cuba por su gente, por su situación, por su cultura, por su crisis», continúa el redactor. «En cambio, en líneas generales, el turista medio evalúa la playa, el hotel, las comodidades y, tal vez, algo del contexto general. Y, visto así, el destino tiene problemas por sus carencias económicas. Esto, de alguna manera, quiere decir que mientras para mí no se puede comparar entre México o Dominicana y Cuba, para un turista medio, sí. Y en esa comparación, es evidente que Cuba pierde».

Por otra parte, también se celebrará en Cayo Santa María, entre el 23 y el 25 de noviembre, la segunda edición del Santa Maria Music Fest, a apenas unos meses de la criticada primera edición en agosto. Esta vez el evento estará ambientado en los años noventa, simulando la música y estilo de esa década.

El portal del festival, modificado para la ocasión, propone ofertas de 75 dólares por entrar una noche a la zona general del concierto, 150 por la zona palco y 200 por la VIP

El portal del festival, modificado para la ocasión, propone ofertas de 75 dólares por entrar una noche a la zona general del concierto, 150 por la zona palco y 200 por la VIP, que incluye un parqueo privado, una entrada diferenciada y una vista exclusiva del escenario.

En total, entre tiquets, habitaciones y transporte, el gasto entre quienes menos consuman y los que más servicios soliciten puede variar entre 300 y 2.000 dólares.

La página también anuncia a una decena de artistas invitados, aunque ninguno de renombre, como los que llamaron la atención de la gente durante la edición pasada. Tampoco se ha revelado si este evento también será organizado por Boris Arencibia, un empresario cubanoamericano que el pasado agosto se identificó como creador del proyecto.

El fiasco del último festival, que terminó con decenas de personas quejándose por el colapso de los hoteles –se sobrevendieron las habitaciones– y la ausencia del transporte que se suponía que los trasladara hasta Cayo Santa María, no ha sido mencionado por las autoridades ni siquiera para asegurar que esta vez no ocurrirá lo mismo.

Otra noticia que ha indignado a los cubanos –y especialmente a los habaneros, como dan fe las redes sociales– es la celebración en la capital, este 11 de noviembre, de Le dîner en blanc, un evento gastronómico exclusivo e internacional que acogerá a más de 350 comensales vestidos de blanco en su segunda edición.

La cena inaugural del evento, el 10 de noviembre, tiene un precio de 140 dólares por comensal y se realizará en el restaurante El Atelier, aseguró el medio independiente Cubanet, quien dijo haber completado los pasos de registro. Se cobra además una membresía por 28 dólares y los pagos se realizan a través de la plataforma PayPal. Como es costumbre, el lugar de la gala principal y el precio permanecen sin conocerse.

Pese a que Le dîner en blanc se realiza en un centenar de países del mundo, muchos ciudadanos y medios independientes han criticado la pertinencia de un evento de ese calibre en un país en que una gran parte de la población no dispone de los recursos necesarios para conseguir los alimentos básicos.

Lo mismo ha ocurrido con el Santa Maria Music Fest, cuyo organizador de la primera edición, Arencibia, fue cuestionado recientemente en redes sociales sobre el beneficio del evento para «el cubano de a pie». «(No ayuda) en nada, pero yo sí lo ayudo. Por ejemplo, acabo de donar 50 camas para el hospital de Pinar del Río», replicó el empresario en Instagram, sin dar más detalles.

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